• 22/02/2019 01:01

OIT: informe sobre el futuro del trabajo

‘[...] propone un mundo del trabajo enfocado en las personas, a través de 10 medidas [...]'

El 22 de enero pasado se presentó el informe de la Comisión Mundial designada por la OIT para abordar el tema del futuro del Trabajo, que laboró por 15 meses, integrada por miembros destacados del mundo empresarial, laboral y académico, organizaciones gubernamentales y ONG.

‘El mundo del trabajo experimenta grandes cambios que crean numerosas oportunidades para más y mejores empleos. Pero los Gobiernos, los sindicatos y los empleadores necesitan trabajar juntos, a fin de hacer que las economías y los mercados laborales sean más inclusivos. Este tipo de diálogo social puede contribuir a que la globalización nos beneficie a todos', declaró el primer ministro sueco, uno de sus co-Presidentes.

‘Las cuestiones destacadas en este informe son relevantes para las personas en todas partes y para el planeta', comentó el director general de la OIT. ‘Pueden ser desafiantes, pero si las ignoramos, lo hacemos por nuestra cuenta y riesgo'.

El informe indica que, según datos de OIT, 190 millones de personas (64 millones son jóvenes) deben ser empleadas antes de 2030 para aminorar el desempleo mundial; que 2000 millones de personas laboran en la informalidad; que 300 millones de trabajadores viven en pobreza extrema (menos de B/2.00 al día); que los salarios en el mundo crecieron solo en 1.8 % en 2017, mientras que el año anterior habían crecido 2.4 %; que la mujeres reciben 20 % menos salarios que los hombres; que entre 1989 y 2017, el 1 % de la población aumentó sus ingresos en 27 %, mientras que el 50 % de la población mundial más pobre solo aumentó sus ingresos en 12 % y que solo el 54 % de la población mundial tiene acceso a internet.

En consecuencia, propone un mundo del trabajo enfocado en las personas, a través de 10 medidas centradas en tres ejes medulares. Primer eje: Incrementar la inversión en las capacidades de las personas que conllevará a, a) Reconocer un derecho universal al aprendizaje permanente; b) Incrementar inversiones en instituciones, políticas y estrategias que apoyen a las personas en las transiciones del trabajo, que los jóvenes se integren al trabajo, a la vez que los trabajadores de edad avanzada puedan seguir activos económicamente; c) Aplicar un programa transformador y mensurable para lograr la igualdad de género; d) Fortalecer los sistemas de protección social, asegurando cobertura universal de protección social desde el nacimiento a la vejez.

El segundo eje sería Incrementar inversión en las instituciones del trabajo. a) Estableciendo una Garantía Laboral Universal que facilite un piso de protección social para todos los trabajadores, entre ellos, los derechos fundamentales de los trabajadores, un salario vital adecuado, límites al tiempo de trabajo y mayor seguridad e higiene en el lugar de trabajo; b) mayor disponibilidad de tiempo, procurando que se concilie la vida profesional con la familiar, sujeto a necesidades de la empresa, que garantice horas mínimas; c) Promover la representación colectiva de los trabajadores y de los empleadores, así como el diálogo social, mediante políticas públicas; d) Gestionar correctamente la tecnología en aras del trabajo decente y adoptar medidas que favorezcan el control humano de la misma.

El tercer eje es Incrementar la inversión en trabajo decente y sostenible, a) Creando incentivos a la inversión en áreas clave que fomenten el trabajo decente y sostenible y b) Remodelar las estructuras de incentivos empresariales para alentar inversiones a largo plazo en la economía real con indicadores de progreso complementarios en aras del bienestar, la sostenibilidad medioambiental y la igualdad.

Estos esfuerzos requieren de solidaridad entre las personas, las generaciones, los países y las organizaciones internacionales, indica el informe, concluyendo que los cambios en el mundo del trabajo marcarán la vida laboral de los jóvenes, por lo que hay que ofrecerles la mejor preparación para que naveguen por las transiciones que dichos cambios implican, apertrechando colectivamente a la sociedad para aprovechar al máximo las oportunidades que se presentan.

EL AUTOR ES DOCTOR EN DERECHO DEL TRABAJO Y PROFESOR UNIVERSITARIO.

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