• 11/09/2020 00:00

Secuencia cronológica de la pandemia

Cuando el virus de la COVID-19 se convirtió en pandemia, el Gobierno del presidente Laurentino Cortizo actuó muy rápido. Nombró una comisión de respetados científicos para que lo asistieran y pidió, ante lo que se presentaba, la unidad del pueblo panameño.

Cuando el virus de la COVID-19 se convirtió en pandemia, el Gobierno del presidente Laurentino Cortizo actuó muy rápido. Nombró una comisión de respetados científicos para que lo asistieran y pidió, ante lo que se presentaba, la unidad del pueblo panameño. Sus acciones fueron muy bien acogidas por la gran mayoría de los ciudadanos. Panamá, por su actuación, mereció el respaldo colectivo e inclusive felicitaciones de la comunidad internacional. Fue puesto como ejemplo ante otros países de Latinoamérica.

La pandemia ha durado mucho más del tiempo esperado. Sus efectos se hicieron muy pronto sentir. La economía comenzó a dar claras muestras de que se estaba afectando, causando sus perjuicios a toda la comunidad.

El presidente, ante las solicitudes de ayuda que le exigían algunos grupos que se sentían muy afectados por la pandemia, diseñó una asistencia de ayuda social, que consistía en bonos y bolsas de comida para los más afectados.

La asistencia fue considerada como positiva antes de que intervinieran muchos políticos y se consideró que se había politizado la distribución de la asistencia social a favor del partido gobernante, lo que afectó directamente la imagen del presidente de la República. Sin embargo, hay que reconocer que él y su grupo de asesores científicos han tenido, hasta ahora, éxito en su lucha contra el virus (menos víctimas de contagio y de fallecimiento).

Da risa, por no usar otros calificativos, que un ministro, tratando de ayudar a una subalterna que había sido acusada de violar la Ley, dijo: “Ella puso a disposición del presidente su cargo”, ¿no sabe que el presidente nombra y despide a todos los funcionarios?

La pandemia continuó agresivamente causando víctimas en el mundo entero. Surgieron entonces las contradicciones entre los médicos sobre las medidas que se debían utilizar. Muchas veces estas eran contradictorias. Como ejemplo podemos tener el caso de “las mascarillas”. Un día decían que era mala su utilización y días después decían que eran necesarias y algunos países hacían su uso obligatorio. Es difícil hacer señalamientos negativos contra los médicos, pues, en realidad, este es un nuevo virus muy desconocido para toda la comunidad científica en el mundo entero.

Después de causar sus daños, surgieron los conflictos políticos entre las naciones. Cada una de ellas pretendía poderle ofrecer a la comunidad internacional la vacuna antiviral.

Las autoridades en Panamá pidieron voluntarios para probar una vacuna, que no se sabe de qué laboratorio se trata ni del país que la produce. Hay un desconocimiento total sobre el asunto.

Llama la atención que ningún médico se ha presentado como voluntario. Esto contrasta mucho con el ejemplo en la comunidad norteamericana. El Dr. Elmer Huerta, famoso oncólogo de gran reputación, fue de los primeros en ofrecerse de voluntario.

La vacuna salvadora, lamentablemente, la están utilizando en muchos países políticamente. Unos anuncian una fecha en que tendrán lista la vacuna y otros, otra distinta; es una lucha encarnizada para ver cuál es el primero en lanzarla al mercado.

La humanidad espera, sin importarle qué nación procese una vacuna segura, pues la pandemia sigue acabando con los ciudadanos del mundo entero. Las grandes potencias, EE. UU., Rusia, y China, ejercen toda clase de presiones con sus científicos que laboran afanosamente en sus laboratorios para poder tenerlas disponibles.

En artículo anterior, le señalé al presidente Cortizo los excesos que se estaban cometiendo y la generosidad en los salarios que se concedían a los asesores y a otros funcionarios de su administración. Dinero ese que podría utilizarse en la ayuda que se da a los más humildes. Es lamentable tener que aceptar que no hay una mentalidad de ahorro en el Gobierno del Sr. Cortizo. No se puede seguir actuando como en tiempos pasados, donde el país no sufría los efectos de la pandemia que hoy tenemos.

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