• 04/11/2025 00:00

Abastecimiento de medicamentos: entre la ley y la realidad

En Panamá, los pacientes organizados llevamos más de dos décadas insistiendo en un mismo punto: el abastecimiento oportuno de medicamentos e insumos en el sistema público de salud, no es un lujo, es una necesidad vital. Porque, digámoslo con toda claridad: de nada sirve un diagnóstico temprano, el mejor médico o el hospital más moderno, si el medicamento no está disponible. Sin tratamiento, no hay control posible de la enfermedad, y mucho menos esperanza de recuperación.

La reciente Ley 419 del 1 de febrero de 2024, que regula los medicamentos y su adquisición pública, representa un paso importante hacia la modernización del sistema de compras del Estado. Esta ley reemplaza a la antigua Ley 1 de 2001 y busca agilizar los procesos, garantizar la transparencia y, sobre todo, asegurar el abastecimiento continuo de medicamentos en las instituciones públicas de salud.

Dentro de sus innovaciones destacan el Plan Nacional de Garantía de Abastecimiento, el Sistema Nacional de Negociación de Precios de Medicamentos (Sinprem) y la creación de Farmacias Solidarias, entre otros mecanismos que fortalecen la planificación, la transparencia y la eficiencia.

Los pacientes hemos impulsado durante varios quinquenios una propuesta concreta: la negociación de precio país, que une al Ministerio de Salud (Minsa) y a la Caja de Seguro Social (CSS) para comprar en conjunto y aprovechar el volumen como herramienta para obtener mejores precios. Tras años de incidencia, este mecanismo se incorporó finalmente en la Ley 419 y su reglamentación. Gracias a este modelo, se demostró que es posible lograr ahorros significativos, como los $23 millones registrados en 2023, sin comprometer la transparencia ni la calidad.

Sin embargo, la realidad sigue mostrando una desfase entre la norma y su implementación. El 7 de noviembre de 2024, la Fenaeccd recibió una carta del Ministerio de Salud solicitando el nombramiento de nuestros delegados en la Comisión para la Evaluación del Desabastecimiento Crítico de Medicamentos, a la cual respondimos oportunamente. Tras meses de intercambio de comunicaciones, la comisión fue publicada en Gaceta Oficial el 19 de septiembre de 2025, casi un año después, y apenas el 15 de octubre se realizó un acto de instalación que, más que necesario, resultó simbólico.
Mientras se celebraba el evento, lo que realmente urgía era poner en marcha la mesa de trabajo y comenzar la acción concreta.

La planificación de las compras, que la ley obliga a iniciar un año antes, tampoco ha logrado consolidarse en la práctica. Pese a que la lista de medicamentos que la CSS debía adquirir mediante el mecanismo de negociación conjunta fue enviada al Minsa desde mayo de este año, al cierre de octubre la institución ha decidido realizar la compra de 580 renglones mediante licitación tradicional de precio único, argumentando falta de tiempo para aplicar el nuevo sistema.

Esta decisión contradice los principios de eficiencia y transparencia que sustentan la Ley 419. El mecanismo de negociación centralizada no solo reduce los plazos de adquisición a menos de cinco meses, sino que también permite comprar sin registro sanitario en casos críticos, facilita la entrega inmediata tras la adjudicación y garantiza trazabilidad digital de cada cotización. Sin embargo, el Ministerio de Salud no le dio la importancia necesaria al proceso, dando argumentos que no están entre las funciones de la comisión.

El país no puede seguir repitiendo el ciclo de reformas sin ejecución. Los pacientes no podemos seguir esperando a que los procesos administrativos o la falta de voluntad institucional prolonguen lo inevitable: el desabastecimiento.

La Ley 419 fue una conquista del país, no de un gobierno. Es el fruto de años de diálogo entre pacientes, médicos, farmacéuticos y autoridades. Pero toda ley, por buena que sea, pierde sentido si no se aplica con la urgencia que la salud pública exige.

Desde la Fenaeccd reiteramos nuestro compromiso de acompañar técnica y constructivamente a las instituciones en la implementación de los mecanismos de compra establecidos, porque creemos en un sistema donde el medicamento llegue a tiempo, al precio justo y con calidad comprobada. La salud no puede esperar, y los pacientes mucho menos.

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