• 22/04/2022 00:00

Crecimiento económico con desigualdad social

“La pobreza tiene repercusiones en la asignación eficaz y eficiente de los recursos, [...]. El crecimiento económico ha estado relacionado con un beneficio mayor para los empresarios que para los trabajadores”

Tras la pandemia, la desigualdad de ingresos se profundizó. Con mayor evidencia quedó demostrado que las ganancias del crecimiento económico no son repartidas de la misma forma para todos los miembros de la sociedad. En particular, es evidente que el crecimiento económico no está dirigido a minimizar y menos a resolver la pobreza.

La pobreza tiene repercusiones en la asignación eficaz y eficiente de los recursos, puesto que las personas en esa situación no pueden alcanzar una vida digna. El crecimiento económico ha estado relacionado con un beneficio mayor para los empresarios que para los trabajadores.

Economistas han apuntado a señalar que la capacidad del crecimiento para reducir la pobreza depende de las características específicas que tengan los procesos de crecimiento. Es decir, dependiendo de qué sectores de la economía sean los que más crezcan, el tipo de empleos que se generen y las condiciones iniciales de la economía, será la capacidad del crecimiento para reducir la pobreza. En el marco del neoliberalismo, se viven episodios de crecimiento que no beneficien a los más pobres.

Nuevamente, en el escenario panameño están las llamadas “proyecciones del crecimiento económico”, organismos internacionales dicen que será el más alto de la región; el Gobierno publicita que la economía se recupera. Para estos, la lógica que se impone es que el éxito gubernamental está en el crecimiento económico, sin importar que este esté concentrado en pocas actividades, regiones y manos.

En concreto, estamos frente a sectores económicos que se recuperan y alcanzan márgenes de ganancias, mientras la desigualdad social se profundiza, en la medida en que más de 200 mil panameños se encuentran desempleados; 52 de cada 100, en informalidad laboral; 40 de cada 100 asalariados, perciben menos del costo de la canasta básica de alimentos; consumidores con reducida capacidad de compra frente al aumento galopante de los precios de bienes y servicios básicos; pobladores que sufren desalojos forzosos de un Gobierno que no resuelve el tema de la vivienda; centros escolares que carecen de lo más elemental (piso y techo en los salones y agua potable); desabastecimiento de medicamentos en los centros hospitalarios, producto del negociado que impera entre Gobiernos-empresarios; pequeños productores literalmente abandonados y amenazados por la nueva reducción arancelaria producto del TLC con Estados Unidos.

Estamos en un país con una economía que crece en paralelo con una alarmante inequidad distributiva (concentración del ingreso y la riqueza, tendencia descendente de la participación de los sueldos y salarios en el PIB, alcanzando solo el 25 %). Es decir, hay crecimiento con pobreza, exclusión, discriminación, pauperización de los niveles de vida de las mayorías.

En medio de las precariedades que se enfrentan todos los días, un poder económico que adelanta el torneo electoral del 2024 con intentos de “frentes guachos”, como dice Frenadeso, con partidos tradicionales y seudoindependientes, mismos que esta semana buscaron la bendición de los gringos.

Una partidocracia y seudoindependientes que están preocupados por elecciones de 2024, y que siguen siendo cómplices y parte de la corrupción; responsables de la profunda exclusión social que viven los sectores populares; que no han levantado ninguna propuesta ni solidaridad frente a las demandas de los sectores populares, por empleo y salario digno, vivienda digna, seguridad social y contra proyectos depredadores del ambiente, entre otras.

Un Gobierno sumido en la incapacidad, en escándalos de corrupción, en la falta de respuestas reales a los problemas de los sectores populares, y, hoy, en “contradicciones” a lo interno de su partido PRD ante elecciones internas.

En vísperas de la conmemoración del 1 de mayo, Día del Trabajador, diversos sectores obreros, profesionales, deportistas, han levantado la bandera de lucha por mejoras salariales, por condiciones de trabajo dignas, por rebaja del alto costo de la vida, que, por cierto, una vez más aumenta el precio del combustible. Conscientes de que: “sin luchas, no hay victorias”.

Conusi-Frenadeso.
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