• 21/07/2021 00:00

Realidad delictiva en Panamá

“[…] lo importante es tener presentes consideraciones estratégicas y tácticas, que no sean reactivas, sino planificadas y objetivas, con el propósito de desarrollar una política criminológica eficaz […]”

Hacemos un llamado de reflexión al Gobierno nacional, por el incremento de los homicidios en el país en los dos últimos años. Como ha dado a conocer el Ministerio Público, desde julio 2019 a junio 2021, se han cometido 1051 asesinatos; de julio a diciembre 2019, 276; de enero a diciembre 2020, 500 y de enero a junio de 2021, 275. Una vez analizada e interpretada la situación, se aprecia la realidad delictiva de nuestro país, y el comportamiento de esas conductas delictuales.

Al realizar un análisis comparativo de la evolución de las tendencias criminales de la delincuencia en los periodos presidenciales desde Torrijos, Martinelli y Varela, la tasa de homicidios que se reflejaba era más de 2000 crímenes por cada periodo de mandato, promediando una tasa de 400 homicidios y el actual Gobierno, en dos años, tiene un índice de 1051 homicidios, dando una tasa promedio de 500 por años, demostrando más violencia y tendencia a mantenerse o aumentar, si no se toman las medidas pertinentes.

La criminalidad ha tomado un radio de acción más territorial y familiar, pero su grado de peligrosidad aumenta y nuestro país no escapa de este escenario, por el cual, recientemente, fuimos calificado por EUA, al no permitir que sus ciudadanos “viajen” a nuestro país, por dos señalamientos: la COVID-19 y la criminalidad. Siendo este un país donde se han registrado más muertes por COVID-19 estadísticamente, aparte de los asesinatos en los diferentes estados de EUA, para que emita una calificación de esta manera.

La lucha contra el crimen es la principal tarea de la Sociedad-Estado, a pesar de contar con las capacidades tecnológicas, sus resultados no se reflejan en la agenda del ciudadano, por las contradicciones estadísticas de los diferentes entes de control. Sin embargo, en nuestro país existen recursos humanos preparados, con capacidades, facultades y conocimientos en los ámbitos criminológicos, con el fin de analizar e interpretar la personalidad del autor criminal, detectándoles las características sociales como elementos concluyentes del fenómeno criminal, sin perder de vista al delincuente dentro del ámbito social como causa preponderante.

Dentro de sus funciones, el criminólogo tiene que ver con el control social, constituido por la familia, escuela, trabajo, amigos, donde es de suma importancia la lucha entre el individuo y la sociedad, la cual necesita ejercer su potestad sobre el individuo, desplegando mecanismos que aseguren el consentimiento de este a las normas sociales y cuyo enfrentamiento a la delincuencia no admite errores, y exige un perfil de alto nivel profesional.

Finalmente, lo importante es tener presentes consideraciones estratégicas y tácticas, que no sean reactivas, sino planificadas y objetivas, con el propósito de desarrollar una política criminológica eficaz, colaborando con datos para combatir el crimen a través de pasos de la realidad criminal, la represión y prevención del delito, teniendo en consideración: la geografía criminal, la ecología criminal y la estadística criminal de manera relevante e integral, conjuntamente a las políticas criminales, para prevenir la delincuencia y propiciar la seguridad a todos los ciudadanos, con la participación de todos los actores sociales, comunidad, Gobierno y empresas, pero, principalmente, la voluntad y la no corrupción.

Juntos, trabajemos a favor de la paz y de la convivencia pacífica.

Abogado, docente, mediador.
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