- 24/09/2020 00:00
Turismo interno: apostando por la sostenibilidad e inclusión social
Dado que el turismo interno será el primer segmento con el que se comience a reactivar nuestra actividad turística, toda vez que la reanudación de los viajes internacionales y la recuperación de la confianza del viajero para desplazarse a otros países tomará mayor tiempo, es en este punto en el que me gustaría concentrarme.
Nuestro turismo interno ha sido subvaluado por décadas, y la coyuntura de la pandemia nos está brindando la oportunidad de repensarlo y replantearlo con un enfoque de sostenibilidad. Digo esto porque el enfoque central ha sido la mayor parte del tiempo la promoción internacional de Panamá; sin embargo, olvidamos que el éxito de los grandes destinos turísticos consolidados radica en el hecho de que han entendido y creado las condiciones necesarias, primero para mejorar la calidad de vida de sus residentes, a través de infraestructura adecuada y servicios públicos de buen nivel, lo que consecuentemente se traduce en experiencias satisfactorias para los turistas que los visitan. Es decir que, apostar por optimizar las condiciones para hacer turismo interno tiene repercusiones directas en el éxito de nuestra promoción internacional, porque estamos procurando que la oferta de valor que le hacemos al turista internacional se cumpla e incluso se supere cuando visiten el destino.
Ahora bien, no basta con que tengamos identificados nuestros múltiples atractivos turísticos a lo largo del país, ni que hagamos todas las inversiones necesarias para mejorar la infraestructura turística, incluyendo las vías y medios de acceso a nuestro interior, o la dotación de servicios públicos, como agua potable, baños higiénicos, iluminación y seguridad e incluso, la atención médica cercana en casos de urgencias o emergencias.
Hay un trabajo mucho más profundo y a largo plazo, que tiene que ver con la transformación educativa y cultural -recordemos que las personas respondemos a los incentivos- que se verá reflejada en la mejora y estandarización de los niveles de servicio. Ese trabajo tiene que ver directamente con las personas, y es que no podemos olvidar, ni por un segundo, que de eso trata el turismo: de interacciones entre seres humanos y su entorno.
Esta transformación pasa, sin duda, por el involucramiento de las comunidades locales en la toma de decisiones, lo que lleva al fortalecimiento de la gobernanza local de los destinos -sinergia entre sector público, privado y comunidad- y a la correcta integración de los diferentes actores de la cadena de valor -proveedores y prestadores de servicios-. Pasa también, por un reforzamiento de la identidad local y el sentido de pertenencia, lo que se traduce en la generación de experiencias turísticas auténticas y memorables, usando como vehículo la puesta en valor del patrimonio natural y cultural, tanto material como inmaterial.
Estas adecuaciones a su vez crean las bases para que se desarrollen sinergias entre los destinos turísticos regionales -entre distritos y provincias- y que se diversifiquen las actividades económicas ligadas al turismo, propiciando que se extiendan los tiempos de estadía y con ello, la derrama económica que perciben los residentes en cada comunidad, lo que debe aportar a la mejora de su calidad de vida, a la generación de empleo comunitario e idealmente, a la reducción de la pobreza en esas localidades.
No puedo terminar sin mencionar la necesidad de que pongamos el uso de la tecnología al servicio de los micro y pequeños empresarios que prestan servicios turísticos, para que puedan visibilizar su oferta a través de todos los canales de distribución posibles. También, debo hacer una referencia rápida a un tema recurrente por parte de no pocos turistas locales e internacionales, y es el precio de hacer turismo interno en Panamá. Más allá de las múltiples variables que pueden incidir en ese aspecto y de plantear siquiera la posibilidad de entrar o no en guerras de precio, debemos hacernos la pregunta de si estamos aportando suficiente valor a la experiencia de nuestros turistas, porque una posibilidad es que podamos ser percibidos como un destino costoso, porque las personas no sientan que reciben el valor suficiente por lo que pagan. Estoy seguro de que, trabajando disciplinadamente en los puntos descritos arriba, podemos balancear en gran medida esa percepción. ¡Hagamos brillar el gran país que tenemos!