• 25/12/2018 01:00

A Guillermo Sánchez Borbón

¿Acaso hemos olvidado que don Guillermo sufrió dos exilios políticos y fue víctima de intentos aún más graves, que pudieron aumentar, aún más, las posteriores investigaciones y denuncias de La Comisión de la Verdad?

Ahora que nos enfrentamos a una nueva elección nacional, no debemos olvidar el panorama de absolutismo y corrupción que ha venido empañando, históricamente, a la América Latina.

¿Acaso hemos olvidado que don Guillermo sufrió dos exilios políticos y fue víctima de intentos aún más graves, que pudieron aumentar, aún más, las posteriores investigaciones y denuncias de La Comisión de la Verdad?

¿Qué piensan al respecto las nuevas generaciones ciudadanas, entre las cuales incluyo a quienes fueron mis estudiantes en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional? Crímenes de los cuales, por cierto, y muchas veces, no tenían mayor conocimiento ni siquiera los propios militares y civiles que participaban activamente del Gobierno de la época.

¿Y, sobre todo de cara a esas nuevas generaciones panameñas, nos preguntamos ante quién se confesaron los culpables y quién los absolvió? No sería, ciertamente, de cara a nuestro muy admirado sacerdote jesuita Fernando Guardia Jaén, quien llegó a manifestarnos lo siguiente: ‘… lo importante es que se conozca la verdad, para que la Historia pueda dar su juicio… para que los panameños todos, los de hoy y de las próximas generaciones, y los ciudadanos de la Gran Patria Iberoamericana nunca más toleremos el poder de la vida y de la muerte en manos de una sola persona'.

Esto, por supuesto, se aplica a todas las generaciones de verdaderos ciudadanos, entre los cuales nos contamos quienes creímos, en octubre de 1968, que realmente se trataba del anunciado ‘Gobierno Provisional', comprometido en la preparación de un nuevo Código Electoral para la celebración de prontas elecciones nacionales; no de una ‘Revolución' de más de 20 años, que solo terminaría como consecuencia de una invasión militar extranjera. Código Electoral este en el cual trabajamos, arduamente, como parte de la Comisión Especial de siete miembros, bajo la dirección de nuestro ejemplar jurista, Dr. Ricardo J. Alfaro. Y que entregamos por cierto pocos días antes del plazo que se nos concedió.

Y qué decir, por otra parte, de la posterior ausencia de una importante, a la vez que endeudadora, contabilidad de los numerosos ingenios azucareros entonces establecidos, o de los ingresos y gastos del Seguro Social (propiedad de los asegurados), de la Zona Libre de Colón y hasta de una contabilidad responsable en nuestras fuerzas armadas.

¿Tampoco recordamos acaso que al caer la dictadura prolongada por el general Noriega durante más de veintiún años, se acusó igualmente a don Guillermo por denunciar a nuevos perseguidores que lo acusaban veladamente de ‘vendido' a los enemigos de quienes se encargaban del poder?

¿Y qué decir de los ‘Batalloneros', transportados en autobuses oficiales, al estilo de los que hoy siguen funcionando muy activamente en Venezuela y Nicaragua? ¿Y cómo calificar las implicaciones de los contratos multimillonarios de construcciones públicas otorgados, posteriormente, a la compañía constructora brasileña Odebrecht, en tantos de nuestros países? ¿Tampoco recordaremos nada a este respecto, al momento de votar en el año 2019?

¿Tenemos, aparentemente, una profunda y arraigada cultura política o no tenemos ninguna? ¿Qué pudiésemos agregar sobre aquéllos que piensan que ‘no estamos preparados para la Democracia', o que tal vez nunca lo estemos, y que precisamente por ello necesitamos Gobiernos de mano fuerte, militares y aún civiles? ¿Qué importancia, si alguna, reconocemos, realmente, a la crítica y vital independencia del Órgano Judicial con respecto al Órgano Ejecutivo?

A nuestro juicio, todo lo anterior ha contribuido a la dogmatización de nuestros electores, muchos de los cuales han terminado por no creer siquiera en las elecciones. Al respecto decía Fidel Castro: ¿Elecciones para qué? ¡Esto, muy de acuerdo con la cultura política soviética!

¿No ha llegado acaso la hora de que elementos verdaderamente patriotas, comprometidos, pensantes y honestos, que de hecho existen en todas las agrupaciones política y no políticas, se unan en una alianza o unión patriótica de Unidad Nacional, de cara al futuro del país? ¡Esta ha sido precisamente mi posición, expuesta reiteradamente en la prensa desde hace muchos años!

Con coraje y rebeldía, don Guillermo se refirió atinadamente, al final de la dictadura, a aquéllos que, ‘al fin, habían visto la luz'… o descubierto el pudor. ¡Ah, don Guillermo, bien te recordamos quienes fuimos tus asiduos lectores y amigos verdaderos!

Nota: Los dos libros citados al principio, y otros publicados por nuestro compatriota, en español e inglés, son accesibles en Amazon.

RICARDO LASSO GUEVARA ES AUTOR DE LOS LIBROS-ENSAYOS LA DEMOCRACIA HISTÓRICA Y AMÉRICA LATINA (CARTAS, CITAS Y REFLEXIONES) Y LA DEMOCRACIA ENJUICIADA: ALEGATO DE LA DEFENSA.

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