• 29/06/2019 02:00

Racionalidad e intuición

‘Una especie como la nuestra, [...], se habría extinguido hace mucho tiempo, si no tuviéramos esas capacidades cognitivas para detectar peligro [...]'

Tradicionalmente se nos dice que debemos ‘analizar antes de actuar', y eso está bien, porque actuar solo con base en impulsos nos puede llevar a cometer tonterías destructivas de nosotros mismos y hasta en perjuicio de otras personas. Pero hay situaciones en que uno tiene que prestar atención a lo que le sugieren sus tripas y tomar muy en serio lo que estas le dicen a uno. De hecho, la inteligencia humana no funciona sin intuición y pretender ignorar esta, puede también llevar a resultados catastróficos.

Existen casos de personas con autismo que muestran extraordinarias capacidades de memoria, por ejemplo. A estas personas se les llama savant, y la mayoría de nosotros quizás conoce el fenómeno a través de la película ochentera ‘Rain Man' (Barry Levinson, 1988). Existen personas así, y por ejemplo algunos pueden dibujar de memoria un paisaje que solo hayan visto una sola vez en su vida, con un grado de detalle impresionante. Una memoria fotográfica. Es natural ante esto el preguntarnos cómo una persona con capacidad de memoria tan impresionante, pueda tener trastornos cognitivos. Resulta que no es nada paradójico. No es ‘a pesar de', sino que precisamente en eso está su padecimiento. Usted y yo podemos entender historias, entender metáforas, lenguaje simbólico, entender el humor encerrado en un chiste o en una caricatura, y otras cosas que ‘Rain Man' no puede hacer, precisamente porque usted y yo no recordamos toda esa miríada de detalles que el cerebro de ‘Rain Man' registra.

La capacidad de memoria de una persona normal está limitada justamente como una adaptación que nos permite hallar patrones en el mundo a nuestro alrededor. Nuestro cerebro descarta información precisamente porque nuestros procesos cognitivos están adaptados para hallar patrones, tanto en el mundo inanimado como en las acciones de seres con volición, entre ellos otros humanos y también animales, pero para que nuestro cerebro pueda encontrar esos patrones y alertarnos de ellos, se requiere que priorice información y, por tanto, deseche el resto. Esto está muy relacionado con lo desarrollado en artículos previos sobre la religiosidad y los procesos cognitivos involucrados en dicho fenómeno: nuestro módulo de detección de agencia hipersensible es un ejemplo de adaptación en que opera esto de hallar patrones, incluso allí donde no necesariamente los hay.

En un mundo lleno de incertidumbre, una memoria infalible no solo no ayuda, sino que se convierte en un hándicap. ‘Nuestro cerebro no puede evitar hacer inferencias sobre el mundo. Sin ellas, veríamos detalles pero no estructuras. Un buen sistema perceptual debe ir más allá de la información dada; debe ‘inventar' cosas. Tu cerebro ve más de lo que ve tu ojo. La inteligencia significa hacer apuestas, tomar riesgos', dice Gigerenzer.

Esas abstracciones no son siempre procesos conscientes y requieren de aquello que llamamos intuición. Como expresa Gigerenzer: ‘En muchas ocasiones, la intuición es el timón en la vida. Con frecuencia la inteligencia funciona sin razonamiento consciente. De hecho, la corteza cerebral en la que reside la llama de la conciencia está repleta de procesos inconscientes, al igual que las partes más antiguas del cerebro. Sería erróneo asumir que la inteligencia es necesariamente consciente y deliberada'. (Gigerenzer. ‘Gut Feelings: The Ingelligence of the Unconscious', 2007).

Ensayos con deportistas experimentados arrojan que cuando la persona tiene que hacer una tarea en la que es experta, la mejor estrategia es que la persona la ejecute sin pensar demasiado en ella. Por ejemplo, un futbolista que deba patear un tiro de penal, si piensa demasiado, lo falla. El pateador debe decidir rápidamente cómo va a ejecutar el tiro y luego ejecutarlo. Si tarda más de X tiempo pensando cómo lo va a ejecutar, merma su desempeño en la ejecución del penal. En cambio, una persona que está aprendiendo apenas a ejecutar una tarea que requiere coordinación motora, sí mejora su desempeño en la medida en que presta atención y se concentra en la ejecución. El corolario es que en procesos cognitivos, a veces menos es más.

Esto riñe con la idea cultural de que siempre es mejor contar con la mayor cantidad posible de información antes de tomar una decisión. Pero ‘la civilización avanza en la medida en que extendemos el número de operaciones importantes que podemos ejecutar sin pensar en ellas', dijo Alfred North Whitehead. Y Whitehead tenía razón. De hecho, jamás habríamos llegado a ‘inventar' la civilización si no hubiésemos poseído previamente esa capacidad para entender, conocer e inteligir sin necesariamente emplear nuestras capacidades cognitivas típicamente asociadas con el razonamiento consciente de carácter lógico. Dependemos en gran medida de esa intuición, esos procesos cognitivos que ‘bajo el capó' siguen funcionando y detectando patrones que nos dan señales que luego usamos para guiar nuestras decisiones y conducta.

Esa intuición que usted ha sentido alguna vez, que le dice que es mejor irse del sitio de donde está, porque ‘algo no le cuadra' de ‘esos tipos raros' que están allá del otro lado de la calle, pues a esa intuición me refiero. En infinidad de casos de personas que alguna vez han sido víctimas de hurto, robo o alguna otra situación delictiva en la vía pública, la persona relata luego que antes de que ocurriera el evento en cuestión, ‘algo le decía' que debía irse, pero no se fue por X o Y motivo, y ¡zas!, le pusieron un cuchillo al cuello y le llevaron todo. ‘Si tan solo hubiera hecho caso a esa vocecita que me decía que me fuera'.

Bueno, eso no es nada sobrenatural ni paranormal. Una especie como la nuestra, en que estamos expuestos en nuestro ambiente natural a depredadores, se habría extinguido hace mucho tiempo, si no tuviéramos esas capacidades cognitivas para detectar peligro aún sin saber identificar el porqué. De hecho, en seguridad personal lo primero que te dicen es que prestes atención a tu intuición y si ves o sientes que algo anda mal o que algo no cuadra en el sitio, ya sea las personas alrededor o cualquier otro elemento ambiental, debes hacer caso a tu intuición y procurar salirte de la situación cuanto antes. Tu supervivencia puede depender de ello.

ABOGADO

‘Nuestro cerebro descarta información [...] porque nuestros procesos cognitivos están adaptados para hallar patrones, tanto en el mundo inanimado como en las acciones de seres con volición, [...]'

‘Esa intuición que usted ha sentido alguna vez, que le dice que es mejor irse del sitio de donde está, [...], pues a esa intuición me refiero'

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