• 03/07/2017 02:00

Caminando hacia el barranco

Lo que nos espera en 2019 será trágico, si no enrumbamos la política en mejor forma

Ya en Panamá esperamos cualquier cosa de la clase política. No nos causa sorpresa alguna digerir en lo absoluto el pacto que ha permitido que un diputado de Cambio Democrático, de cuestionable trayectoria política, asuma la Presidencia de la Asamblea con el apoyo del partido Panameñista, su supuesto adversario. Este pacto, beneficioso para algunos, y perjudicial para la institucionalidad nacional y de graves consecuencias para la población, puede tener las siguientes interpretaciones:

1. En Panamá ahora los diputados carecen de lealtad partidaria y solo les preocupan sus propios intereses. Se acabó la línea partidaria, no hay ideología ni mucho menos doctrina. El resultado que se palpa es que instituciones vitales en la democracia, como son los partidos políticos, como se prueba en países serios, están totalmente prostituidos y echados a perder. Con marcadas excepciones, el estiércol los va cubriendo a todos poco a poco.

2. Se comprueba que en Panamá no hay ningún partido de oposición, lo cual desdice de una democracia funcional que requiere de pesos y contrapesos. Todos, en los últimos Gobiernos, han pelechado de los recursos del Estado. Cada pico ‘jala' para su gallote, como se dice popularmente, lo cual es verdaderamente asqueroso entre quienes están llamados a velar por los derechos de la población.

3. Esta situación podría significar que los diputados de Cambio Democrático que pactaron con el Panameñismo, por el plato de lentejas de la presidencia legislativa, cuestan menos que los del PRD que, con la presidencia de Rubén de León, hasta pudieron financiar desde la Asamblea la campaña interna del PRD para elegir como secretario general a Pedro Miguel González.

4. Habrá que preguntarse ¿qué le costará al Gobierno nacional en términos de prebendas y nombramientos, dinero y olvido de expedientes de miembros del partido que accede nuevamente al poder por este oscuro pacto? Si en el Gobierno actual a la Asamblea le facilitaron recursos por arriba de 80 millones de su presupuesto regular, es fácil concluir que lo que habrá que ‘aportar' de recursos públicos estará por esa suma.

5. Como pintan las cosas, donde cada periodo quiere superar las vagabunderías del anterior, los gobernados y electores, debemos tomar nota y castigarlos en nuestra siguiente oportunidad. Al final de cuentas, mientras el pueblo no se haga respetar con el valor de su voto, todo seguirá igual.

6. Es irónico que el expresidente Ricardo Martinelli esté en una cárcel de Miami en espera de su extradición, según él y sus voceros, por culpa del presidente Varela, y la mayoría de los diputados de su partido Cambio Democrático en Panamá esté haciendo pactos oscuros con el Gobierno panameñista, su supuesto ‘enemigo'.

¿Qué clase de porquería y cúmulo de traiciones es esto?

Lo que nos espera en 2019 será trágico, si no enrumbamos la política en mejor forma. Teniendo los diputados en sus manos mejorar la deteriorada imagen de la Asamblea, pudieron haber entregado la presidencia legislativa a colegas que no se han ensuciado con todo lo hecho en estos tres años, como es el caso de Juan Carlos Arango y Ana Matilde Gómez, para así enviar un mensaje a la ciudadanía de que es posible que las cosas cambien de rumbo. No lo han hecho, porque para estos cualquier cosa es más importante que el bien común.

Seguimos así y veamos la realidad de Venezuela: caminamos hacia allá por los dirigentes ciegos políticos que hoy nos gobiernan y hacen ‘oposición'.

ABOGADO Y POLÍTICO.

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