• 26/04/2020 00:00

Solidaridad y liderazgo

Todas las mañanas, quizás para darme ánimos, pongo la canción que España ha divulgado, que se titula “Volveremos a brindar” de la artista Lucía Gil, de apenas 21 años, donde resalta la forma en que los españoles no solo ponen sus esperanzas en salir de esta crisis para “romper el metro entre unos y otros” y señalando la fórmula en que los nacionales de ese país han encontrado para relacionarse: saliendo a las 8 de la tarde a aplaudir “para verse desde lejos, empujando al mismo sitio” y también para demostrar la solidaridad con los trabajadores de la salud, que mientras unos se quedan en casa, otros cuidan a los pacientes.

Todas las mañanas, quizás para darme ánimos, pongo la canción que España ha divulgado, que se titula “Volveremos a brindar” de la artista Lucía Gil, de apenas 21 años, donde resalta la forma en que los españoles no solo ponen sus esperanzas en salir de esta crisis para “romper el metro entre unos y otros” y señalando la fórmula en que los nacionales de ese país han encontrado para relacionarse: saliendo a las 8 de la tarde a aplaudir “para verse desde lejos, empujando al mismo sitio” y también para demostrar la solidaridad con los trabajadores de la salud, que mientras unos se quedan en casa, otros cuidan a los pacientes.

No estoy segura de que lo hago por nostalgia de la vida que nos ha cambiado de sopetón o porque uno se vuelve muy sentimental mientras pasan las semanas de confinamiento a las que estamos sometidos. Lo cierto es que esa canción se ha hecho tan viral que hasta en los mensajes del Ministerio de Salud aquí en Panamá la usan.

Y es que vemos a diario muestras de solidaridad y de desprendimiento de parte de empresas, individuos y organizaciones, también Gobiernos extranjeros y entre nosotros mismos. Nos estamos apoyando para sobrellevar este alejamiento forzoso, de mil maneras. La Policía ha estado trayendo serenatas a diferentes barrios y eso alegra mucho a la gente. Es más, me atrevería a decir que por el sentimentalismo a flor de piel que tenemos, porque también nos hemos hecho más vulnerables, nos emociona hasta el más mínimo gesto que hagan ciudadanos y entidades.

En esta semana que suma ya la séptima desde que se detectó el primer caso de COVID-19, celebramos el Día de la Tierra (el 22), el Día Internacional del Libro (23 de abril) y ayer, el del Escritor Nacional, por la conmemoración del natalicio de Rogelio Sinán en la isla de Taboga, hace 118 años. Y cada uno se ha celebrado, no solo en Panamá sino en todo el mundo, de manera virtual. Eso dice mucho de la capacidad de los seres humanos a adaptarnos y reinventarnos hasta en las peores adversidades.

El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU) envió una carta al presidente Laurentino Cortizo destacando su liderazgo en esta crisis mundial y el sentido humanitario que ha llevado al país a atender las necesidades de los sectores más vulnerables, incluidas las mujeres, las personas con discapacidad, los privados de libertad, los pueblos indígenas y los que están en situación de movilidad humana, sin dejar a nadie atrás. También hizo referencia al respaldo que dio el Gobierno panameño al llamado de la ONU al alto al fuego global y fue aún más allá, destacando que “Panamá, como Estado miembro fundador de las Naciones Unidas, es un campeón de la paz en el mundo”.

Le tocó al secretario general ponderar una actividad que se ha ido llevando a cabo en forma silenciosa, y es el Centro Logístico Regional de Asistencia Humanitaria, CLRAH, que funciona en el área económica especial de Panamá Pacífico, bajo la estructura organizativa del Ministerio de Gobierno. Es el más importante de la región para dar respuestas a la pandemia. Desde ese centro ha salido ayuda hacia unos 25 países, como un acto de apoyo al combate al COVID-19. A través de diversos vuelos humanitarios se han llevado insumos y equipos médicos que se han convertido en una ayuda significativa y que han servido para que los países puedan enfrentar la pandemia. El CLRAH es una plataforma logística de asistencia humanitaria, cuyo fin es facilitar las actividades de recepción, manejo, almacenamiento y redistribución de insumos y equipo, así como la movilización de recurso humano, sin perjuicio de cualquier otra actividad afín, para una eficiente gestión de asistencia humanitaria frente a las emergencias nacionales e internacionales.

El complejo logístico cuenta con un área total de 6.12 hectáreas ubicadas contiguo a la pista del Aeropuerto Internacional Panamá Pacífico y con una alta conectividad con los más importantes puertos de carga contenerizada ubicados en Panamá y Colón.

Nos hace sentir muy bien, a todos los panameños, que hayan quedado atrás los escándalos de los “Panama Papers”, la infame Lista Clinton, que hizo quebrar a todo un imperio, causado con premeditación y alevosía para beneficiar a un grupo económico, la inclusión de nuestro país en las listas grises y negras de la OCDE, GAFI y la Unión Europea como países que son paraísos fiscales. Que ahora se nos reconozca como el país que siempre hemos sido: neutral, pacífico, que logró que se nos devolviera el recurso natural más valioso que nos permite la posición geográfica, el Canal de Panamá, por medio de negociaciones diplomáticas.

En medio de tanta incertidumbre y tantas adversidades, nos tranquiliza que el mundo nos vea como un buen referente.

Arquitecta
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