• 04/04/2023 00:00

Aproximación a las elecciones de 2024

“Por la relativa influencia que ejerce sobre el electorado panameño, no solo como artista, sino como analista político, Blades debería definir su posición, [...]”

El estado de ingobernabilidad al que han llevado al país los políticos ha generado en la ciudadanía un malestar tal, que ha perdido fe en la democracia, pues formulan propuestas atractivas que jamás pensaron cumplir. Quizás el ejemplo más elocuente sea el del expresidente Ricardo Martinelli, quien prometió en campaña combatir la corrupción y el excesivo poder del Ejecutivo, pero al llegar al poder hizo justamente lo contrario.

Ese sostenido deterioro ha llevado al colapso de la institucionalidad. El Ejecutivo usa su desmedido poder para manipular a los órganos Legislativo y Judicial. Y la Asamblea Nacional se ha convertido, en virtud de su rol en la aprobación del presupuesto y la transferencia de partidas, en un bien aceitado aparato de extorsión y chantaje. Por su parte, ni la Contraloría ni la Fiscalía Electoral cumplen sus funciones constitucionales y legales.

El resultado de este estado de cosas ha llevado a la democracia a su más bajo nivel histórico de credibilidad. En efecto, según los registros de apoyo a la democracia que realiza periódicamente el Latinobarómetro, este respaldo había caído a solo 35 % en 2020. Sin embargo, aún la mayoría (53.8 %) considera el democrático como el mejor sistema político.

De allí que considere que las elecciones de mayo de 2024 serán tan cruciales para el futuro de la democracia en nuestro país, como lo fueron las de 1989, en las que la dictadura de Manuel A. Noriega intentó escamotear el abrumador triunfo a la ADO-Civilista, con el apoyo del Tribunal Electoral. Y por los vientos que soplan, en las próximas elecciones (¡ojalá que no!), podría repetirse aquella lamentable experiencia.

Desde mi perspectiva, tres fuerzas políticas estarán disputándose el derecho a gobernar este país por los próximos 5 años, a partir de julio de 2024. Esas fuerzas serán la de continuidad encabezada por el PRD y sus aliados coyunturales; la de los partidos no miembros de la alianza gubernamental, que buscarán el poder sin impulsar cambios sustanciales (“statu quo”), y la oposición que aglutina a los independientes, encabezada por el Movimiento Otro Camino.

Considero que en el proceso de alineamiento de los grupos independientes, el abogado y cantautor Rubén Blades, podría jugar un rol importante, si es que lo expresado en sus cartas al pueblo panameño tienen el valor de “la palabra empeñada”. En carta fechada 5 de febrero de 2022, bajo el titular “Sobre Panamá y la elección del 2024”, prácticamente adquirió un compromiso. En ella, Blades invitó a todos los candidatos a diputados(as) independientes a “inscribirse en 'Otro Camino' para poder presentar un frente común y aprovechar las ventajas y protecciones que ofrece la ley electoral”.

Tras instar a los independientes a cerrar filas bajo el paraguas del Movimiento Otro Camino, Blades los exhorta a que preparen propuestas claras para “sustituir el Estado clientelista”. Todos, subraya, deben estar preparados de antemano, para “el reemplazo de normas y leyes vigentes que favorecen la corrupción y la impunidad del corrupto”.

Sobre el cuadro hipotético de Ricardo Lombana (Otro Camino) y Ricardo Martinelli (Realizando Metas) disputándose la elección, Blades comenta que las membresías de ambos grupos ilustran la situación actual. Y pregunta, ¿quiere el país verdaderamente acabar con la corrupción y la mediocridad administrativa? “Aunque al momento todo me indica que no, los independientes debemos continuar intentando alterar esa situación con ideas y con propuestas concretas”, puntualiza.

Sin embargo, en carta del 27 de marzo de 2023 sobre “La situación política de Panamá”, Blades pareciera renegar de su posición anterior. Al examinar las opciones de varios precandidatos, destaca la de Martín Torrijos, lanzada por el Partido Popular, y apunta que este podría recibir “el apoyo de independientes que objetivamente reconocen el éxito de su gestión como presidente”. Soslaya los escándalos de corrupción (caso Cemis, el primer contrato a Odebrecht y la “cinta coimera”, entre otros) que enturbiaron su Gobierno. Por la relativa influencia que ejerce sobre el electorado panameño, no solo como artista, sino como analista político, Blades debería definir su posición, pues hasta ahora transmite una evidente contradicción. O apoya el “statu quo” o la renovación del Estado.

De los casi 3 millones de electores registrados para votar en las elecciones de mayo de 2024, poco más del 44 % no está inscritos en partidos políticos. Incluso, muchos de los inscritos votarán contra sus partidos, en protesta contra sus respectivos líderes. Considero que buena parte del electorado independiente seguirá al candidato cuya oferta de refundar una nueva República sustentada en una moderna Constitución y leyes efectivas contra la corrupción y la impunidad, sea más creíble. Confío en que las elecciones del próximo año nos traerán agradables sorpresas.

Periodista
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