• 09/01/2016 01:00

La admisión en universidades

El tema de la admisión democrática cuestiona la existencia de un sistema de acceso socioeconómico

En la perspectiva ética de mejorar el ingreso meritorio a las Universidades, el tema de la admisión democrática cuestiona la existencia de un sistema de acceso socioeconómico, por criterios económicos o solo de conocimientos generales de algunas áreas de especialidad. Urge, como nueva propuesta la creación de un instrumento que dialogue mejor con la educación como derecho social, que contemple además de los conocimientos previos a las carreras de especialidad, aptitudes, avanzando hacia pruebas que midan de verdad el potencial de los nuevos estudiantes y las necesidades que requiere cada carrera, dejando atrás el concepto de prueba estandarizada, para llegar algún tipo de test, en vez de conocimientos específicos generales, incorpore la entrevista personal, la redacción de un ensayo, un artículo, una breve exposición que pueda superar las expectativas profesionales de la prueba actual de conocimientos, con criterios nuevos, que trasciendan la reforma curricular, la gratuidad si es el caso, a través de estrategias que dialoguen mejor con la educación como derecho social.

La revisión de los criterios de admisión no solo debe validar porcentualmente el índice que traen del bachillerato, además, la condición socioeconómica del aspirante, la territorialización o proximidad a su dirección urbana, sin pretender excluir a los aspirantes, fortaleciendo un sistema más justo y equitativo para la población inteligente del país. Otro criterio que aplican las universidades es incorporar la participación del aspirante en actividades extracurriculares como el deporte, la cultura, la música, el trabajo comunitario, validando que el fututo estudiante universitario trae ya una vocación hacia la creatividad y convivencia social, proyectando esos valores de socialización en su escenario de formación, trabajo y comunidad.

Las pruebas de acceso de los nuevos estudiantes a nivel de Universidad y de Facultad, deberían detectar criterios de calidad lectora, en la escritura y disertación, vocabulario técnico de las asignaturas, evaluar sicológicamente la personalidad, la carrera, para garantizar que dispone de recursos mentales para comprender, interpretar, interrogar, evaluar y aplicar los conocimiento que lee y escucha de sus catedráticos, aprovechando al máximo la inversión de tiempo, espacio y dinero que se provee durante los años de su formación profesional universitaria.

El problema pedagógico de la calidad de la Educación Superior, en especial de universidades públicas, no queda únicamente en la revisión de los criterios de admisión, que deben ser mejorados o actualizados, sino también gestionar el monitoreo y seguimiento de los estudiantes durante los años de sus carreras, ya que los docentes concentrados en el dominio de contenidos y consignas, pueden evadir el trabajo tutorial que es básico para elevar su rendimiento, procurando una democratización de la enseñanza, reduciendo la exposición oral del docente, por una estructura pedagógica altamente participativa, de discusión y dialogización que supere el monologo y la baja construcción de conocimiento por parte del nuevo profesional en formación universitaria.

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