• 21/03/2022 00:00

La condición de la mujer en Marruecos

“Las mujeres marroquíes tienen oportunidades para el acceso a los recursos y poderes. Numerosas mujeres logran afirmarse y posicionarse en la sociedad”

Marzo es el mes de la mujer y desde la Embajada del Reino de Marruecos, y para un mejor conocimiento de la dinámica que mi país está llevando a cabo en materia de promoción de los derechos de la mujer, me gustaría transmitirles a través de este artículo lo más destacado de esta materia a nivel constitucional.

La defensa de los derechos de la mujer es una prioridad nacional iniciada por Su Majestad Mohammed VI. Fue uno de los temas principales dentro de las reformas institucionales puestas en marcha desde su entronización en 1999.

La promulgación en el 2004 del nuevo Código de la Familia -la “Moudouwana”-, que introdujo mejoras sustanciales en la condición de la mujer, significó una verdadera revolución social y legislativa como respuesta a las reivindicaciones demandadas por las asociaciones de los derechos de la mujer. Desde entonces arrancó un proceso que no se ha detenido.

Entre los factores más relevantes dentro de los avances en el estatuto de la mujer, destacan la normativa a nivel de legislaciones nacionales, políticas públicas y programas para darle autonomía a la mujer, junto con la adhesión a todos los instrumentos internacionales sobre derechos de la mujer. También debe resaltarse la escolarización y la lectura adaptada y reformista del islam.

En el aspecto normativo, el estatuto de la mujer reside en varias disciplinas, como son la igualdad jurídica en la que sobresalen los derechos sociales. Eso comprende el principio de no discriminación, la igualdad salarial, el derecho sindical, la igualdad en la elección de una carrera profesional, las disposiciones específicas que rigen el trabajo de la mujer, como la protección de sus derechos y libertades fundamentales. También incluye la promoción del derecho de la mujer a ser propietaria de su tierra. Todo eso se enmarca dentro de los compromisos de ONUMujer y los objetivos del desarrollo sostenible y la mejora de las oportunidades económicas de las mujeres.

Por otro lado, se han impulsado programas para la solución al trabajo informal y la movilidad de la mano de obra femenina, en los que se han introducido normas para la protección de la mujer contra la violencia y la discriminación. Marruecos ha fomentado, además, el emprendimiento de las mujeres y la creación de cooperativas para la integración económica y social.

Un rol importante ha desempañado el cambio tecnológico, ya que ha permitido una mayor inserción de la mujer marroquí en la dinámica socioeconómica del país. Eso ha significado un impulso del papel de la mujer en la economía verde y los programas de innovación de tecnologías limpias.

Otro aspecto es la escolarización. El reforzamiento de la educación y la capacitación para mejorar las competencias, ha sido un elemento fundamental para posicionar a la mujer dentro de la dinámica socioeconómica y política de Marruecos. El Estado ha destinado, para el periodo el 2015 y 2030, un 6 % del producto interno bruto (PIB) a un programa para fomentar la equidad e igualdad de oportunidades de la mujer.

Las mujeres marroquíes son también las primeras beneficiarias del sistema social que les permite un acceso justo y en igualdad de condiciones a los servicios públicos. La cobertura alcanza la asistencia médica, el apoyo a las viudas y a los huérfanos y la escolarización desde la primaria hasta la universidad.

Todo eso ha promovido la presencia de la mujer marroquí de manera proporcional en la vida política y en puestos de decisión en todos los sectores de la actividad nacional.

Por otra parte, desde la entronización de Su Majestad Mohammed VI se inició una formación destinada a la graduación de estudiantes universitarias para impartir clases a otras mujeres en las mezquitas, las llamadas “murchidat”. Eso revolucionó la transmisión del islam por parte de las mujeres. El resultado ha sido la emancipación a través de la religión de jóvenes estudiantes creyentes, transformándolas en líderes comunitarias y modificando el rol masculino en el ámbito de las jerarquías o estructuras de islam en Marruecos. Se alcanzaron dos objetivos: emancipar a las mujeres y proyectar un islam moderado para contener el radicalismo.

Las mujeres marroquíes tienen oportunidades para el acceso a los recursos y poderes. Numerosas mujeres logran afirmarse y posicionarse en la sociedad. Eso lo demuestran los éxitos alcanzados en puestos de responsabilidades, de decisiones en ámbitos como la salud, el deporte, la política, la investigación científica, la industria y las empresas.

Las mujeres se han convertido en un elemento imprescindible en el desarrollo socioeconómico de Marruecos. Como ejemplo, tenemos mujeres jefas de misiones diplomáticas, siete mujeres ministras en el gabinete, mujeres alcaldesas en las más importantes ciudades del país, como son Casablanca, Marrakech y Rabat, la capital.

Embajadora del Reino de Marruecos en Panamá.
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