El Festival de Debutantes se realizó el 5 de julio en el Club Unión de Panamá. Es organizado por las Damas Guadalupanas y se realiza cada año para recaudar...
- 03/01/2020 00:00
¿Qué está pasando en Washington?
La experiencia acumulada nos plantea una lección; que la mentira más grande acostumbra a ser la más creíble.
Los líderes del Partido Demócrata estadounidense vociferan insistentemente la necesidad de proteger la integridad de las pasadas elecciones presidenciales; sin embargo, censuran a los testigos y a todo aquel que cuestiona las irregularidades observadas durante las elecciones.
Uno pensaría que los demócratas, si estuvieran sinceramente motivados y honestos, igualmente hubieran querido que la verdad fuera expuesta para mantener la fe del pueblo estadounidense.
Esta patética y cínica excusa de unas elecciones es una tremenda bofetada en la cara de la gente honesta y honorable de ese país. Una bofetada que ha despertado algo en lo más profundo de cada patriota estadounidense honesto que ama a su país.
Los demócratas han cruzado una línea y se han avergonzado a sí mismo a escala local e internacional.
Solo un mentiroso o un tonto insistiría en que "no hay evidencia" de que los demócratas hayan cometido fraude en las pasadas elecciones presidenciales. Solo una persona cobarde y deshonesta insistiría en que no hay nada que se pueda hacer, olvidémoslo y actuemos como si no significara nada, incluso cuando podría perturbar la paz y la tranquilidad de ese país y crear una atmósfera violenta.
La consigna de los líderes de ese partido para las elecciones, era ganar como sea, y han usurpado el camino hacia el poder. No pudieron encausar penalmente al presidente Trump, por lo que tuvieron que hacer trampa para tratar de sacarlo y ahora Estados Unidos es rehén del partido demócrata, de los medios de comunicación y las redes sociales.
El presidente Trump ha abierto el telón y ha expuesto la corrupción desenfrenada en Washington desde que asumió el cargo. Todavía lo está haciendo, así que ahora los demócratas han atacado la libertad más preciosa de los estadounidenses: la libertad de votar libremente por sus líderes.
Es necesario preguntar, ¿dónde empieza la decencia y la ética de un hombre razonablemente honesto? Es increíble la cantidad de personas, tanto de izquierda como de derecha, que están dispuestas a descartar y disculpar todo sentido de ética, moral, honestidad y deber con su país para ser parte de este bochornoso fraude nacional solo para apaciguar y respaldar la agenda socialista que intenta imponer más magistrados a la Corte Suprema, desfinanciar a la policía, abolir a Dios, aborto libre, abrir las fronteras a todos, acabar con la libertad de expresión y de conciencia, etc. Aún más repugnante es la complicidad voluntaria de un amplio segmento de ciudadanos que parecen haber redefinido el carácter moral, ético y honesto de su país.
Hay una gran sombra de duda que nubla esa elección presidencial. Para cualquiera que afirme que cantidades masivas de evidencias, declaraciones juradas, evidencias estadísticas y de video, "no es evidencia", solo significa que están mintiendo intencional o totalmente, ignorantes.
Hemos sido testigos del mayor y peor fraude electoral en la historia política de Estados Unidos. Es espantoso saber que mucha gente está sancionando incondicionalmente ese comportamiento delictivo y permitiéndose ser cómplices del fraude y demostrando que todo ese comportamiento criminal, toda la traición, la difamación y el robo de la voluntad de los votantes estadounidenses, es solo el medio para un fin despreciable. Y esos comportamientos son todos aceptables ahora siempre que ayuden a la “causa”. Han abierto una caja de pandora de la que están saliendo monstruos y fantasmas. Es como meter el bien y el mal dentro de una misma botella.
En su carrera psicótica por coronar a Joe Biden como presidente, aunque sea ilegítimo, puesto que las elecciones están bajo litigio y no han concluido, los demócratas han ignorado completamente las declaraciones bajo juramento de miles de denunciantes, y avanzan con el fraude con aires de respetabilidad, con intolerable petulancia y sofisticada malicia, aún con el gran lastre del escarnio público que arrastran, mientras piden unidad al pueblo.
Sus egos eventualmente serán destruidos y entrarán en el corazón y la mente de millones de estadounidenses en desgracia, quienes lamentablemente ya no esperan que salga nada bueno de la izquierda demócrata.
Si los demócratas se salen con la suya con este fraude monumental e instalan a Joe Biden de manera ilegal y fraudulenta en la Casa Blanca, entonces sería muy difícil para esa nación sobrevivir sanamente con un gobierno basado en mentiras, fraude e intimidación, lo que puede provocar casos de desobediencia civil.
Los demócratas han demostrado, sin la menor duda, que no son dignos de confianza.
En mi vida, nunca había visto un nivel tan altamente coordinado de corrupción en un proceso electoral, y lo único que hizo el presidente Trump que ha generado tanto odio fue levantar el espejo y exponer a todos los delincuentes del partido demócrata, y reflejó también cuán débiles y patéticos son la mayoría de la élite republicano, quienes no están ayudando a luchar contra ese fraude electoral porque son cómplices, y quienes no les importa perder mientras mantengan su corrupto flujo de dinero desde Washington y desde el exterior. Están felices de volver a la posición de ser la "oposición leal" a los demócratas.