El amante japonés, nueva novela de Isabel Allende

Nueva novela de Isabel Allende (Lima, 1942), la número 22, trata de dos historias de amor entrecruzadas, del proceso de envejecer, de las pasiones, la vida, encontramos realismo mágico, soledad, muerte, acoso, prejuicios raciales, secretos familiares, vidas paralelas, es un bello canto a la libertad.

Escritora chilena, cuyo padre, diplomático, abandonó a su madre y hermanos, sobrina del presidente Salvador Allende, se exilia y se divorció, su hija Paula muere a los 28 años en estado de coma, escribió esta historia. Se casó con un norteamericano, lleva años radicada en California, donde mantiene su fundación de ayuda a mujeres y niños. Famosa por su libro La casa de los Espíritus, novelas y cuentos.

Es la historia de Alma Mendel de Belasco, niña polaca judía, enviada a América, con una institutriz que robó los diamantes que su madre cosió en la falda del abrigo. Fue a vivir con sus tíos a San Francisco, debido al antisemitismo de la época, la exterminación de hebreos, sus padres murieron en un campo de concentración.

Sus tíos la criaron y educaron. Alma se casó con Nathaniel, su primo, abogado, homosexual, quien posteriormente muere de sida. Tuvieron un hijo. Toda su vida estuvo enamorada del japonés Ichimei Fukuda que conoció de niña, hijo del jardinero de la familia Velasco. Lo seguía mientras colocaba las plantas, le revelaba la vida secreta del jardín. Las tareas más delicadas le tocaban a Ichimei, había nacido con dedos verdes.

Ichimei fue el amor de su vida, quedó encinta de él, su primo al enterarse le propuso matrimonio, aceptó por razones de índole económico social. El niño nace muerto. Rompe con Ichimei. ‘Un japonés americano nacido de padres japoneses, formado en las tradiciones japonesas, viviendo en un ambiente trasplantado de Japón, crece como japonés y no como americano. Era considerado enemigo'. Denuncia la xenofobia de la época de que fueron víctimas tantas familias judías como japonesas. Los Fukuda estuvieron recluidos por años en Topaz, campo de concentración, en la zona desértica de Utah.

Alma se convierte en una diseñadora famosa de kimonos, túnicas, pañuelos de seda originales que se vendían en galerías de arte por miles de dólares, destinados a la Fundación Belasco creada por su suegro, que se dedicaba a crear zonas verdes en barrios conflictivos. Siendo una artista de éxito, cuando muere su amante, se alejó del mundo, de la familia, amistades, se recluyó en una residencia geriátrica Lark House, magnífica propiedad de un magnate del chocolate, que donó a la ciudad, con una generosa dotación para financiarla. Allí conoce a Irina Basili, la contrata para que trabaje para ella. Jacques Devine era considerado la estrella, el galán del establecimiento. Se prendó de Irina desde que la vio. Su vida de anciano, se llenó de jubilo con ese amor tardío y totalitario, rejuvenecido por la pasión, le obsequió una de las joyas de sus difuntas esposas que había salvado de la rapiña de sus descendientes. Irina no quiso aceptarlo, Devine le dejó todos sus bienes al morir.

Su madre alcohólica en Texas, la maltrataba, abusada por su padrastro, la obligaba a tener relaciones con él, se dedicaba a la pornografía infantil con la niña, filmaba todo tipo de perversiones que vendía al público. Traumatizada, cambió de nombre, huyó a California a trabajar al hogar de ancianos.

Seth, nieto de Alma, se enamora de Irina, se propuso darle un baño de cultura, llevarla a conciertos y museos.

Fukuda era un hombre de edad indefinida, ojos entornados, labios gruesos y cabello abundante. Alma recibe sus cartas, que ella misma se enviaba junto a tres gardenias, semanalmente, para mantener viva la llama del amor.

Cuando murió, Irina vio la figura del japonés en la habitación del hospital momentos antes del fallecimiento, había venido a buscarla, para llevársela, a la hora de la muerte. El amor no acaba con la muerte.

PSICÓLOGA, ESCRITORA Y DOCENTE UNIVERSITARIA.

BIBLIOGRAFÍA: ALLENDE ISABEL, EL AMANTE JAPONÉS, PLAZA JANÉS, 2015.