• 14/03/2018 01:01

Regulación vs piratería

‘Es urgente definir el modelo que habrá de tomar esta vialidad en la ciudad como reflejo global en que todos estamos involucrados'

La ciudad de Panamá se ha transformado en una urbe moderna y la infraestructura de sus vías y accesos, así como sus nuevos modelos de transportes harán que la movilización tienda a ser más limpia, eficiente y tranquila. El Metrobús y el metro permiten adelantar que no obstante el crecimiento poblacional, las distancias serán más cortas entre el centro y la periferia.

Sin embargo y pese a las proyecciones, se requiere adecuar el esquema en que se desarrolla este subsistema de atención de pasajeros en el conjunto de variadas formas en que se manifiesta este sector. Las grandes cifras lo sugieren. En 2016 hubo un total de 55,486 accidentes en las diversas vías del país. Un año después, la cantidad ascendió a 56,827, un 2.4%.

‘Pasamos de los diablos rojos a los blancos que se mueven como bólidos [...]'

En cuanto a estos indicadores, la cifra de muertos en el mismo periodo disminuyó de 447 a 420 con un descenso de -6%. En el país circulan, según los registros del año pasado, unas 599,191 unidades; de las que en Panamá se movilizan 16,486 buses de todos los tipos comerciales y en San Miguelito, unos 3,313.

La tendencia es al ascenso y a una velocidad no planificada y que tampoco determina el mercado; a pesar de una desaceleración en adquisiciones en 2017.

Si uno compara los planes de fortalecimiento de las vías y su agilización a través de puentes, subterráneos y otras obras y la situación de las flotas con sus respectivos tipos de actividad; se da cuenta que algo no embona y que la oferta desordenada —por poner un nombre al desgreño— avanza más rápidamente que cualquier ordenamiento, previsión y surge la pregunta sobre qué modelo de tránsito terrestre va a recorrer estas vías en el futuro.

Con la instauración del Metrobús y la compra de las viejas unidades destartaladas utilizadas en la ciudad de Panamá, se creyó que una nueva época se iba a instaurar en la capital panameña y que pronto nos íbamos a ver como una de las metrópolis más enfocadas en la realidad del nuevo siglo. Pero el panorama dista mucho de ser así. Unos armatostes zombies se posesionaron de las calles y avenidas y otros piratas han creado una férrea competencia.

Pasamos de los diablos rojos a los blancos que se mueven como bólidos y controlan las tarifas a su voluntad y con abusos en las áreas fuera del perímetro metropolitano en los poblados del norte y el este porque en esos lugares no es visible el control o la regulación. ¿Por qué se cobra un pasaje que cuesta el doble del normal, allí donde el Metrobús recibe una cantidad de 25 centavos por pasajero?

Los sistemas masivos de acarreo de pasajeros en Panamá nacieron con modelos de monopolio y oligopolios. Durante el periodo de los militares se quiso crear condiciones para establecer cooperativas terminaron por convertirse en guaridas de los primeros piratas —dirigentes y grandes dueños de grupos de vehículos que crearon las cuentas— que dejaban en manos de incautos conductores y ‘palancas' buses y autos del servicio y quienes entregaban una alta suma diaria.

Éstos a su vez, aprendieron el modus operandi y reprodujeron el formato con terceros. Paralelamente, se creó un desordenado procedimiento de cupos que se utilizó como estímulo político e hizo acrecentar la cantidad de taxis y minibuses que se hacen visibles en las calles y carreteras y empeoran la circulación en sentido general y agudizan la relación entre los actores que intervienen en esta situación urbana.

¿Hasta dónde vamos a llegar de esa manera? ¿Qué pasará cuando se culmine la construcción de la segunda fase del metro? Es urgente definir el modelo que habrá de tomar esta vialidad en la ciudad como reflejo global en que todos estamos involucrados.

PERIODISTA Y DOCENTE UNIVERSITARIO.

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