• 16/07/2018 02:00

Nicaragua en su tragedia

A mí entender, creo que los actuales dirigentes sandinistas con el presidente Ortega han caído en la celada de los sectores ultraconservadores al no dialogar 

Hay que reconocer que la tierra de Rubén Darío está en estos momentos viviendo una enorme tragedia combinada en distintos intereses, la Revolución Sandinista a pesar de la claridad y vigencia de sus grandes dirigentes fogueados contra el somozismo, están enfrentados a fuerzas reaccionarias de la mano de Donald Trump y sectores del clero conservador con neosomozistas, que pretenden imponer un régimen reaccionario a la medida de los intereses norteamericanos.

A mí entender, creo que los actuales dirigentes sandinistas con el presidente Ortega han caído en la celada de los sectores ultraconservadores al no dialogar en primer término con los estudiantes universitarios y amplios sectores del pueblo, sobre el pretendido aumento a la cuota del seguro social al tratar de imponer ese proyecto para salvar la crisis en ese renglón de la seguridad social, no por la conversación convincente sino por el uso de la fuerza, lo que los ha llevado a ensangrentar lamentablemente un país tan abonado en la lucha contra la dictadura dinástica de los Somozas.

Creo que la batalla del gobierno que libra desesperadamente el presidente Ortega no está perdida como decía el papa Francisco y los sectores progresistas, de los grandes prelados de Nicaragua podrán encontrar el camino reparador y pacificador del actual conflicto que normalice la situación de ese país.

Conozco la historia de Nicaragua, como he dicho al principio al mencionar al poeta Rubén Darío autor de aquella famosa poesía Margarita desde mis estudios primarios que guardando él distancia con la dictadura y atraído por la belleza de aquella niña familiar de los Somozas lo inspiró manteniendo sus propios principios contra esa tiranía que los sandinistas han enterrado para siempre. Esto demuestra que siempre hay una diferencia entre el talento de un gran escritor y un gobierno sátrapa que nada lo comprometía, como es el contenido de esa gran poesía Margarita. Digo que conozco la historia de Nicaragua, explicado anteriormente, debo subrayar que cuando yo apenas contaba con cinco años de edad, mi madre era vecina de unos nicaragüenses perseguidos, exiliados de Nicaragua y tanto cariño me tomaron ellos su esposa Berta y Carlos Gómez que me bautizaron en la iglesia de Santa Ana. Así lo admitió mi madre y por eso mi contacto con ellos fue frecuente y cuando mi madrina Berta falleció en los días en que aquella tiranía era derrotada, mi padrino Carlos Gómez se fue feliz a su tierra liberada llevándose los restos de mi madrina.

Desde Rivas estando mi padrino allí en su tierra natal me escribió varias veces y tuvo la intención de invitarme a hacer el viaje para celebrar el triunfo de los sandinistas y presentarme algunos de sus altos dirigentes, lamentablemente mi padrino ya era muy mayor y unos de sus familiares me escribieron deploraba su fallecimiento. Creo, según interpreté de la misiva recibida, que murió de felicidad por la alegría del triunfo de la revolución sandinista no le cabía en el corazón.

Debo decir para concluir que nos debemos mantener muy maliciosos en cuanto digan en estos momentos ciertos medios de comunicación principalmente los radiales que tergiversan el momento trágico de tantos muertos en Nicaragua. Se trata de una situación con muchas aristas en que está a la vista este momento de su deshora que es notoria la mano intervencionista de los Estados Unidos. Como panameño que quiero mi bandera, abiertos sobre los Judas infiltrados en la política están haciendo todas las maquinaciones para que reine en este país un régimen fascista, ante el cual debemos estar preparados.

ABOGADO Y PERIODISTA

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