• 10/06/2019 02:00

Tiempos de correcciones

‘Con los aires de correcciones que parecen venir, los medios de comunicación y la labor de informar deben rescatar su verdadera misión'

Varias veces he citado al periodista, escritor y filósofo del siglo pasado, Walter Lippmann (1889-1974), quien señaló que ‘la versión de un periodista sobre la verdad está sujeta y limitada a cómo ese periodista construye su realidad. De allí, la noticia, es grabada con imperfección (‘imperfectly recorded') y muy frágil para llevar la ponderación de órgano de democracia directa'. Creo que poco ha cambiado desde la formulación de aquellas teorías de Lippmann sobre el periodismo, y en particular el rol del periodista, aún tienen cabida en estos tiempos de Twitter.

Desde su época en la primera mitad del siglo XX, él sugirió que ‘las personas, incluyendo los periodistas, son más dados a creer ‘la imagen en sus mentes' que llegar a un juicio mediante el pensamiento crítico (‘critical thinking')'. Expertos han definido las limitaciones cognitivas del ser humano, en cuanto a que tiene dificultades en comprehender, asimilar y llegar a conclusiones sensatamente y valederas sobre la diversidad de eventos que ocurren en su medio y en las esferas alrededor de ese medio. Yo agregaría que esferas interminable, por el sencillo hecho de que un evento puede estar ligado otro; y si no lo está, influenciado por otros, y otros, y otros, y así sucesivamente.

No hay ser humano que pueda desmenuzar la inmensa cantidad de información que le va y le llega por diversos canales. Discernir entre los que están a favor, en contra, o los que andan pescando en río revuelto, con sus opiniones y desviaciones en los programas de opinión que nos agobian todos los días, en todos los medios; asesinando la razón y atentando contra el futuro. El caso Martinelli es un buen ejemplo y es allí en donde los medios y el periodismo deben estar llamados a jugar un papel determinante en el esclarecimiento de los temas para la construcción del marco social saludable para todos.

Hay gente que se levanta todos los días para conspirar de la manera más desvergonzada a favor de causas mezquinas y muchas veces delictivas. A toda hora ellos construyen y diseminan información para desviar la atención. Los ya famosos tuits: en donde ‘yo te sigo y tú me sigues' se han tomado los espacios de razonamiento sensato y los medios apoyándose en ellos, han caído en este gatuperio de dimes y diretes, acusaciones, mentiras y desvergüenzas, contribuyendo a que la mayoría de la población dirija su atención a las nimiedades cotidianas y eviten ver y discutir lo verdaderamente importante.

Reflexionar sobre este tiempo que vivimos. La gestión de los últimos dos Gobiernos (cuestionables) han sufrido deformaciones en su presentación al público, debido a la manipulación de los medios, la influencia perversa de algunas de las partes en el desenvolvimiento de los eventos y el mal uso de la tecnología moderna.

Con tantas faltas en el mundo, creo que debemos visitar los conceptos básicos cada cierto tiempo, ahora más que nunca. Primero: cualquier actividad que realiza el ser humano debe ser con el fin de garantizar el avance positivo de la especie. Me cuesta pensar que haya alguien que pueda discutir o estar en desacuerdo con ese principio. Por ejemplo, una estadística que debemos tener presente es que aproximadamente 9.5 millones de niños fallecen antes de los cinco años de edad por enfermedades prevenibles. Algunos de eso niños son de aquí, de las comarcas, de áreas apartadas del interior de la República.

Segundo: la tecnología, y en particular la tecnología para la comunicación humana, debe —igualmente— ser para el mejoramiento de las condiciones de vida de todos. Superando las señales de humo, las palomas mensajeras, los hemeródromos (mensajeros corredores), etc., se han creado y masificado suficientes elementos tecnológicos para garantizar que, en cuestión de segundos, un lado del planeta pueda comunicarse con alguien del otro lado. ¿Cuál es el afán de utilizarlo para el engaño?

Lippmann, según su biografía, ‘nunca asumió que la noticia y la verdad fuesen sinónimos. La función de la noticia es para resaltar un evento; la función de la verdad es para traer a la luz los hechos ocultos y colocarlos en relación, el uno con el otro, y crear una imagen de la realidad sobre la cual podemos actuar'. Con los aires de correcciones que parecen venir, los medios de comunicación y la labor de informar deben rescatar su verdadera misión.

COMUNICADOR SOCIAL.

‘Hay gente que se levanta todos los días para conspirar de la manera más desvergonzada a favor de causas mezquinas y muchas veces delictivas'

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