• 10/02/2016 01:00

Regresando después del jolgorio

Muchas preguntas pendientes quedan en el aire

A partir de hoy, época especial en el calendario litúrgico de la cristiandad, miles de gentes retornan a las actividades normales ‘puestas en pausa' hace unos días. Volvemos a nuestras usuales ocupaciones y preocupaciones y, en principio, deberíamos volver con nuevo entusiasmo para aportar nuestro granito de arena al escenario donde quedaron pendientes temas que se resisten a desaparecer. Al retornar a la realidad después de los cinco días de abandono, encontramos esos temas muy despiertos.

Muchas preguntas pendientes quedan en el aire. Mientras cada quien hará su inventario y evaluará su importancia relativa, a nuestro criterio cinco son las de más impacto para nuestro futuro.

La primera y más trascendental: ¿se logrará a tiempo y sin problemas la inauguración del tercer juego de esclusas del Canal de Panamá? Tiene importancia especial porque de su éxito dependerán los recursos económicos que esperamos y que necesita el país para financiar su desarrollo. El Canal necesita mantenerse competitivo como ruta preferida por el comercio marítimo; si perdiéramos esa condición, de seguro otras rutas más ventajosas aparecerán en detrimento de la nuestra. Además, no hay duda de que la atención de todo el universo involucrado en la actividad marítima está puesta en la apuesta —valga la cacofonía— que hicieron años atrás, confiando en la capacidad de nuestras gentes y en nuestra determinación como país.

La segunda, de importancia para los padres de familia: ¿se iniciará sin mayores tropiezos el año lectivo? Todos los años en los medios llueven quejas de padres de familia y protestas de docentes disconformes por las condiciones impropias para el aprendizaje. Cierto que el estado de muchas infraestructuras escolares, incluyendo las escuelas rancho, es deplorable, resultado de años de desatención. El problema se extiende en todo el país; no se resuelve en un santiamén, pero lo importante es que se ejecute un plan ya concebido y que también cuente con la ayuda efectiva de todos los integrantes de la comunidad educativa.

La tercera: ¿apoyarán los diputados las reformas propuestas por la CNRE al régimen electoral, sobre todo topes y controles al financiamiento privado? Como el derroche de agua en los culecos fue un baldón contra dueños de potreros y sembradíos sin agua, el desborde de dinero en campañas políticas, mostrado, recientemente, lo es también ante las necesidades de pobres y excluidos. No necesitamos largas y costosas campañas electorales. Es irracional conciliar el costo de campañas de diputados y alcaldes, con la remuneración oficial de esos puestos. Ese costo se cubre con financiamiento privado que, indudablemente, propicia un poder escondido, tentador y malsano.

La cuarta: ¿están conscientes los partidos políticos del valor ético de la política para recomponer su maltrecha imagen? Este año, cuando todos inician el camino formal hacia los comicios de 2019, dos virtudes se esperan de ellos de manera especial: una real democracia interna y la postulación de candidatos capaces y honestos que cada uno quiera ofrecerle a los electores.

La quinta, y no por ello la menos importante: ¿se aplicará la justicia en todos los casos actualmente bajo investigación y en los aún por investigar? Es apenas prudente darle tiempo a las fiscalías para que continúen sus investigaciones técnicas que, como procesos en ejecución que son, requieren rigurosos conocimientos para evitar equivocaciones, mucha paciencia para cubrir todos los detalles, y total atención para culminarlas exitosamente. Los jueces con valentía sopesarán evidencias para sancionar o liberar de culpa, según corresponda en derecho. Son tareas en extremo delicadas para devolver una confianza perdida.

Con cinco respuestas afirmativas y el empeño de todos, lograríamos restablecer la credibilidad pública que el país imperativamente necesita.

EXDIPUTADA

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