• 22/06/2016 02:02

Corporación ACP: plebiscito (2)

‘Esta crisis que vivimos, es una gran oportunidad de lanzarnos como país ', monseñor José Domingo Ulloa

‘Esta crisis que vivimos, es una gran oportunidad de lanzarnos como país ', monseñor José Domingo Ulloa.

PLEBISCITO. En un artículo anterior, hemos expuesto que no existe otra empresa en Panamá, con las características de la ACP. Funciona como empresa privada, pero tiene el aval del Estado. Tiene gran cantidad de personal altamente calificado, capaz de concretar logros exigentes. Esto la convierte en la punta de lanza ideal para nuestro despegue económico, si la convertimos en una Corporación. Además, las utilidades irían directamente al Estado, tal y como sucede con las utilidades del canal. De manera similar al plebiscito para la ampliación, aquí se requeriría otro plebiscito para considerar la creación de la Corporación ACP.

DESPEGUE ECONÓMICO. Deseamos enfatizar que la propuesta denominada ‘Corporación ACP ' no es simplemente ‘una buena idea ', sino que a nuestro modo de ver, es la única forma en que Panamá entre en las ‘Grandes Ligas ' (estilo Singapur), para lograr un despegue económico de verdad. No hay otra forma en que podamos emprender, por iniciativa propia, una serie de megaproyectos de alta rentabilidad ni siquiera de un nivel tecnológico medio. Sin una organización con las características de la ACP, estamos a la deriva. La razón: es muy difícil para un empresario local partir de cero, y crear al instante una organización del tamaño requerido (en cantidad de personal, experiencia y recursos financieros). Ni pensar en crear una entidad de Gobierno para este propósito, pues rápidamente quedaría atrapada en la maraña de la burocracia.

La otra opción que nos queda, es la inversión extranjera. Aquí vienen esporádicamente grandes empresas extranjeras, las cuales tienen sus propias prioridades, incluso muchas veces hacen lo que les da la gana: no pagan impuestos ni las cuotas del seguro de los trabajadores o simplemente cesan operaciones y se esfuman, burlando los compromisos adquiridos con los trabajadores. Nuestras instituciones muestran una extrema debilidad al respecto, pero eso es un tema aparte.

Debemos comprender, de una vez por todas, que nos toca a nosotros imprimirle al país la dirección correcta, y sostenida, hacia el progreso. Esto, sin menoscabo del aporte que haga el inversionista extranjero. Afortunadamente, contamos con las condiciones para hacerlo; otros países ni siquiera tienen esa posibilidad.

SITUACIÓN ACTUAL. La Ley Orgánica de la ACP le permite efectuar actividades conexas a la operación del canal, tales como energía, recursos hídricos, etc. Pero no le permite actuar como Corporación, por lo que se requiere modificar esta situación mediante un plebiscito.

CONTINUIDAD. Una empresa como la ACP se guía por criterios técnicos y económicos. No está sujeta a los vaivenes de la política ni a los cambios de Gobierno. En nuestro país, cada nuevo Gobierno tiene la manía de desacreditar los proyectos del Gobierno anterior. Hace borrón y cuenta nueva, para comenzar de cero cada vez. Al respecto, la autonomía de la ACP nos garantiza la continuidad que requiere cada proyecto, para una evolución satisfactoria.

DIVERSIFICACIÓN ES LA CLAVE. Tal y como señalamos en el artículo anterior, la diversificación es la clave de la fortaleza económica de un país, y esto se logra mediante una Corporación capaz de emprender diversos negocios de vital importancia para el país. No estamos inventando el agua caliente: en Asia, los entonces denominados ‘tigres asiáticos ' (Corea, Taiwán, Singapur) lograron su despegue económico en el último tercio del siglo pasado de manera similar, mediante corporaciones, pues es la forma más rápida y segura de adquirir ‘pegada ', mediante proyectos de alto impacto, capaces de generar riqueza abundante en corto tiempo. Pueblo y Gobierno juntos se pusieron de acuerdo, y tomaron la decisión que les permitió despegar. La vía para lograr un despegue económico similar en nuestro país es muy simple: Plebiscito.

SITUACIONES ADVERSAS. En medio de nuestra justificada alegría por haber culminado exitosamente la ampliación, conviene no perder de vista algunas situaciones adversas a nivel internacional, entre ellas: la crisis de pago y de ventas en la Zona Libre, el escándalo de los mal llamados ‘Panama Papers ', y el canal de Nicaragua. No podemos simplemente cruzar los dedos y sentarnos a esperar que todo salga bien. Debemos hacer que las cosas sucedan. Afortunadamente, no necesitamos hacer un esfuerzo titánico, sino tan solo algo muy simple y puntual: PLEBISCITO.

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