• 10/01/2022 00:00

¿Estamos preparados para enfrentar ómicron?

“[…] no es la hora de bajar la guardia. Necesitamos que cada uno haga su parte, porque el virus aprovecha cualquier oportunidad para infectar”

Desde hace diez semanas presentamos un aumento de los casos reportados por COVID-19, lo cual evidencia claramente que estamos en plena cuarta ola de la epidemia, y es muy probable que la mayoría de estos casos sean causados por la variante ómicron del virus. En verdad no puede ser de otro modo, pues la variante ya es predominante en la mayoría de los países del planeta y debe serlo en nuestro país.

Antes de seguir adelante, es importante destacar que, de acuerdo con los científicos del Imperial College de Londres, cada infección por ómicron tiende a producir al menos tres más. Eso es similar a la velocidad a la que se propagaba la COVID en Europa en la primera ola de la pandemia a principios de 2020, antes de que las vacunas estuvieran disponibles o se impusieran contramedidas. A este ritmo, los casos se duplican cada dos días, una tendencia que rápidamente se convierte en una línea casi vertical cuando se colocan los casos diarios en un gráfico.

Agregan los autores que, es probable que la alta transmisibilidad de ómicron ocasione la saturación de los hospitales, con un pico de muertes e ingresos hospitalarios similares a los de oleadas anteriores, si no se establecen restricciones para ralentizar su propagación. Esta conclusión se mantiene incluso si la gravedad de la enfermedad causada por ómicron es un tercio de la gravedad de delta. Sin embargo, subrayan, el uso inteligente de terceras dosis (refuerzos) puede salvar vidas y aliviar la presión sobre los hospitales.

En ese contexto, muchos nos preguntamos si estamos preparados para enfrentar ómicron. En mi opinión la respuesta a esa pregunta es “sí”, pero es un sí condicionado al fortalecimiento de la trazabilidad, nuestra disciplina ciudadana para mantener el cumplimiento con las medidas de cuidado personal y colectivo y, lo más importante, aceptar las vacunas, ya sea que se trate de la primera, segunda dosis, o el refuerzo. Al fin y al cabo, la evidencia científica disponible sugiere que las medidas de salud pública y las dosis de refuerzo de la vacuna, ofrecen la protección que necesitamos para enfrentar a ómicron.

Pero no nos confiemos, aunque la variante ómicron parece ser menos grave que la delta, sobre todo entre las personas vacunadas, de ninguna manera debe clasificarse como una variante “leve”. Como señaló recientemente el director de la OMS, “al igual que las variantes anteriores, ómicron está hospitalizando y matando gente”. Y eso es así porque la cantidad de casos nuevos diarios es tan enorme y rápida, que está abrumando los sistemas de salud de todo el mundo. Los hospitales se están volviendo superpoblados y faltos de personal, lo que resulta en muertes evitables no solo por COVID-19, sino también por otras enfermedades y lesiones en las que los pacientes no pueden recibir atención oportuna”.

Para nosotros esta declaración del titular de la OMS es lapidaria, pues la semana pasada ese aumento de los casos reportados diariamente, se tornó exponencial, y es probable que esta semana lleguemos a reportar 10 mil o más casos todos los días. Y lo más preocupante, es que ya comenzamos a tener más pacientes que requieren hospitalización todos los días. Aunque estamos muy lejos de los 2500 pacientes que teníamos hospitalizados por COVID-19 hace un año, corremos el riesgo de llegar a esa cifra si seguimos teniendo más casos todos los días. Es la matemática simple que debemos tener en cuenta: un pequeño porcentaje de un gran número sigue siendo un gran número. Una onda ómicron en gran parte leve, pero descontrolada podría causar mucho dolor, hospitalizaciones y muerte en todo el país.

En este contexto, el mensaje del director de la OMS es que “no podemos aflojar o peor, rendirnos, pues el coronavirus tendrá mayores oportunidades de mutar mientras más siga circulando y esto puede dar lugar al surgimiento de variantes más virulentas y letales. De hecho, es posible que ya esté circulando la próxima variante que aparecerá en los titulares mundiales. La OMS está rastreando dos “variantes de interés” y tres “variantes bajo control”, así como 30 sublinajes de delta. De ahí la importancia de reducir su circulación con las medidas que conocemos. Tenemos las herramientas para ganar control sobre el virus para que el virus no controle nuestras vidas. Tenemos la posibilidad de reducir significativamente la transmisión”.

Parece claro que estar preparados para enfrentar ómicron significa: aumentar la cobertura de vacunación, incluyendo la aplicación de dosis de refuerzo; fortalecer los procesos de trazabilidad, desde las pruebas de laboratorio, la vigilancia genómica, el aislamiento de casos y contactos y; mantener el cumplimiento con los cuidados personales, en especial el uso de mascarilla en espacios cerrados, evitar aglomeraciones, el lavado frecuente de manos, etc., y, no menos importante, fortalecer la capacidad de resolución del sistema sanitario, para la atención hospitalaria y de cuidados intensivos. Nosotros vamos en ese camino, no es la hora de bajar la guardia. Necesitamos que cada uno haga su parte, porque el virus aprovecha cualquier oportunidad para infectar.

Médico, exrepresentante de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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