• 20/06/2015 02:00

El presidente y sus desafíos

En ese sentido, el señor presidente tiene que abrirse más al diálogo y las consultas con los diversos actores e interlocutores del país

La realidad, tanto en lo económico, como en lo social, prefigura lo que en ciencia política se denomina un ambiente de predisponibilidad para la acción contestaría de la población; esto traducido en un lenguaje sencillo, significa que todavía al Gobierno del presidente Juan Carlos Varela le quedan amplios terreno para la maniobra, condicionado esto a un cambio de dirección del barco, aprestarse de verdad a crear auténticos escenarios institucionalizados o no para la participación de la sociedad. En esta materia hay una brecha entre lo que se dice y se hace.

En ese sentido, el señor presidente tiene que abrirse más al diálogo y las consultas con los diversos actores e interlocutores del país. Es bueno que el señor presidente sepa, que el seno de la sociedad se ha venido abriendo paso, que el mandatario viene rehuyendo reunirse con actores importantes, interpretándose como ausencia de políticas claras frente a determinados problemas que se pueden volver críticos.

Se avecinan situaciones sociales, donde la política de diálogo y consenso se volverá estratégica para la paz y tranquilidad del país.

Hay temas como el de la Caja de Seguro Social, gasto público, inversión social, la red de distribución de agua en todo el país para el consumo humano, la situación crítica de los servicios públicos de salud, orientación del gasto, la deuda externa y su impacto en la economía, la ley de responsabilidad fiscal, el Fondo Soberano Panamá, su virtual estancamiento, reformas constitucionales. Entre otros también de interés, temáticas estas donde la fuerza laboral, compartir con el mandatario algunos enfoques y visiones, lo mismo que sectores empresariales, tanto de la pequeña y mediana empresa como de los empresarios del campo.

Sr. Presidente se comienza a tener la percepción de que hay limitaciones en la finanzas del Estado para abordar la solución a obligaciones propias de los servicios esenciales de los panameños. En esa dirección, se debe hablar claro y con trasparencia, pues una virtual situación, como la arriba mencionada, de seguro que podría dar lugar a un mayor endeudamiento o medidas fiscales, no agradables al pueblo panameño. El Gobierno, en esta materia tiene que sincerarse con la masa laboral y los empresarios.

Reza una máxima en política que el que más escucha, menos se equivoca. En ese sentido inyéctele mayor dinamismo a la concertación nacional y a muchos de sus acuerdo consensuados. Recuerde que usted manifestó en campaña que una vez presidente gobernaría, no para los partidos, sino para ese gran partido que se llama Panamá.

Aprovecho igualmente para señalar que no hay que dejar que se malogre ese gran esfuerzo para reducir la corrupción a su mínima expresión. No hay que permitir esa percepción que gana terreno, que el trato que se le da a los ricos y millonarios implicados en ese gran atraco a los dineros del pueblo es distinto al que se la da a los de intramuros.

Finalmente, señor mandatario, apueste en su gestión a políticas de diálogo, consenso y trasparencia. En ese escenario gana la democracia, gana la paz y ganamos todos los panameños.

ABOGADO

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