• 27/02/2019 01:00

La mochila verde

En 2005 Ricaurte Vásquez era jefe del MEF. Gracias a Franklin Castrellón, asistió a una entrevista radial conmigo.

En 2005 Ricaurte Vásquez era jefe del MEF. Gracias a Franklin Castrellón, asistió a una entrevista radial conmigo. Con docencia y hablando español –no la jerga de los economistas–, la divertida transmisión sobre impuestos, duró el doble de lo programado. Yo conocía el rumor sobre su mochila verde. Pensé que era una broma. Conducido por Alvin Headley, Vásquez llegó a aquella cita, no con el cajonero y fino maletín ejecutivo. Tenía sus documentos importantes dentro de una mochila sencilla. ‘Me la prestó mi hija', dijo sonreído el ahora jefe designado de la ACP, mientras la descolgaba del hombro.

Desde hace 104 años el Canal hace dos cosas con excelencia. Primero, cobrar peajes por ser atajo entre mares. Segundo, dar mantenimiento a los lagos, planta y equipo que permiten dicho atajo. Pronto, evolucionará para ser además el eje de un centro logístico-industrial que enriquezca a la carga y al país. Pensaríamos que esa evolución es la prioridad de la organización. No lo es. Tal vez Vásquez comparta mi pasión por el segundo de ‘Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva'. Stephen Covey, autor del libro, propone que al inicio de una tarea, tengamos claro el final. En 2026, al saludar a su sucesor, ¿qué debe haber logrado Vásquez? La respuesta es estremecedoramente sencilla: agua. Sin ella no hay Canal. Es una meta nacional prioritaria y subestimada. Mencionaré datos claves que sería bueno considerar.

En proporción al territorio y población, somos el 5to país con más lluvia y el 2do con más agua del mundo. En América Latina, somos el mayor consumidor. De cada 100 litros de lluvia, usamos 14 para hidroeléctricas, 2.5 para que el Canal funcione, 0.3 para agricultura y 0.2 para consumo humano. Los 83 litros restantes, se pierden, de regreso al mar. ¡83! Debemos acumular una parte de lo perdido, creando más embalses. Solo hay 5: Fortuna, Bayano, Gatún, Alajuela y La Estrella. La mala gestión del recurso tiene extremos despiadados. Por un lado, todos los años entre septiembre y noviembre, inundaciones causan estragos en Colón. Por otro lado, todos los años entre febrero y abril, el ganado muere de sed en Azuero.

Adicionalmente, necesitamos cambiar nuestra cultura de tala y quema. Stanley Heckadon, en su obra ‘De selvas a potreros', explica que matamos árboles para cocinar con leña, producir ebanistería, construir casas y crear espacio a cultivos, ganadería e industrias. La deforestación causa erosión, sedimentación de los lagos y, por tanto, menor calado para transitar buques. En síntesis, deforestar impacta los aportes del Canal al tesoro nacional. Eso afectará nuestro bienestar personal. El Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales y Olmedo Alfaro, avanzan iniciativas para mitigar el problema. Proponen reforestemos utilizando 5 especies clave: Cocobolo, Amarillo, Zapatero, Almendro y Quira. estas producen en el suelo un ‘efecto esponja' indispensable.

¿Qué hay que hacer? Crear la Autoridad del Agua. Con un modelo similar a la ACP, estaría razonablemente protegida de la política y el clientelismo. Contaría también, con cierta autonomía operacional. El nuevo ente asumiría responsabilidades nacionales para garantizar acceso al agua, según cada necesidad.

Recomiendo emular a quienes lideran la gestión técnica del agua. Israel, un desierto con gente innovadora, conoce el tema y puede asesorarnos. Holanda, bajo el nivel del mar, tiene expertos que pueden aconsejarnos. Corea, reducido a cenizas hace 65 años por una guerra civil, es ahora la cuarta economía de Asia y tiene mucho que enseñarnos también. Los embajadores Mansour, Janssen y Choo, seguramente anhelan colaborar. La anécdota de la mochila verde es pertinente. Denota la actitud humilde y sin ambages con la que Vásquez aborda las cosas. Además, es sensato suponer que la impronta de la Prof. Rosamérica Morales de Vásquez –su madre– le mantiene periódicamente aterrizado, entre los vuelos que su carrera ha exigido.

Espero que aún conserve la mochila y encuentre dentro de ella –junto con el próximo presidente– herramientas para lograr esta meta nacional prioritaria y subestimada.

INVESTIGADOR DE MERCADOS.

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