• 09/12/2012 01:00

Memoria anual de educación - 2012

¡Faltan pocos días para que concluya el calamitoso año escolar 2012! Lamentablemente el problema de la educación, específicamente anali...

¡ Faltan pocos días para que concluya el calamitoso año escolar 2012! Lamentablemente el problema de la educación, específicamente analizado, no ha avanzado significativamente como pretenden demostrar la ministra de Educación, sus ‘asistentes’ y ‘asesores’. Contrariamente los miles de millones de balboas gastados en Meduca durante tres años y medio del ‘régimen de mando personal’, no se compadece con los escasos logros obtenidos. Ha prevalecido, infortunadamente, la disputa sobre lo pedagógico; incesantes polémicas infructuosas entre el Meduca y los gremios docentes del país. Todo debido a la ‘improvisación’, la incapacidad para el ‘diálogo’, confrontación constante, paros y huelgas...

Se dictó un ‘Seminario’ para profesores y directores de escuelas buscando mejorar la calidad de la enseñanza; se constituyó un grupo denominado ‘Unidos por la Educación’ (apariencia o realidad); y se improvisó una ‘Escuela para padres’; empero, no hubo avance educacional significativo. Según el ‘Índice de Competitividad Global’ (2012), la educación en Panamá mejoró unos puntos en ciertos aspectos. Inmediatamente el Meduca convocó a los medios a una conferencia de prensa para difundir el aparente éxito alcanzado.

No obstante, la realidad nacional es muy otra: frustrado todo intento de ‘diálogo’ entre Meduca y educadores; alto porcentaje de fracasos y deserción escolar; escenas vergonzosas vistas por televisión (alumnas uniformadas de colegios oficiales, pelearse en plena calle); manifestaciones de perturbación mental sufridas por alumnas de una escuela en Portobelo, supuestamente por practicar ritos satánicos; agresión con arma blanca de una estudiante de 13 años contra su profesora, desfigurándole el rostro.

Más todavía: madres golpeando a educadoras en las escuelas; numerosos establecimientos sin funcionar por deficiencias en su estructura, falta de luz eléctrica y agua potable, falta de maestros y material didáctico; eliminación de libros escolares de distinguidos autores nacionales, y la cátedra ‘Relaciones de Panamá y los Estados Unidos’; la tragedia luctuosa en la Escuela El Japón; Patricio Bethancourt (‘niño mártir’) en edad escolar de solo diez años, una de las víctimas de la represión de la Fuerza Pública contra la población colonense, por el rechazo a la fatídica Ley 72, que permitía la venta de terrenos de la ZLC. Ninguna autoridad del Meduca ¡increíblemente!, asistió al sepelio del ‘niño mártir’ en Colón; actitud deplorable que la vindicta pública juzgó vergonzosa y condenable.

Al finalizar este anacrónico ‘régimen de mando personal’ (30/06/14), quedará al descubierto, indudablemente, la más profunda crisis educativa producida en Panamá, durante las últimas seis décadas. Quedará pendiente, también, ‘el desafío o reto de la educación’ para replanteárselo al nuevo Gobierno (2014-2019).

Cuando se analiza la situación actual de la educación panameña, aparece que un estado de angustia y de inseguridad ha creado en la conciencia nacional el pensamiento fijo de que el país no puede continuar bajo las mismas normas que han conducido a esta situación de desajuste. Frente a los problemas de la economía, están también los destinos de la patria y los que van aparejados a los sistemas políticos.

Pero una idea se abre paso por entre la aparente cerrada maraña de intereses y sirve de centro a todas las especulaciones que absorben la actividad política y social en todo el territorio nacional. Se trata de las fuentes de la economía, que deben estar regidas por normas que la pongan al servicio de las grandes mayorías de panameños y no bajo el control de un ‘régimen’ que tiene en el privilegio la base de su sustentación.

Ordenar las actividades del Estado y de la población dentro del marco en que cada sector de actividad tenga asignada una función y cada cosa esté destinada a una determinada necesidad colectiva (Planificación).

La educación panameña merece y es digna de una orientación y dirección pedagógica altamente profesional; de una concepción patriótica, no caprichosa, dadivosa ni politiquera. ¡Urge ‘Planificación Integral de la Educación’, desde el Kindergarten hasta la Universidad! Mientras no se emprenda una campaña semejante, que requiere una organización muy compleja y cuidadosa, aparte de un presupuesto suficiente, poco será lo que logre obtenerse con ‘improvisaciones’ o esfuerzos aislados.

Solo cuando ocurra una transformación de tales proporciones, se habrá conseguido reparar la enorme grieta que hoy padece, de modo colectivo, la Educación Nacional.

PEDAGOGO, ESCRITOR Y DIPLOMÁTICO.

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