• 08/07/2017 02:00

Prejuicio del periodismo judicial y el estado de inocencia

Nuestro interés en el presente apunta a que se sepa distinguir y valorar jurídicamente del auto cabeza del proceso que da inicio al proceso penal

No resulta exagerado afirmar que en nuestros actuales procesos judiciales la prensa, representada través de radio, TV y periódicos, influye en la administración y aplicación de la justicia anticipada al sagrado derecho constitucional de estado de inocencia, profiriendo algunos comunicadores aparentes y desviados conceptos y criterios que influyen y sustentan argumentos jurídicos equivocados en la aplicación de medidas cautelares por jueces y fiscales. Así, los actuales procesos penales se convierten en una parodia, destruyendo el principio de estado de inocencia, violentando las bases al derecho de defensa y paralelamente el debido proceso.

Indagatoria, recaudo de pruebas se convierten en apenas simples formalismos y rituales, un espectáculo público circense que hay que realizar con algunos protagonistas que juegan a administrar justicia, pero donde no se respetan las reglas del juego ni el sagrado estado de inocencia. Así, terminan algunos profesionales de la información juzgando como severos jueces, desplazando a los jueces y fiscales del despacho y creando mediáticamente la sensación pública de que la medida cautelar dictada por estos es jurídicamente atinada. A esto le agregamos que el despliegue publicitario que dan los medios a un caso judicial es generalmente resaltado, si el sujeto pasivo del supuesto delito del que apenas en forma incipiente y en fase investigativa es un personaje de la vida nacional o contrario político.

Nuestro interés en el presente apunta a que se sepa distinguir y valorar jurídicamente del auto cabeza del proceso que da inicio al proceso penal, la medida de aseguramiento o medida cautelar aplicada a una persona que aún no se le ha probado nada, y que puede ser sometida por disposición legal a caución o fianza, conminación; o sea, llamado a comparecer periódicamente o auto de detención, pero cualquiera de estas tomadas por jueces o fiscales deben corresponder a una verdadera y ajustada decisión a Derecho y no directamente a una detención preventiva, y aún menos influenciadas por despliegues e informaciones del periodismo judicial.

La premisa legal admite que cualquier ciudadano goza durante la investigación e imputación y durante el proceso de un estado de inocencia, hasta que se pruebe lo contrario; sin embargo, y en muchos de los casos que hoy transitan en nuestros tribunales de justicia, la prensa es la portadora de una sentencia anticipada, influyendo en la opinión pública y en la valoración de la sana crítica de jueces y fiscales y en consecuencia, en los fallos. Las medidas cautelares, autos o fallos así proferidos son ilegales, inmorales y dañinos para la columna vertebral del Derecho y para la sociedad.

ABOGADO

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