• 08/01/2022 00:00

Educación: momento de recuperar o transformar

“Los tiempos apremian, no podemos postergar más los cambios necesarios, imperantes, decisivos”

Nuestro país se dirige hacia la recuperación económica luego de la grave crisis ocasionada por la pandemia mundialmente. Es así como los indicadores de crecimiento y desarrollo del momento actual, precisa signos de recuperación lenta y de desarrollo parcial o mínimo, sobrentendido, dada las graves consecuencias causadas por la pandemia, afectando a las economías más fuertes con altos índices de desempleo e inflación deficitaria; nuestro país, con una economía en vías de desarrollo, no escapó a tales efectos y los estamos afrontando.

Con los parámetros antes citados, me vuelco hacia mi área de competencia, educación, que en estos momentos, más que nunca, requiere de medidas concretas, eficaces, efectivas para su redirección completa e integral. Más que una transformación, necesitamos la implementación de un nuevo modelo educativo fortalecido, moderno, integral, científico-técnico-humanista, que sea capaz de rehacer y ser la estructura fundamental sobre la cual se construya un nuevo país. Un país más justo, equitativo, con una economía floreciente, un crecimiento económico sostenible, con instituciones saneadas y sistemas tanto salud como educación de calidad.

Estudios realizados por diversas instancias académicas y científicas de investigación muestran que “la interrupción de clases presenciales ha tenido consecuencias sociales, mentales, físicas y académicas en los estudiantes”. (Flacso, Observatorio Argentino por la Educación, 2021). Durante la pandemia, hemos vivido la terrible realidad que confrontan los sectores de la población de bajo nivel socioeconómico por su efecto aún más desigualador. La necesidad de contar con una red de apoyo hogar-escuela, estudiantes-educadores, padres de familia-educadores-directivos, sumado a ello las dificultades surgidas por la falta de herramientas tecnológicas adecuadas y a la internet, única forma de acceso a las plataformas virtuales implementadas en los servicios de educación pública, menoscabó los ya afectados rendimientos y desempeños escolares que fueron solo atenuados débilmente por la rápida inmersión hacia la virtualidad. Los que no sabían nadar, tuvieron que aprender a flotar, a modo de poder dar continuidad a la educación de los estudiantes.

De esta crisis, es necesario recuperar y retomar los aprendizajes obtenidos durante este período, mirando el momento, como la oportunidad de ser y hacer los cambios requeridos, incluso desde antes de la pandemia, para atender los retrasos, los bajos resultados, la deserción escolar, la pobre calidad no solo física y material, sino, sobre todo, de conocimientos y saberes teóricos, técnicos y prácticos que el recurso humano y nuestro país requieren sin lugar a duda.

Algunos puntos notables durante el período son:

La inaplazable modernización del sistema educativo, su estructura, planes de estudios, ofertas académicas, planta docente profesionalizada y actualizada.

Coordinación de programas de apoyo y mutua colaboración entre universidades-institutos de investigación-científicos-tecnológicos, para realizar los estudios y análisis correspondientes y proponer estrategias y acciones basadas en los resultados obtenidos del impacto negativo y apuntalar hacia dónde dirigir con precisión los distintos esfuerzos académicos, sociales, económicos y tecnológicos. Es necesario fragmentar en áreas y especialidades los resultados obtenidos y los ya existentes, para abordar cada uno con efectividad, atendiendo a lineamientos de un macroplan de modernización de la educación.

Implementar estrategias de inserción al currículo existente y común a los grupos vulnerables, indígenas, discapacidad, de marginalidad socioeconómica, que representan un porcentaje elevado en la deserción y fracaso escolar.

Implementar estrategias y acciones para el fortalecimiento de los planes académicos de las asignaturas, actualizando los contenidos de estas, de acuerdo con los conocimientos y destrezas examinadas en las pruebas de conocimientos, tanto nacionales como internacionales. Es este componente en donde debe centrarse la calidad educativa complementado con la mejora significativa de las herramientas tecnológicas, conectividad y accesibilidad para la aprehensión de los conocimientos actuales.

En un plan de corto y mediano plazo continuar la construcción y/o reconstrucciones de los planteles educativos parte de un plan de modernización integral del sistema educativo panameño.

Asignación de presupuesto y recursos por parte del Estado para lograr la equidad y calidad educativa y disminuir hasta abolir las desigualdades existentes entre grupos poblacionales sea por etnia, condición socioeconómica, accesos, o discapacidad.

Determinar y destinar un fondo permanente exclusivamente para la modernización de la educación en su conjunto, sistema educativo inicial, primario, y universitario.

Todo ello requiere del esfuerzo de todos los ciudadanos, pero sobre todo de la voluntad y ejercicio honesto y cabal de los que tienen el poder para hacer cambios, el presidente, su equipo de Gobierno, las autoridades en todas las instancias y la responsabilidad total de los que escogimos para hacer leyes y enrumbar el destino de nuestro país, los señores y señoras diputados de la Asamblea Nacional.

Fuera de todos los visos y señales de errores, fracasos, vulnerabilidades, vicios, corrupción, faltas aquí y faltas allá, está la inquebrantable voluntad de muchos panameños, dentro y fuera del Gobierno, que aguardamos y exigimos que asuman el rol para el cual fueron investidos y unamos esfuerzos a conciencia y con capacidad para corregir y hacer lo que deseamos sea nuestro país en un próximo futuro. Los tiempos apremian, no podemos postergar más los cambios necesarios, imperantes, decisivos. ¡Manos a la obra!

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