La sociedad civil en democracia

La sociedad civil puede definirse como la esfera de naturaleza pública, que intermedia entre el Estado y los ciudadanos. Las asociaciones autónomas, los grupos de interés y los movimientos sociales son expresiones y componentes de la Sociedad Civil. Su activismo ha sido de agitación en años recientes. En varios países han producido manifestaciones populares que han logrado hasta sacar de sus cargos públicos a funcionarios electos, por demandas insatisfechas y actos de corrupción.

Las manifestaciones de protesta constituyen un derecho democrático inalienable de la democracia representativa, que si bien perjudican a terceros, parecen ser las únicas formas exitosas de llamar la atención de los Gobiernos y obtener respuestas positivas sobre problemas sufridos por años. No obstante, reconocemos que las protestas y la inestabilidad que generan, pueden ser una amenaza a la paz y la tranquilidad de un país. Si los Gobiernos no resuelven, se pueden desencadenar insurrecciones populares que iniciadas, nadie sabe cómo terminarán.

Durante muchos años los actores tradicionales en Panamá fueron los partidos políticos. Ellos articulaban las demandas de la sociedad a través de propuestas, monopolizando la intermediación con el Gobierno. Lamentablemente, ahora han quedado desprestigiados de manera casi generalizada. En Panamá y en muchísimos países, están en crisis. Demuestran una cultura democrática débil y están muy fragmentados. Son culpados, la mayoría de las veces con justificada razón, de falta de transparencia, poca o nula democracia interna, prácticas clientelistas, transfuguismo y corrupción. Incapaces de ofrecer políticas que den respuesta a los reclamos de la población, son vistos con desesperanza y desconfianza generalizadas.

Por su lado, los Gobiernos personalizan el poder público del Estado. Ante la debilidad de las instituciones claves para el ejercicio de la democracia, han surgido las llamadas Sociedad Civil, con organizaciones de alta militancia y presencia pública en los medios de comunicación. Sin embargo, sus gestiones sociales ante los Gobiernos siguen siendo insuficientes y prevalecen innumerables problemas, a pesar de que se arroguen la representación de todos los ciudadanos para exigir soluciones, pretendiendo cogobernar en muchos casos.

Ahora, en democracia, especial importancia asumen las redes sociales mediante correos electrónicos y tuits, donde los ciudadanos expresan sus opiniones y convocan movilizaciones en torno a un tema en particular. Con estos avances tecnológicos, los ciudadanos y distintos sectores de la nación panameña exponen directamente los asuntos que afectan sus vidas. También, al tener acceso a los medios de comunicación social, especialmente a aquellos programas de comentarios al aire, gozan de una nueva herramienta para hacer valer sus opiniones y derechos, aunque no siempre de manera responsable. Dichos medios de comunicación, a manera de Cuarto Poder, muchas veces se convierten en cuasi jurisdicciones especiales ante las cuales, quien no recurre, pocas opciones tiene de hacer públicos sus razonamientos y posiciones.

La Sociedad Civil ha demostrado su efectividad mundialmente. Gran parte de la población participa en sus gestiones, difunden rápidamente información en las redes sociales y no son controlables por los Gobiernos. Tal vez por ello, ahora se pretende regular el Internet en algunos países.

Sus organizaciones han sido fundamentales en la defensa de la democracia y derechos de los sin voz, que no saben cómo enfrentar las actuaciones o desaciertos de los Gobiernos de turno. Realizan aportes a la consolidación democrática, fortaleciendo los mecanismos de gobernabilidad y dando a conocer lo que está mal o es incorrecto en la gestión gubernamental.

En esas acciones y espacios, han asumido una importante cuota de compromiso, aportando elementos significativos para la consolidación democrática y gobernabilidad del sistema político. No aceptar esta realidad es, simplemente, pretender tapar el sol con las manos.

Generalmente, sus expresiones se dan ante problemas de la mayoría ciudadana relacionados con la mala calidad de los servicios públicos, como la falta de agua potable; irregularidades en el suministro de energía eléctrica; la no recolección de la basura; la aprobación de proyectos de ley inconsultos o lesivos a los intereses de las mayorías; el caos en el transporte público y la inseguridad ciudadana que se evidencia día a día con el aumento de crímenes violentos y múltiples víctimas a nivel nacional, siendo ésta la principal preocupación de la sociedad panameña como resultado de ello.

Escuchar a las organizaciones de la Sociedad Civil y resolver lo que los panameños quieren para su país, debe ser parte de las políticas sociales del Gobierno. Luchan por el derecho a que las necesidades prioritarias reciban la atención merecida, siendo que ellas afectan la calidad de vida de todos en mayor o menor grado.

ABOGADO