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- 23/10/2018 02:02
¿Por qué aspiro a ser diputado en 2019?
En tiempos donde el ser diputado no es sinónimo de virtudes y cosas buenas, decidí aspirar a una curul por el Partido Popular, el de la Estrella Verde, antigua Democracia Cristiana en el Circuito 8-8, (San Francisco, Río Abajo, Parque Lefevre, Juan Díaz y el nuevo corregimiento de Don Bosco, antes parte del anterior).
Tomar esa decisión no ha sido fácil, porque, con las prebendas y beneficios que han logrado y acumulado diputados actuales, en algunos casos, difícil será impedir su reelección, como muchos con razón proponen. Yo no haré mi campaña basada en las falencias de mis adversarios, porque precisamente pretendo influir al cambio que debe tener la política, sobre todo en la Asamblea Nacional y, desde allí, legislando bien, fiscalizando al Ejecutivo y fortaleciendo la independencia del Judicial.
Soy joven de espíritu y eso lo demuestra la adrenalina que aún corre por mi cuerpo, en mi interés por lograr un mejor país para todos, erradicando la corrupción y estableciendo los parámetros de transparencia en el manejo de la cosa pública que hoy desafortunadamente no existen. No será fácil, lo sé, porque habrá mucha resistencia para cambios profundos como ese y para que una gran cantidad de políticos siga aplicando aquello de ‘quítate tú, pa' ponerme yo'.
Comparto contigo las razones que tengo para aspirar a diputado:
• Soy un convencido de que, para ejercer la política, debes tener conocimiento de ella y haberte ganado un sitial en esta, mediante la experiencia y la constancia en el trabajo. En ese sentido, en los dos periodos que serví en la Asamblea Nacional como legislador (noviembre 1984 a agosto 1989, y abril de 1991 a 1994) demostré que puedo llevar a cabo tales responsabilidades. Durante el ejercicio de mi tiempo en la Asamblea Nacional no me vi envuelto en ningún acto del cual deba arrepentirme y cumplí a cabalidad y entrega con mis responsabilidades legislativas.
• Fui dirigente nacional del Partido Demócrata Cristiano, hoy Partido Popular, por 17 años consecutivos, llegando a ocupar las posiciones de secretario general adjunto, secretario general y vicepresidente. Esta experiencia me permitió recorrer el país entero y conocer de las necesidades de la población. Milité en ese partido por más de 40 años, donde me he vuelto a inscribir tras 10 años de ausencia.
• El tiempo que serví como alcalde de la ciudad de Panamá (diciembre 22, 1989 a abril 9, 1991), designado por el presidente Endara (en ese tiempo las elecciones de alcaldes habían sido eliminadas) me brindó la oportunidad de aprender lo básico de los principios de la Administración Pública, que me permitan ejercer en mejor forma como diputado.
• Mis 33 años como profesor de Derecho Comercial en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Panamá me brindan la experiencia de poder compartir mis conocimientos en el ejercicio de mi trabajo como parlamentario.
• Durante el tiempo que serví como embajador de Panamá ante la Organización de Estados Americanos (julio 2009 a enero 2013) pude poner en práctica mis conocimientos en Relaciones Internacionales, importantes en el trabajo global que debe realizar un parlamentario, ampliando mis conocimientos sobre derechos humanos y democracia.
• Por más de 40 años he estado vinculado al periodismo mediante escritos de opinión en diversos diarios de la localidad: El Panamá América, Matutino, El Siglo , La Estrella de Panamá , Crítica, La Prensa, así como diarios extranjeros como La Nación de Costa Rica, El Universal de Venezuela, El Miami Herald, el Wall Street de Nueva York y El País de España. Por breve tiempo ejercí la dirección del diario El Siglo. He escrito en diversas revistas locales e internacionales. Actualmente escribo todos los martes en La Estrella .
Ser diputado requiere de una entrega total de quien resulte electo. Creo que ya estaré preso por asuntos políticos, como lo estuve antes de la dictadura y dentro de ella. Un compromiso con el bien común y un rechazo a la ventaja personal que se puede derivar del puesto. Espero que, con esta nueva oportunidad de servir a Panamá, pueda colaborar con la creación de un mejor país para mis cuatro hijos y mis seis nietos y para todos los panameños que aspiran a vivir con más oportunidades. A mi edad, 73 años, es lo menos que pueden esperar de mí.
ABOGADO, POLÍTICO Y DIPLOMÁTICO.