• 22/12/2021 00:00

Vigencia de la Reciprocidad Convencional de Viena

“[...] el balance de la eficacia de esta Convención en 60 años, ha sido su carácter universal, al ser adoptada por la mayoría de los Estados soberanos [...]”

En la dinámica de las relaciones internacionales y la interdependencia global, la política y la acción exterior de los Estados, como Panamá, se enfoca en soluciones de mediano plazo, ante la necesidad de una mayor cooperación a nivel internacional, para el diseño e implementación de políticas públicas que contribuyan a un desarrollo económico equitativo y sostenible. Precisamente, en momentos de grandes turbulencias, ante los efectos generados por la emergencia sanitaria mundial, que alteró la hoja de ruta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, se imponen estrategias dinámicas para recuperar los tiempos perdidos.

Un largo y escarpado recorrido desde el Congreso de Viena de 1815, que estableció las primeras normas diplomáticas entre Estados europeos, y la Convención Interamericana sobre Funcionarios Diplomáticos, suscrita en La Habana en 1928, fueron las referencias doctrinales de la Comisión de Derecho Internacional para elaborar el acuerdo multilateral que fuera suscrito el 18 de abril de 1961, conocido como la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas. Un proceso convencional de maduración, que trascendió a dos guerras mundiales, que dieron lugar a la fundación de la Sociedad de Naciones y la Organización de Naciones Unidas, que ha hecho posible la convivencia pacífica entre los Estados.

Durante 60 años, la Convención de Viena ha procurado la estabilidad en la aplicación de las normas básicas del derecho diplomático, contribuyendo al desarrollo de las relaciones basadas en la igualdad jurídica de los Estados y en la reciprocidad. En la actualidad, 174 Estados son parte de la Convención y en 1963, se complementó con la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares.

En la era de la digitalización y la inteligencia artificial, la diplomacia es un instrumento clave para desarrollar la política exterior y los objetivos estratégicos de los Estados. Por tanto, las misiones diplomáticas residentes y concurrentes seguirán siendo los canales de comunicación e información privilegiados, lo cual facilitan dinámicamente las relaciones interestatales.

Las misiones cumplen sus funciones de protección a los nacionales residentes y a los intereses del Estado, facilitando el ejercicio de derechos o la gestión de actuaciones jurídico-administrativas ante las autoridades del país acreditante. Además, deben promover el turismo y la atracción de inversiones hacia el país, así como también la protección de las empresas nacionales. Mientras, la asistencia consular es la extensión de la administración pública en el extranjero, lo cual facilita la legalización de documentos, las inscripciones registrales de nacimientos, matrimonios, defunciones; la expedición de visados, salvoconductos, renovación de cédulas, licencias y pasaportes.

En el Derecho Convencional, Panamá adoptó la Convención de La Habana sobre Agentes Diplomáticos de 1928 y la Convención sobre Privilegios e Inmunidades de Naciones Unidas de 1946. Posteriormente, ratifica la Convención de Viena de 1961, que reglamenta en estricta reciprocidad las inmunidades y privilegios para todos los países, así como la Convención de Viena de 1963, que establece prerrogativas para los cónsules. Por último, ratificó la Convención de Naciones Unidas de 1975, que establece las prerrogativas para los miembros de las organizaciones internacionales.

En lo atinente al servicio exterior, la Carrera Diplomática y Consular está reconocida en el Artículo 305 de la Constitución Política y se reglamenta tanto en la Ley Orgánica de 28 de 7 de julio de 1999 como en el Decreto Ejecutivo N.° 135 del 27 de julio de 1999. A tal punto, que ha ido mejorando la calidad de la representación diplomática del país, cuando por primera vez en la historia de la diplomacia panameña, un mandatario ha realizado designaciones al más alto nivel del servicio exterior de carrera, lo cual, es un significativo avance en la profesionalización del servicio diplomático y consular.

En la actualidad, siete embajadores de carrera ocupan el cargo de Jefe de Misión en representaciones importantes, tales como: Austria, Australia, Ecuador, la Federación de Rusia, Honduras, Perú y Nicaragua. Mientras, diplomáticos con rangos de ministros consejeros ejercen como Jefe de Misión en Egipto, Haití, Jordania y Portugal. Además, de especialistas de relaciones internacionales con trayectoria diplomática en Argentina, Brasil y Polonia. Incluso excancilleres desempeñan el cargo de Jefe de Misión en China y Costa Rica. Otros experimentados profesionales con trayectoria en el servicio exterior y experiencia en la administración pública, como exministros, hoy fungen en cargos de embajadores o representantes en organismos internacionales.

Incluso, mediante Decreto Ejecutivo 159, de 14 de diciembre de 2021, se establece la nueva tabla de salarios, sobresueldos y gastos de representación para los servidores públicos de carrera y Servicio Consular, una medida administrativa de gran trascendencia en el servicio exterior panameño, cuyos miembros requerían ajustes por los costos de vida de los lugares donde desempeñan sus funciones.

Como puede observarse, Panamá cumple con los estándares consignados en el Código Procedimental Diplomático de Viena, que reafirma la importancia de las misiones diplomáticas y sus componentes profesionales, como instrumentos imprescindibles de las relaciones entre Estados y la propia sociedad internacional.

Finalmente, el balance de la eficacia de esta Convención en 60 años, ha sido su carácter universal, al ser adoptada por la mayoría de los Estados soberanos, así como su aplicación fundamentada en la estricta observancia de la reciprocidad entre los Estados partes, lo cual revela su creciente influencia en el orden jurídico internacional. Por consiguiente, se ha constituido en el instrumento más eficaz en la codificación y el desarrollo progresivo del derecho convencional de Naciones Unidas, contribuyendo a la armónica comunicación en favor de la paz y la estabilidad mundial.

Consejero político, Embajada de Panamá en España.
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