• 30/05/2017 02:02

La hora de Venezuela

Como dirían los venezolanos, esos chavistas ‘tienen más caras que un camión cargado de muñecas'.

El que fuera uno de los países más ricos del continente está a punto de perderse; de caer en el barranco de la historia como un Estado fallido donde, sin una guerra de por medio, con sus egoístas acciones, los gobernantes prácticamente lo destruyeron. La tierra de Bolívar, que tanto costó construir, sufre los desmanes de un régimen hartamente corrupto, podrido en sus estructuras más íntimas, dada la mezcla de oportunismo político de los cubanos que, a punta de adularlo, supieron sacar de Chávez lo que se les ocurrió y el oportunismo económico de los que tuvieron y tienen la posibilidad de estar aún pelechando de las arcas del Estado, a pesar de lo escuálidas que las mismas puedan estar hoy.

Para ellos el pueblo no importa nada. Eso fue circunstancialmente en las campañas que forzaron su llegada al poder; era de la boca para fuera. Lo único importante para ellos es mantenerse donde están, aunque lo que queda es poco o casi nada. Casi todo se ha perdido a punta de engaño, robo, despilfarro, demagogia y entrega de la soberanía a Cuba. Aplican aquello de Fidel Castro en Cuba, y que hoy utilizan Ortega en Nicaragua y Evo en Bolivia, de que ‘seríamos muy tontos de que una vez en el poder, nos van a sacar de allí'…

En ese propósito hemos visto que no les ha importado masacrar a jóvenes estudiantes, a señoras que se atrevieron a enfrentarlos, a abuelos y abuelas que se unieron a lo que ha sido Venezuela en las últimas siete semanas, donde han muerto más de 45 personas, hay más de dos mil heridos e igual cantidad de presos, y donde la destrucción producida por las propias fuerzas de seguridad y sus aliados, los colectivos armados, puede ascender a miles de millones de dólares.

No solo la gente ha terminado por buscar la comida en la basura porque, aún con dinero en el bolso, hay carencia de alimentos, pues el aparato productivo del país fue destruido. La petulancia del régimen ha impedido que Gobiernos amigos, como el de Brasil, donen medicinas a los venezolanos, porque eso sería aceptar que viven en la crisis humanitaria más grande que se conoce hoy en todo el continente, inclusive que Haití. Para impedir que se conozcan los detalles de la crisis de la salud, Maduro no titubeó en destituir a la ministra de Salud que se atrevió a exponer la grave situación sanitaria del país; como si con ello mejoraría la situación.

Igual hará con la fiscal general, hoy dejada a un lado por criticar las acciones del Tribunal Supremo de Justicia en su permanente desconocimiento de las decisiones de la Asamblea Nacional, y reemplazándola en sus funciones por fiscales militares, aunque los que son detenidos sean ciudadanos normales y corrientes. El descaro llega a su límite, cuando vemos a algunos personeros del régimen decir que, a pesar de las protestas y muertos que haya, Maduro terminará su periodo en 2018. Como dirían los venezolanos, esos chavistas ‘tienen más caras que un camión cargado de muñecas'.

Mañana, 31 de mayo, se reúnen los cancilleres americanos en Washington para discutir en el seno de la OEA lo que se debe hacer en Venezuela. Ya Naciones Unidas hizo lo propio, porque la preocupación sobre esa crisis se ha globalizado. No creo que el propósito de nadie sea causarle más daño al sufrido pueblo venezolano, sino buscar mecanismos para que se pueda permitir una salida democrática al túnel sin salida en que el régimen de Maduro ha encajonado a su país y que le impide lograr el mínimo de convivencia pacífica con que los pueblos pueden echar hacia delante.

Estoy seguro de que Panamá podría ser el país que permita el refugio de Maduro, en caso de que su salida de Venezuela se negocie como fórmula para encausar a ese país por mejores caminos con un Gobierno de unidad nacional. Aunque sé que algunos en mi país a ello se opondrán, esta debe ser una opción que de seguro ya se ha conversado en secreto entre los que buscan una salida lo menos traumática para este embrollo continental.

Por la paz en Venezuela, Dios permita que Panamá pueda retribuir en algo lo tanto que nos dieron los venezolanos para lograr nuestra libertad tras un régimen militar de 21 largos años.

ABOGADO Y POLÍTICO.

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