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- 15/08/2021 00:00
502 años de historia: una entrevista inaudita
Bienvenidos, hoy tenemos una invitada especial, conocida internacionalmente por representar más que a una ciudad, a un país, a un sueño: ¡La Torre de la catedral de Panamá Viejo! Bienvenida.
- ¡Hola! ¿Cómo estáis?... ánimo, que esta pandemia va a pasar y seguiremos creciendo.
¿502 años de historia?
- Bueno… mirad que no soy tan vieja, no me confundáis con la tía Mayín, aunque la ciudad de Panamá se fundó en 1519, y se nombró oficialmente ciudad en 1521, yo soy de 1535, cuando llegó el obispo fray Tomás de Berlanga y se inicia la construcción del edificio catedralicio. Inicialmente fui de madera y de modestas dimensiones, pero en 1540 me destruyó un fuego. Posteriormente, intentaron reconstruirme a base de mampostería, pero la empresa no fue factible y terminé siendo una construcción convencional de madera y tejas (cualquier parecido con la realidad actual, no es una coincidencia). Así estuve hasta 1587, quedé en mal estado otra vez e intentaron volver a reconstruirme de mampostería, pero terminaron dejándome de madera una vez más. Para 1610 estaba en un estado que, mejor ni os cuento, como dicen mis vecinos: peor que rodada, “flat”. Finalmente, por iniciativa del obispo Francisco de Cámara, me construyeron desde 1619 hasta 1626 -entonces sí buscaron experto, que ni idea sobre cuánto costó-. Contrataron al cantero Cristóbal de Armiñán para hacer la piedra que me compone hasta hoy. Por ser tan alta para la época, se esmeraron en hacerme más sólida que el resto del edificio, en ese entonces no había REP (Reglamento Estructural).
¿Qué puedes contarnos de ti en la época colonial?
- Fui la más alta, la más hermosa, pero siempre me trataron con poca atención para mantenimiento. Aun así, en el incendio de 1644 no fui tan afectada. Tuve doble función: campanario y torre vigía, por este motivo notaréis que la catedral tiene orientación invertida con el ábside mirando al mar; es decir, en dirección sur y no en dirección este, como mandaban los cánones.
¿De qué materiales estás construida?
- Bueno… antes del abandono, os puedo decir que soy de cantería y mampostería toda, enladrillada, la iglesia con tres anchas naves de bastante longitud, de diez lumbres (unos 40 metros), con estantería de un palo fortísimo que produce la tierra llamado maría, con basas de cantería y su enmaderamiento muy bien labrado de cedro. Ya más recientemente, se ha tratado de mantenerme toda regia con materiales adecuados y hasta sirvo como mirador. Fui intervenida para recuperarme, con todas las medidas de seguridad, y permitir a los visitantes apreciar una vista panorámica de la ciudad colonial y la ciudad moderna. La gente asciende a través de 115 escalones divididos en tres niveles, cada uno con su plataforma para descanso e información museográfica, así que salen pila'os.
Torre, cuéntame más de la historia de la ciudad de Panamá.
Pues hombre, os lo resumo así: más de mil años ha que los antiguos pobladores llamados “Cuevas”, de quienes se asegura eran pescadores, construyeron una aldea. Luego, hace 502 años, los españoles construyeron una ciudad frente al mar, que poco tiempo después se convirtió en una importante ciudad comercial por donde pasaban la plata y el oro que venían del Perú hacia España y las mercancías que venían de España hacia “Las Indias”; y ahora ustedes que, desde hace 60 años, construyeron sus casas alrededor de las ruinas de la ciudad.
La primera ciudad de Panamá tenía, en su centro, una Plaza Mayor rodeada de los principales edificios oficiales y casas de las familias más ricas. Este era el sitio de reunión de los pobladores. En esta plaza se daban a conocer las órdenes del rey, se castigaba públicamente a los que desobedecían la ley (cosa que deberían retomar en la actualidad) y también se llevaban a cabo las ferias de mercado. Si queréis saber más entrad a la web del patronato, allí está TODO lo que hay disponible. ¡Veréis que es muy interactiva y una actividad excelente para ahora que hay límites de aforos y distanciamiento social de algunos!
¿Algunos?
- ¡Venga! Yo sigo de vigía, y veo que hay mucha gente en la calle. Vierais los tranques que se forman, os digo que la gente no está respetando el uso de mascarillas y las medidas recomendadas, fiestas clandestinas y otros disparates.
¿Y sobre el pirata Morgan?
- Ese gilipollas hizo que me abandonaran. Se mudaron para “un sitio más estratégico”, pero la torre que tienen allá no es tan bonita como yo, por más nácar que le pusieron… la selva se metió en las ruinas. Después cuando la nueva República cumplía 50 años, a alguien se le ocurrió la brillante idea de pasar una calle que atravesaba las ruinas. Al inicio, pues todo bien, después, joder, que la cantidad de carros con sus vibraciones, esmog y falta de planes y mantenimiento, que solo podaban para estas fechas de agosto, y a veces para Navidad (así duraba todo el verano podado). Tuve la suerte de que algunos ciudadanos medio locos iniciaran la cantaleta del rescate y se ha visto que jalaron gente, pues podéis ver el resultado: sacaron la vía Cincuentenario de las entrañas de la primera ciudad, construyeron un viaducto marino suficientemente alejado, que, aunque rompe las olas y permitió que se creciera el manglar, me siento muy cómoda, aún puedo vigilaros. Esta gente hizo que, ¿cómo es que dicen ahora?, taquillara. Resulta que ahora somos Patrimonio Nacional, Patrimonio de la Humanidad, nos han restaurado, hay planes de conservación. Siguen investigando, algo que deben seguir haciendo, hay mucha historia enterrada, que si os la cuento no me la creeríais.
Gracias Torre, algún mensaje de cierre…
- Mirad, tenéis que ir al museo, ¡hay una vista que os encantará!, me verán en primer plano con rascacielos al fondo, pero, por el ángulo, me veo más alta. Nuestra ciudad está destinada a cosas grandes, hay riqueza, sigue pasando mucha riqueza de otros sitios, tratad de que la riqueza no se despilfarre o se la lleven. He visto pasar mucho oro, plata y mercancías, ahora veo cómo hacen fila barcos para cruzar el canal; cómo se negocia en las oficinas de los rascacielos, y muchas veces esas divisas se van. Mucha gente viene para enriquecerse, algunos de formas no tan legales. Le diría a los ciudadanos panameños y extranjeros radicados aquí: ¡despertad! Hay mucho por hacer. La ciudad ha de seguir creciendo, pero debéis enfocaros en estudiarla mejor, quererla y no solo pensar para adentro del lote, sino en todo su conjunto. Recordad que el entorno puede afectarme a mí, así como a todo patrimonio. Cuidad y vigilad lo que se está haciendo, y cómo manejan las autoridades vuestros recursos, no vaya a ser que sigamos siendo una ciudad de ruta o tránsito solamente. ¡Y escuchen a esos locos que hacen las cantaletas de Salvemos el Patrimonio!