• 04/08/2019 02:00

Venezuela... ¿qué hacer?

Hasta la fecha se han celebrado infinidad de reuniones en Noruega, República Dominicana, etc. y ninguna ha tenido éxito

En Venezuela siguen agravándose los problemas: no hay comida, medicinas ni productos para el aseo personal. Tiene la inflación más grande del mundo y ha obligado a una inmigración de casi cinco millones de venezolanos. Solo hay dinero y toda clase de productos para Maduro, Diosdado Cabello y los otros cercanos a la dictadura. Han saqueado las arcas públicas para llenar de dinero a sus insaciables bolsillos.

Más de 60 países respaldan al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, para que en esa calidad, llame a unas elecciones libres y democráticas lo más pronto posible, con una amplia supervisión internacional. Existen algunos que respaldan a la dictadura de Maduro; entre esos, por supuesto, están las dictaduras de Cuba, China y Rusia, entre otras. Todas las naciones que se oponen al dictador venezolano, incluyendo el ‘Grupo de Lima', del cual forma parte Panamá, no consideran una acción militar como una opción para resolver el problema venezolano, en lo cual tienen toda la razón. Sin embargo, ese grupo de la mayoría de países latinoamericanos se ha pasado todo el tiempo pidiendo reuniones y diálogos, sin darse cuenta —o no quieren aceptarlo— de que todos los diálogos celebrados, hasta ahora, han fracasado y han favorecido a Maduro. Hasta la fecha se han celebrado infinidad de reuniones en Noruega, República Dominicana, etc. y ninguna ha tenido éxito.

En días pasados el ‘Grupo de Lima' hizo las mismas declaraciones que en las reuniones anteriores. Prácticamente utilizó las mismas frases de respaldo al presidente de la Asamblea, Juan Guaidó, para que lleve a cabo unas elecciones en el menor tiempo posible, asegurándose de que sean libres y democráticas y condenando a Maduro y a su régimen.

Panamá amenazó hace algún tiempo al dictador Maduro con tomar medidas muy fuerte contra su régimen. Este pensó que esas amenazas se convertirían en realidad y tomó rápidamente represalias contra nuestro país. Panamá dio marcha atrás y todo terminó quedando solo en amenazas incumplidas.

Ahora el presidente Laurentino Cortizo quiere prestarse para servir de intermediario, buscando una solución dialogada, para buscar la salida de Maduro y su régimen. Ojalá tenga éxito en una misión en que muchos gobernantes han fracasado.

Algunos venezolanos no simpatizantes de la dictadura, pero igualmente corruptos, por ganarse una comisión han sacado mucho dinero madurista con destino a los EE.UU., para abrir cuentas y tener otros activos, como si ellos fueran sus verdaderos dueños.

Si los EE.UU. hicieran una ‘purga' de todas estas cuentas y activos y dejara de comprarle petróleo a Venezuela y los países del ‘Grupo de Lima' y otros de Las Antillas y que de los bancos suizos, que no son lo que dicen ser, congelaran todos los fondos, muy bien disfrazados, que tienen Maduro y su grupo, podemos tener la más absoluta seguridad de que en muy poco tiempo se cae la dictadura madurista. A ellos solo les interesa el dinero.

Panamá debe tomar muy en cuenta que Venezuela fue uno de los primeros países en apoyarnos cuando el general Omar Torrijos buscaba la abolición del Tratado de 1903 y la aprobación de uno nuevo que nos diera la total soberanía sobre nuestro territorio. Ayer este país nos ayudó mucho y hoy necesita de nosotros. ¿Nos vamos a cruzar de brazos o a sugerirle al ‘Grupo de Lima' para que tome acciones colectivas en forma pacífica, pero que sean efectivas, como congelarles los dólares u otras monedas fuertes que tanto les apetecen?

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