• 11/11/2015 01:00

Preparemos mejor nuestros noviembres

Durante el Mes de la Patria se renuevan manifestaciones que resaltan valores de nuestra nacionalidad y de los símbolos que la atestiguan.  

Durante el Mes de la Patria se renuevan manifestaciones que resaltan valores de nuestra nacionalidad y de los símbolos que la atestiguan. Hemos visto muestras tanto de entusiasmo patriótico como de preocupación de ciertos grupos que se niegan a permitir que nuestra historia, cultura y tradiciones sean tergiversadas; pero siento que esas expresiones no son ni en cantidad ni en calidad suficiente para mostrar fidelidad a los textos históricos. Podríamos hacer más y prepararnos mejor. De ahí que hace varios años sugerí algunas ideas para alimentar, sobre todo en la juventud, un genuino nacionalismo que esté libre de conceptos erróneos o extremistas.

Una primera sugerencia que entonces apunté era organizar formalmente actividades alusivas en todas las aulas de clases con suficiente anticipación al Mes de la Patria. En preparación de las festividades, sugerí anunciar, en cada escuela primaria y colegio secundario del país, un concurso literario que incentivara a los estudiantes de todos los niveles a redactar monografías sobre cualquier tema de su predilección relacionado con la historia, geografía, cultura o tradiciones de nuestra nación. Para revestir el proyecto de la debida calidad, las bibliotecas escolares o municipales debían ser dotadas de suficientes libros de referencia que permitan a los estudiantes realizar sus investigaciones con la seriedad que les signifique un efectivo proceso de aprendizaje. Abuelos y bisabuelos serían invitados a dictar charlas en las escuelas para transmitir a sus nietos y biznietos aquellas vivencias o conocimientos de sus patrias chicas y de la Patria grande. Se transmitiría una riqueza histórica y cultural en peligro de extinción que vive solo en la memoria de generaciones anteriores. Los escritos meritorios serían compilados y publicados y en cada distrito se haría un reconocimiento público a los estudiantes triunfadores, incluyendo su designación como abanderados e invitados de honor en los desfiles patrios.

Sugerí además que durante los meses previos se organizarían ligas deportivas escolares y colegiales, con miras a culminarlas en competencias nacionales inspiradas en valores patrióticos y en las hazañas de tantos atletas panameños que han dado renombre nacional e internacional a Panamá. Sería una manera de resaltar las virtudes de la disciplina y la cortesía, tan necesarias en el deporte, que a su vez ayudarían a construir una mejor patria con ciudadanos ejemplares.

Otra actividad sugerida consistía en concursos artísticos organizados en centros escolares a nivel nacional. El potencial artístico de nuestros jóvenes —en la pintura, poesía o música— podría constituir un fértil semillero patriótico, si se incentiva desde temprano encauzándolos en temas relacionados con nuestra nacionalidad. Nuestros muchachos y muchachas plasmarían sus conceptos patrióticos en lienzos artísticos, en estrofas o en notas de instrumentos musicales. Noviembre sería época apropiada para premiar el talento artístico de nuestros jóvenes, montando en todo el país exposiciones de obras plásticas, recitales literarios o conciertos que reflejen el sentir patriótico de nuestros estudiantes, no solo en los desfiles acostumbrados del mes.

Obras de teatro alusivas a diferentes episodios de nuestra historia serían vehículos eficaces para enseñar la historia patria. Así como grupos indígenas en nuestro continente transmiten a las futuras generaciones incidentes de la conquista española, el MEDUCA, el INAC y los medios de comunicación se aliarían para divulgar estas obras y podrían también sugerir un repertorio de temas de nuestro acontecer histórico y elaborar libretos para representaciones teatrales, inclusive itinerantes.

Fueron sugerencias que formulé en este medio hace unos años. Creo que así daríamos mayor profundidad y significado a las celebraciones patrióticas de noviembre. Excitaríamos el entusiasmo de todos los panameños, especialmente en la cosmopolita ciudad capital. Propongo nuevamente que esta tarea se convierta en formal política de Estado.

EXDIPUTADA

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