• 08/07/2022 00:00

Las fantasías que nos gusta oír

El cine y las películas son historias bien contadas, que a casi a todos nos gusta ver y disfrutar, por las formas en que narran y describen situaciones tanto ficticias como reales, que a veces, nos identificamos y otras nos divierten.

El cine y las películas son historias bien contadas, que a casi a todos nos gusta ver y disfrutar, por las formas en que narran y describen situaciones tanto ficticias como reales, que a veces, nos identificamos y otras nos divierten. Las películas también nos hacen comprender mejor las cosas y otras, quizás nos confunden. Es una industria súper millonaria que tiene su base en la narración y sus fantasías.

No es contar historias por contar. Están bien planeadas y configuradas que a veces nos produce adrenalina con mezclas de temor o risas, dependiendo del género de la película. Hay algunas que logran varias historias que llegan desde tres hasta a ocho películas del mismo personaje. Uno no sabe cuál es la mejor o la peor de todas pero logran ser taquilleras cuando superan más de dos.

Estas historias divertidas de entretenimiento, ahora parecen invadir la política y quieren lograr la 2da parte. Algunos Honorables Diputados parecen tener el puesto ya reservado con sillas especiales que superan las cinco partes de películas y buscan lograr un récord Guinness con más versiones. El detalle de estas historias que son repetidas con las mismas promesas, las mismas personas, los mismos cuentos de siempre y los mismos engaños que usaron la primera vez.

Con estos resultados de siempre, me convenzo más, que los electores les gusta oír los mismos cuentos, las mismas historias repetidas y recibir los mismos golpes en la cabeza. No sé, cual de los dos refranes les gusta mas: 1. Mas vale conocido que nuevo por conocer o 2. Robo pero hizo.

Igual da lo mismo, aunque el “juega vivo” de los políticos no puede faltar con sus inventos de cociente, medio cociente que fabricaron para dejar por fuera a quienes sacan más votos que ellos y así extender sus periodos de por vida y si no salen, en el próximo periodo, disque se reinventan, otros buscan nuevos partidos pero hacen lo acostumbrado, nombrando a sus familiares y equipo de campaña.

En sus campañas electorales nos dicen que van “arreglar el país”, hacer nuevas leyes, más trabajos, menos corrupción, más y más pero siguen iguales o peores que antes. De chico decían que en la noche salían los delincuentes a robar y ahora están las 24 horas del día cometiendo delitos. Muchos de los políticos disimulaban antes sus métodos, ahora ya no les importa y de frente, hacen lo que sea, que ni las planillas o gastos quieren rendir cuentas, con una ley de transparencia que existe desde el 2002.

A los políticos con sus trayectorias de corrupción, no son de temer, quienes son la amenaza más peligrosa, son los propios electores, que les otorga poder con sus votos. Aparte que nuestro sistema de justicia debería tener una cara de vergüenza, porque en otros países, lo que aquí no se ha juzgado, ni condenados, en otros países, ya lo tienen procesados y aquí no pasa nada. En las redes sociales aparecen  más defensores y algunos “comunicadores” contratados para cambiar las versiones de los hechos y fabricas otras películas pero no todos se comen esos cuentos.

En el 2024 esperamos el TE no dañe su imagen cuando le toque dar fallos de tipo electoral con algún disparate que no es de su competencia y se logre modificar la reelección de los puestos para no se mantengan los mismos de siempre y puedan justificar mansiones en playas y se dicen ser “pobres” y eximidos de la constitución al violar leyes de transparencia.

Mgtr.en Salud Publica
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