La iniciativa se presenta como una estrategia de alto valor económico y turístico, capaz de posicionarse como producto insignia de la oferta cultural panameña....
- 21/10/2025 00:00
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reúne nuevamente en África
El Consejo de Seguridad de la ONU se ha reunido cuatro veces fuera de su sede de Nueva York: la primera vez fue en Adís Abeba, Etiopía, en 1972, la segunda en Panamá en 1973, la tercera en Ginebra en 1990 y la cuarta nuevamente en África en Nairobi, Kenia, en 2004. El 16-17 de octubre de 2025 regresó a Adís Abeba, no para celebrar una reunión exclusiva, sino para unirse con la Unión Africana, organización que reúne a 55 Estados soberanos, creada en 2001 en la capital de Etiopía, en una reunión consultiva conjunta sobre el tema de paz y seguridad en el enorme continente poblado ya por 1,5 mil millones de habitantes. Lo hizo con una agenda en la que sobresalían los asuntos del Cuerno de África, la seguridad marítima del golfo de Guinea, el sur de Sudán, la región del Sahel y la cuenca del lago Chad, y el este de la República Democrática del Congo.
Aunque la descolonización de África data, en su mayoría, desde finales de la década de 1940 hasta la de 1960, hoy el continente sufre toda clase de problemas de seguridad: terrorismo islámico principalmente, golpes de Estado militares, neocolonización económica con nuevos protagonistas como China Popular y Rusia que se añaden a la presencia de antiguas potencias coloniales europeas y Estados Unidos, guerras regionales y graves conflictos entre Estados, violencia y discriminación de mujeres y minorías vulnerables, tráficos ilegales, migraciones masivas, etcétera. Se añaden los problemas del crecimiento demográfico descontrolado y el cambio climático, especialmente con el avance de la desertificación.
Al participar nuestro embajador Eloy Alfaro de Alba en representación de Panamá como miembro no permanente durante dos años del Consejo de Seguridad, en dicha reunión de Adís Abeba, viene a la memoria la presencia del embajador Aquilino Boyd de la Guardia y su brillante actuación en la misma capital etíope, en 1972, preludio de la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU en marzo de 1973 en nuestra capital, la primera vez que lo haría en América Latina y el Caribe. Recordemos el vínculo entre dos continentes distintos y distantes y la conclusión de esos eventos en la década de 1970.
Recordemos que en 1971 Panamá inició gestiones coronadas de éxito para ocupar un puesto en el Consejo de Seguridad de la ONU en representación de la región latinoamericana. Su elección por la Asamblea General el 23 de noviembre del año anterior, a partir del 1º de enero de 1972 como miembro no permanente al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y por dos años, fue un primer escalón, un peldaño decisivo en el ascenso hacia estadios superiores de lucha y de presión multilateral para resolver el grave diferendo con Estados Unidos.
El 12 de enero de 1972, al ocupar su puesto el embajador Aquilino Boyd en dicho Consejo, dijo: “si las negociaciones con Estados Unidos no son satisfactorias el caso irá al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”. Añadió que “dejamos constancia de que la actual administración norteamericana hace esfuerzos para llegar a un acuerdo que reconozca los inalienables derechos de mi país en la Zona del Canal”.
Aquilino Boyd apoyó la propuesta de celebrar reuniones del Consejo en África al mes siguiente y sugirió que se reuniera el año próximo en América Latina. Un mes más tarde el embajador Boyd hizo una extensa presentación de la causa de Panamá y de la situación neocolonial de la Zona del Canal en la reunión del Consejo de Seguridad que se celebró en febrero de 1972 en Etiopía.
Aprovechó Boyd el foro africano, muy sensibilizado por el asunto del colonialismo y la discriminación racial, para hacer una jugada maestra: identificar la situación colonial que sufría su país a causa de la Zona del Canal con el recuerdo cercano y vivo de los africanos, víctimas principales del colonialismo de las potencias occidentales. Comparar el caso de Panamá, en el centro del continente americano, con lo que había sido la historia reciente del África. Recordar el régimen de discriminación racial y laboral y del apartheid en materia de vivienda que existía en la Zona del Canal que constituía una abominación para las naciones africanas, especialmente por el caso de Sudáfrica dónde todavía estaba vigente, lo que le granjeó la simpatía instantánea de sus huéspedes.
Abogar por la solución pacífica de un conflicto entre dos países muy desiguales, que ponía en peligro la paz y la seguridad en la región era música celestial. Sólo tendría que traer a sus compañeros y colegas a observar, in situ, lo que había vivido en carne propia el continente negro y el Magreb todavía en el siglo XX. El resto fue historia épica de Panamá cuando el resultado de la reunión del Consejo de Seguridad en nuestra capital desencadenó eventos, desde el acuerdo Tack-Kissinger de 1974, que terminaron con inaugurar la última etapa de las negociaciones bilaterales que concluyeron felizmente con los Tratados Torrijos-Carter de 1977.
Como lo hizo el embajador Boyd en 1971 lo repitió el embajador Alfaro en 2025 al apoyar firmemente la reciente reunión del Consejo de Seguridad y la Unión Africana en Adís Abeba cuyos resultados, después de una difícil negociación multilateral, se espera contribuirán poderosamente a mejorar la seguridad del inmenso continente allende el Atlántico. Multilateralidad cada vez más necesaria y que desborda África, para resolver problemas de otras dimensiones que entorpecen el normal desenvolvimiento pacífico de la comunidad internacional, con sus efectos también en nuestra región.