• 07/06/2010 02:00

Admisión universitaria

Han pasado 43 año desde que me presenté a la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Panamá a presentar mi examen de Admisión y en e...

Han pasado 43 año desde que me presenté a la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Panamá a presentar mi examen de Admisión y en el cual solo existían 55 cupos para aspirar a entrar a el primer año de la carrera y si no aprobabas el examen tenías que esperar la próxima ronda, la cual sería el próximo año. Con el tiempo esto fue cambiando y entonces se suavizó un poco la selección y si no pasabas el examen tomabas un semestre de materias básicas, una vez aprobabas dichas materias, te inscribías en el primer año de la carrera de ingeniería de tu preferencia, y allí comenzaba la lucha real por la supervivencia para lograr tu meta que era ser ingeniero.

A medida que los años fueron pasando los procesos de selección fueron cambiando, porque llegó la masificación, porque la cantidad de estudiantes aspirantes crecía y se llegó a la entrada libre, con lo que se eliminó el curso de capacitación obligatorio y en algún momento los exámenes de admisión, en donde hasta bachilleres en letras los tenías estudiando Ingeniería, obvio ese joven no duraba mucho, pero ocupaba la silla de alguien que sí debía estar allí.

Soy de la opinión, como docente universitario, que debemos reestructurar la admisión selectiva al inicio y volver a los cursos obligatorios, para que todo el que quiera estudiar esta carrera los tome y, además, los docentes que dicten estas cátedras preferiblemente sean ingenieros, físicos, matemáticos de una larga trayectoria debidamente comprobada en todo lo ancho de la palabra y que se garantice que esos cursos serán de una calidad excelente y que podamos tener dentro de nuestras aulas una competencia real donde todos demuestren que se han ganado el derecho a estar allí.

Otra modalidad que a mi manera de ver, y conversada con colegas al respecto, es que los que aspiren a estudiar esta carrera y que se están graduando en nuestras escuelas secundarias el último semestre lo realicen en la universidad de su preferencia, donde exista un denominador común en que todas las universidades que enseñen Ingeniería estén debidamente sincronizadas, para que no se sienta la diferencia en qué universidad se matrícula y pueda recibir una enseñanza durante ese semestre de capacitación que le garantice su acceso a la carrera de su preferencia.

También que durante los últimos tres años del segundo ciclo, en coordinación con el Ministerio de Educación, a todos los futuros estudiantes de ingeniería se les someta al final de cada año a una prueba de evaluación correspondiente a las materias que se dictaron, para medir el grado de conocimiento y tomar los correctivos de inmediato, a través de módulos de estudios que ellos puedan reforzar y antes de entrar al año siguiente revalorizar los temas donde se sintió la deficiencia.

Hay tantas cosas que se pueden hacer con la educación, que solo se necesita una gran dosis de buenas intensiones y estoy seguro de que podríamos lograr grandes cosas que necesita el país para poder avanzar en este mundo globalizado y donde la tecnología no espera, sino que avanza a pasos agigantados.

Existen modelos educativos de excelencia, les menciono donde tuve la suerte de educarme, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), México, que estoy seguro que si le solicita el gobierno orientación de cómo han podido desarrollarse en todo México nos darían una cantidad de ideas muy buenas, que serían de mucha utilidad para resolver una gran cantidad de deficiencias que persisten en la manera de seleccionar los nuevos aspirantes a las carreras de ingeniería en el país.

*Ex presidente de la SPIA y docente universitario.gerencia@carpenn.com

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