Sentido de nacionalidad y patriotismo

Con respecto al debate que se dio el pasado 9 de Enero donde grupos de la sociedad civil salieron a protestar contra la corrupción, tengo a bien aportar las siguientes consideraciones: nadie en su sano juicio puede restar méritos a una convocatoria como la que se dio, porque obedece a un legítimo reclamo de gran parte de la población; muy por el contrario, lo que se reprueba es la fecha que se tomó para esta concentración.

Bajo ninguna excusa podemos aceptar que una fecha, la cual debe ser exclusiva para recordar a los héroes y mártires que dieron su vida los días 9, 10 y 11 de Enero de 1964 por la recuperación de la Soberanía en la Zona del Canal, sea tomada para una actividad que no le rinde honor a esta efeméride nacional.

Frente a lo expresado me pregunto ¿cuáles fueron las razones suficientes que llevaron a los organizadores a convocar en esa fecha?, hubo tal vez, ¿falta de conciencia patriótica?, ¿desconocimiento de nuestra historia nacional?

Parte del problema que adolece nuestra sociedad es que acostumbramos a vivir el presente, sin preguntarnos ¿cómo se construyó? o ¿quiénes lo edificaron?, eso tiene mucho que ver con el débil conocimiento que tenemos de la historia, que es vista por algunos como algo sin sentido y que debe incluso ser eliminada del currículum académico, como en efecto se hizo en su momento con la materia de Relaciones de Panamá con los Estados Unidos y la disminución de horas de Ciencias Sociales en los colegios del país.

Esto es relevante, porque en la medida que se le quite interés a lo histórico, vamos disminuyendo como nación, porque desconoceremos nuestro origen y las características que nos identifican como panameños. Esto abre indefectiblemente el camino a la penetración cultural foránea y la extranjerización que, con el afán de comerciar y sumar capitales, se dan a la práctica de atentar contra nuestras raíces culturales.

Un país como el nuestro donde han cerrado las pocas librerías existentes, y abren a diario más cantinas y bodegas, es fácil de dominar por los grandes poderes económicos que han controlado la Nación desde 1903, y que no les interesa que la juventud sepa que hubo jóvenes honestos y con espíritu patriótico que sacrificaron su vida por un Panamá Libre y Soberano, sin bases militares estadounidenses y que fueron un ejemplo para las generaciones posteriores.

Estos jóvenes del Instituto Nacional que con valentía salieron hace 54 años a izar el Emblema Patrio en la antigua escuela secundaria de Balboa en la Zona del Canal, y que luego tuvieron el respaldo del pueblo panameño, eran líderes estudiantiles honestos que estaban inspirados en las gestas precedentes, como las que se dieron en 1947 en rechazo del Convenio Filós-Hines, la Operación Soberanía efectuada el 2 de mayo de 1958 (este 2018 se cumplen 60 años) y la Siembra de Banderas el 3 de Noviembre de 1959.

Pareciera entonces que fue mejor convocar el 9 de Enero a una concentración contra la corrupción política, y no empresarial, que resaltar a Ascanio Arosemena, primer mártir de esta Gesta o recordar que Panamá, en un hecho único en nuestra historia rompió relaciones con los Estados Unidos, producto de la masacre que se estaba dando en lo que hoy se conoce como la avenida de Los Mártires.

A pesar de lo expresado, considero, que no todo está perdido en la medida que tengamos dirigentes estudiantiles, obreros, de servidores públicos, indígenas, campesinos y sociedad en general que, sin dejar a un lado su permanente lucha contra las injusticias sociales, tienen una conciencia patriótica que los lleva a conmemorar fechas históricas como el 9 de Enero de 1964, que constituyó el principio del fin en la lucha por la soberanía nacional.

Por medio de la historia podemos ver el pasado, que nos sirve para analizar el presente, y proyectarnos hacia el futuro, en tal sentido, es importante que las universidades y centros educativos del país puedan elaborar una agenda de fechas patrióticas que sean motivo de análisis por los estudiantes y los motiven a confeccionar murales, obras de teatro, oratorias y visitas a sitios históricos, con el fin de que no olvidemos a los héroes que forjaron la Nación.

Cuando la juventud actual mira hacia el área revertida debe conocer que allí se encontraba una denominada quinta frontera colonial, con soldados estadounidenses y bases militares rodeadas de enormes cercas que impedían el acceso de los panameños. Ese territorio y el Canal que allí se encuentra volvió a manos panameñas el 31 de diciembre de 1999, en cumplimiento de los Tratados Torrijos-Carter, gracias a jóvenes como los del 9 de Enero de 1964 y otras generaciones que eran poseedoras de conocimiento histórico, las cuales se vieron inspiradas a enfrentar el poder imperial con sentido de nacionalidad y heroísmo que deben ser siempre recordadas e imitadas.

ABOGADO E HISTORIADOR.