• 31/01/2022 00:00

El mandato de la población

“[…], los panameños exigimos: avanzar hacia la transformación del sistema de salud para alcanzar una cobertura universal, […] y, asegurar educación de calidad a todos, […]”

Me refiero en este artículo al mandato de la población panameña expresado en los Acuerdos alcanzados en el Pacto para el Bicentenario “Cerrando Brechas” sobre Salud, Educación, Economía, Infraestructura y Estado. Reconozco que, por razones de espacio, dejo por fuera del tintero los mandatos relacionados con otros temas tan importantes como estos. En todo caso, los invito a la lectura del documento completo. Son nuestras voces, representan nuestro futuro y deben ser el norte que oriente el quehacer del Gobierno en los 28 meses que le restan de gestión y de quienes logren la conducción del país en los próximos quinquenios.

Antes de entrar en materia, es preciso señalar al menos tres elementos que ponen en perspectiva las posibilidades de que los mandatos contenidos en los Acuerdos se conviertan en compromisos vinculantes y, por ende, en políticas de Estado que cuenten con el suficiente respaldo político y financiero durante los 28 meses que le quedan a este Gobierno.

Lo primero es que estamos en plena cuarta ola de COVID-19, causada por una nueva variante que es mucho más contagiosa y ya ha demostrado que no es un simple resfriado, y está causando un aumento claro de hospitalizaciones y fallecidos. En ese sentido, será obligatorio para la sociedad y el Gobierno, mantener el esfuerzo para superar esta situación, salvar vidas y proteger la economía. Y eso requerirá, al menos, de dos componentes: por un lado, la asignación de los recursos humanos y financieros suficientes para el control de la epidemia y el tratamiento de los enfermos que ocasione este mal, y por el otro, la disciplina ciudadana para el cumplimiento con las medidas de salud pública y, en especial, para aceptar las dosis de vacuna que sean necesarias para evitar la enfermedad grave y la muerte.

Tan importante o más que lo anterior, será, por lo menos, sentar las bases para superar la inmensa desigualdad sanitaria y socioeconómica que padecemos. No será tarea fácil, de hecho, es la gran brecha que tenemos que cerrar, pues el nuestro, sigue siendo el sexto país más desigual del mundo. Aquí, como señala el informe final del Pacto del Bicentenario, “la pobreza multidimensional la padece casi un millón de personas. Vulnerables, marginados, invisibles, están atascados, con hambre y sin opciones. La opulencia contrasta con la vergonzosa realidad de la miseria. La educación y la salud no son iguales para todos”.

No menos significativo será superar las agendas personales, institucionales, políticas y empresariales, así como la apatía de la población que prefiere mantenerse en su zona de confort sin ejercer el necesario control social de la gestión de las autoridades y aportar para el desarrollo exitoso de los procesos que surjan. Para alcanzar esa “visión generosa y desprendida”, que permita iniciar un proyecto de Nación, tendremos que erradicar el clientelismo de todo tipo y recuperar nuestros valores cívicos y morales.

La lectura de los tres párrafos anteriores obliga a preguntarnos si será posible hacer vinculantes los mandatos de los Acuerdos y, como reza el informe, “enlazar los resultados del diálogo ciudadano con la voluntad de acción colectiva”. Yo creo que no solo es posible, es obligatorio para avanzar en la construcción del Panamá que queremos y, como afirma el presidente de la República, sentar las bases para cerrar las brechas que distancian a los actuales cinco Panamá.

Es importante agregar que, en todos los casos, los acuerdos, subrayan la necesidad de la equidad en la distribución de los beneficios que se deriven de las políticas y programas que le den respuesta al mandato de la ciudadanía. Dicho todo lo anterior, revisemos qué es lo que la población panameña exige y espera del Gobierno, la empresa privada, instituciones y sociedad en general, y los invito a la lectura completa del informe final para que extraigan sus propias conclusiones. No podemos dejar morir este importante esfuerzo.

En relación con Economía, Estado e Infraestructura, el mandato se centró en: la creación de un entorno de servicios públicos y gestión del Estado que estimule el crecimiento económico y facilite el emprendimiento, especialmente entre los jóvenes, para la obtención de empleos de calidad; el fortalecimiento de la institucionalidad pública para garantizar de manera oportuna, justa y eficaz los derechos, tanto individuales como colectivos, de los ciudadanos, especialmente de los más vulnerables, y la modernización del Estado para una mejor provisión de servicios, especialmente la seguridad ciudadana y, el aseguramiento, mediante la acción del Estado, de la provisión de la infraestructura necesaria para la calidad de vida familiar comunitaria, y también la provisión de los servicios básicos de electricidad, transporte y tratamiento de residuos.

Finalmente, en relación con Salud y Educación, los panameños exigimos: avanzar hacia la transformación del sistema de salud para alcanzar una cobertura universal, con el fin de que todas las personas y las comunidades tengan acceso equitativo a servicios de salud integrales y garantizados a lo largo de toda su vida, con calidad y sin dificultades financieras y, asegurar educación de calidad a todos, en especial los grupos y territorios más marginados y, asegurar mayores estándares y formalidad a la carrera docente.

Médico, exrepresentante de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Lo Nuevo
comments powered by Disqus