• 12/03/2019 01:00

¿Pa' qué?

La seguridad alimenticia, vaya a ver a dónde fue a dar, muchos programas que recomiendan ‘el Fit', sin embargo, de a vaina da para comer ‘el Fat'

Para ninguno de los que vivimos en Panamá, sobre todo los que somos panameños, es un secreto que nuestro país está pasando por uno de los momentos más difíciles de los últimos 60 años, por lo menos, independientemente de lo que digan algunos, que durante la época de los militares todo fue malo.

La seguridad de los individuos es historia, cayendo en histeria, salir a la calle es arriesgarse a quedar en medio de un tiroteo, tan común en nuestras avenidas, hoy en día.

La seguridad alimenticia, vaya a ver a dónde fue a dar, muchos programas que recomiendan ‘el Fit', sin embargo, de a vaina da para comer ‘el Fat'; y prueba de ello es el incremento de la obesidad por un lado y la noticias de muerte de niños por desnutrición.

Aunque no quisiera, hay que tocar el tema de la salud, hospitalización y medicinas. No sé ni por dónde empezar, pero lo cierto es que su calificación es muy pero muy baja. Si tiene la suerte de que le toque un médico responsable, cuando va a la farmacia, seguro que le da un derrame o un ataque cardíaco, con el costo de los medicamentos. Nuestra Caja del Seguro Social que, por momentos pareciera, que como Lázaro, dispuesta a levantarse y caminar, de repente, cae nuevamente en estado vegetativo.

La educación tampoco está muy alejada del cuarto de cuidados intensivos, desde que enredaron todo con básica, media, intermedia, nadie sabe dónde se encuentra ni los estudiantes ni los padres de familia y mucho menos los profesores. ¿Qué tenía de malo, pre kínder o kínder (bebés), primaria (jóvenes), secundaria (adolescentes, iniciando, primer ciclo, concluyendo, segundo ciclo).

No puedo dejar de hablar del transporte, tenemos una combinación de demonios amarillos, verdes y blancos, matándose y matando a todo el que encuentren en las calles, todo el día. Si piensa salir de su casa, primero échese una rezadita a su santo de devoción, para que le dé la mano. Los semáforos pareciera que no funcionan o las personas son daltónicas, porque los conductores simplemente no se detienen. Y Dios lo libre de tratar de pasar una calle por la línea de seguridad, mejor espere un poco y deje que otro se adelante, no sea que le pasen por encima.

Muchas veces, durante ese tiempo que a veces podemos dedicar a nuestro espíritu y en solitario, probablemente nos hemos preguntado más de una vez ‘¿pa' qué esto o pa' qué aquello, si la realidad que nos muestran noticieros y periódicos es deplorable y evolutivamente tenebrosa?'.

Lo cierto es que, mientras haya vida, hay esperanza que debemos cultivar, sobre todo si tenemos hijos o nietos residiendo en Panamá. Es nuestra obligación y responsabilidad hacer cuanto tengamos que hacer, con el fin de tratar de lograr un país más justo y equitativo para todos; en el cual la seguridad alimenticia, la salud y la justicia no sean un privilegio y la educación sea un legado.

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