• 31/03/2014 02:01

Observaciones del contexto actual

Si en la mayoría de los momentos de la vida hay lecciones, de este tiempo tenemos mucho que aprender. 

Si en la mayoría de los momentos de la vida hay lecciones, de este tiempo tenemos mucho que aprender. Aunque las reglas establecidas deben ser cumplidas, no siempre esas reglas son favorables. Los resultados deben ser considerados para mejorar los procesos, más cuando es en beneficio de la mayoría. Que quede claro que, según las benditas encuestas que rigen nuestro diario vivir, la mayoría de los ciudadanos está depuesta a votar por una nueva alternativa de gobierno. Lean bien, hay más votos de oposición que de los que apoyan al candidato del actual gobierno.

Ese es el contexto actual en lo político. Tiene significado; no es un país dividido: está seriamente inclinado hacia el rechazo. Ve y entiende claramente la desvergonzada y despreciable conducta de muchos de la clase politiquera y cómo deprecian la majestuosidad del servicio público para aferrarse al poder y hacer dinero, indistintamente de la lectura de rechazo que más clara no puede estar. El camino de desarrollo social y cultural está en franco deterioro, y estamos obligados a leerlo como una seria amenaza.

Hace cinco años señalé que la realidad de entonces requería de una valoración profunda del entorno social y de cómo podemos controlar las desviaciones que pueden seriamente atentar contra el futuro de la nación. Hoy eso se mantiene. En ese sentido, y sabiendo la indiscutible influencia que ejercen sobre la sociedad, los medios deben ser considerados como punta de lanza para atacar las dificultades reinantes.

Pero, ¿qué debemos ver? Que se han adelantado. Utilizan los medios para impulsar y sostener la depresión sociocultural. La influencia negativa de los medios es abrumadora y los que los monopolizan para avanzar sus pretensiones más perversas lo saben.

¿Qué debemos saber y aprender? Que los nuevos medios, particularmente Twitter, juegan un papel fundamental de desinformación sistémica, de desvió de la atención. Es utilizado para el descrédito de adversarios y le hacen un contrapeso, minuto por minuto, a los procesos informativos serios y fundamentados. Los medios tradicionales se han rendido ante los pies de estas redes sociales, citándolas a cada rato y dándoles un valor en la transmisión de información no validada, que enreda el panorama cotidiano. Y los perversos lo saben.

Es muy difícil llamar la atención y transmitirle a un individuo preocupaciones por el problema de la educación o los crecientes problemas ambientales y la necesidad de que todos colaboremos para atender estos temas, cuando la preocupación primordial de este individuo es el producto de múltiples inquietudes, en donde predominan —ante todo— sus necesidades básicas de supervivencia cotidiana.

¿Qué debemos saber? Que la influencia de los medios y de sus mensajes en la población no es unidimensional. Y cuando, estratégicamente, interfieren con el proceso informativo con mensajes infundados y poco validados, saben que lo más probable es que el individuo de a pie, que no repara en análisis ni comparaciones de fuentes, caerá en una borrasca de confusiones que sirven propósitos negativos.

¿Qué más debemos saber? Que el que controla los medios controla la agenda social, política y cultural. Que una vez los medios masivos de comunicación toman como serio lo trasmitido por estas redes sociales, ayudan con más precisión a condicionar y moldear el marco social y es importante tomar en cuenta que los efectos no son alentadores en las diversas capas de la sociedad. En muy pocas crea dudas, pero en las otras, convence y las convierte en multiplicadoras de la desinformación.

En 1980 se publicó el documento ‘Un solo Mundo, Voces múltiples’ (‘Many voices, one World’), conocido también como ‘el Informe McBride’. El documento llamaba a la formulación de un Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación. Criticaba ‘la creciente comercialización de los medios de comunicación y su control desmesurado por sectores élites del poder’. McBride, señalaba que ‘los gobiernos de los países en vías de desarrollo debieran tomar un rol más activo en el desarrollo de una infraestructura interna de comunicación. Que se debieran formular políticas nacionales de comunicación y que debieran ser desarrolladas mediante una política de amplia participación pública’.

Después de los comicios electoreros del 4 de mayo próximo, debemos tener esta discusión sobre los procesos actuales de comunicación ciudadana y el control y papel de los medios, para redefinir sus responsabilidades en la construcción de un nuevo marco social.

COMUNICADOR

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