Las interrogantes de 2019

El año que se inicia presenta una serie de preguntas que no solo en política, por las elecciones que tendremos, sino también en lo social y lo económico, donde se aprecia un deterioro generalizado. Los primeros seis meses corresponderán al Gobierno que se va y el resto a quien lo suceda. Un año difícil, porque la oferta electoral no es la que quisiéramos los panameños, particularmente con la gente que acompaña a los candidatos presidenciales y la poca certeza de que, de acceder al poder, podrán deshacerse de ellos.

2018 terminó muy revuelto. Con un sector agropecuario en una permanente confrontación con el Gobierno y que se preparan para continuarla a principios del año; los jubilados en la calle, al igual que los educadores. La inseguridad disparada. Un marcado declive en la contratación de personal, como consecuencia de la crisis económica que se siente por todas partes. Hay falta de agua y de servicios básicos en muchas partes. A todo lo anterior, se nos presenta la Jornada Mundial de la Juventud y la visita del papa que, si bien traerá mucha gente al país, de seguro afectará a los habitantes de Panamá y San Miguelito, si las autoridades, como no lo han demostrado hasta ahora, no hacen bien su trabajo. Además, los reclamantes tratarán de sacar provecho de esta coyuntura.

¿Podremos escoger en 2019 a un mandatario con la capacidad de diálogo y búsqueda de consenso que no ha existido en los últimos diez años? ¿Será posible tener a un presidente que, si no logra la mayoría parlamentaria, como se espera ocurra, tenga la capacidad de gobernar con todos los sectores, sin necesidad de comprar o alquilar diputados, como ha sido la realidad de los últimos 10 años? ¿Podremos tener gobernantes que escojan a su equipo en base a sus capacidades técnicas y experiencia y no solo por su relación partidaria o ‘amiguismo'? Para mí lo más importante, ¿se escogerá a un presidente con la suficiente humildad para darse cuenta de que es el primer servidor público, sí... el primer servidor y no un ‘rey' que, si bien fue electo para el cargo, debe consultar lo que haga lo más ampliamente posible?

2019 será un año de retos y de oportunidades. Un Ejecutivo con una desaprobación de más del 80 %. Una Asamblea Nacional (AN) que nadie da un real por ella, sumida en toda clase de escándalos y que no ha sabido ejercer con dignidad su rol de fiscalizador de los otros Órganos del Estado. Un sistema judicial totalmente cuestionado que no le proporciona al país la seguridad jurídica y el Estado de derecho requerido por nacionales y extranjeros. A todo lo anterior, habría que sumar la cantidad de proyectos contratados a pagar el próximo Gobierno que dificultarán los primeros meses de quien salga electo.

¿Podrán los panameños escoger una nueva AN que le brinde el decoro que ese Órgano del Estado no ha tenido en los últimos años? ¿Serán electos suficientes diputados que sepan enfrentarse a aquellos que, de seguro se reelegirán, que solo piensan en llegar, porque es una buena forma de hacerse rico? ¿Será posible que los nuevos que salgan escogidos no se dejen contaminar por esos que no ven la AN para hacer leyes y fiscalizar, sino como medio para pasar bien cinco años allí?

Lo más determinante será lograr un quinquenio donde se combata de verdad la corrupción y donde impere la transparencia oficial, no como ahora ha sido, solo de la boca para afuera. Donde se castigue al que le roba al Estado y se cese la impunidad que ha prevalecido y la selectividad para no investigar a todos por igual. El actual contralor se quedará en su cargo hasta el 31 de diciembre de 2019 y la procuradora por cinco años más. ¿Podrán ambos en ese tiempo brindarle al país la certeza de que las cosas se harán bien, a pesar de que antes no ha sido así?

Panamá se merece lo mejor para 2019. El país endeudado y la irresponsabilidad fiscal que encontrarán los nuevos gobernantes requerirá del coraje, la creatividad y el ingenio que no han existido y de la búsqueda de muchos consensos. Lo enclenque de nuestras instituciones obligarán a tomar decisiones que no serán fáciles, como lo serán el poner orden en la AN y exigir una mayor rendición de cuentas al Órgano Judicial.

Está en manos de los electores escoger a los mejores, para acometer los tantos retos que nos presenta este nuevo quinquenio y convertirlos en oportunidades para la mayoría de los panameños.

ABOGADO, POLÍTICO Y DIPLOMÁTICO.

‘Panamá se merece lo mejor para 2019. [...] requerirá del coraje, la creatividad y el ingenio que no han existido y de la búsqueda de muchos consensos'