• 21/04/2018 02:01

Brasil: 15 años de populismo es mucho

Churchill dijo una vez: ‘Cámbiese de partido, eso no importa, pero nunca traicione a sus principios y convicciones'.

Churchill dijo una vez: ‘Cámbiese de partido, eso no importa, pero nunca traicione a sus principios y convicciones'.

Todo lo que comienza mal termina mal. Lula fue electo en su primera elección (2002) por actos de traición a los ideales de una ‘manada' de hombres y mujeres que le fueron infieles a sus ideas y convicciones, por un puñado de reales que Lula les había ofrecido, si lo apoyaban a ganar las elecciones presidenciales. De esta manera les era mejor ganar dinero a los gamonales.

Guardamos de ese experimento infiel, el apoyo del expresidente José Sarney (PMDB) del estado de Marañón entre otros.

En agosto del 2002, leímos este párrafo del diario El País, en Madrid, España: ‘Siempre se dijo que la política es el arte de lo posible, pero Brasil está demostrando, en estas presidenciales, que puede ser también el arte de lo que parecía imposible. La muestra más reciente es el apoyo oficial del expresidente José Sarney (PMDB), que tan buenas relaciones tuvo con los militares, al candidato izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva. Se quedaron atrás los tiempos en que Lula decía de su actual aliado: 'Sarney no va a hacer ninguna reforma agraria, porque él es un invasor en el estado de Marañón, y no va a querer abandonar las tierras que le arrebató a sus propietarios', o cuando lo trataba de 'autoritario inoperante'.'

Esa contradicción larga de 15 años de esta alianza entre un sindicalista y un señor feudal, el primero apoyado por los obreros y pobres y el segundo apoyado por los patrones y el ejército, terminó muy mal. Allí solo contaban los intereses personales del uno y el otro. Y la ¿patria qué?

La historia demuestra que lo mal venido, siempre se lo lleva el diablo. Esta oscura alianza no podía ser muy duradera. Y el desenlace fatal se inicia con la separación de Dilma el 31/8/2016 y con la cárcel para su socio Lula el 5/4/2018. La cárcel de este último y el próximo autoexilio de Dilma son secundarios. Lo importante es dejar huérfano de padre y madre al populismo brasileño. Eso ya lo consiguieron.

Hoy en día, una epidemia de saltamontes está erosionando la campiña política brasileña por culpa del populismo ‘corrupto' de Lula.

El partido de los Trabajadores hasta el 4/4/18 había perdido cerca de 12 diputados. Es el partido que más diputado ha perdido hasta ahora. Están ganando curules los partidos de Temer/Sarney, industriales y patrones. Otra manera más de preparar el autogolpe en las elecciones del 2018: ¡No populismo a la vista por un siglo!

Se prevé que esa tendencia aflore ahora como una hemorragia histórica en los anales del Brasil moderno. De hecho, muchos de los líderes saltamontes (hacedores del juegavivo y acuerdos dentro de la(s) Cámara(s) y de las alianzas corruptas de Lula y Dilma (PT) están presos, imputados o como delatores de cohecho y/o maestros de apologías del crimen y delito). Como ven, ‘tongo bota'o (preso) no pone boleta'. El Brasil ya asistió ayer al entierro del Populismo de Lula y Dilma.

Sarney y Temer (PMDB) que ungieron a Lula y Dilma, ahora, que ya nos le sirven, los envían al calabozo, porque las presiones son muchas de parte de los terratenientes, militares, patrones, industriales, etc., que en el 2002 les dieron el aval y quince años después se lo retiran, porque ven que el fracaso del populismo es muy oneroso. La medicina es ahora peor que la enfermedad de antes del 2002. Ese malestar del Brasil continúa, ahora tienen que encontrar un nuevo remedio, tarea muy complicada en estos momentos, para enfrentar las elecciones del 7 y 28 de octubre próximo.

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