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Faltan pocos meses para la inauguración del Canal y el frenesí de los preparativos es intenso; así lo reflejan los informes de los diplomáticos peruanos en Panamá. Durante esas semanas hay varios acontecimientos destacables que impactan en la relación bilateral. Las autoridades del istmo empiezan a preguntarse qué va a pasar con el material sobrante del Canal tanto nuevo como de segunda mano.
El 14 de marzo de 1914, la legación peruana en Quito avisa a Lima que la Compañía de Ferrocarril de Guayaquil va a comprar material canalero excedente y que el gerente de dicha compañía invitó al Perú para hacer una compra conjunta, dado que los estadounidenses no vendían al menudeo, sino en lotes cuyo precio superaba la capacidad adquisitiva quiteña (Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, Caja 648, File 19, doc. 5, 1914). Inicialmente, el ministro de Fomento del Perú, Benjamín Boza, comisionó al ingeniero Francisco Javier Wakulski para la evaluación de los ferrocarriles y otros componentes conexos (MRE, Caja 654, File 4, of.12, 1914). A este interés se sumó el Ministerio de Agricultura peruano que, a través del director de Obras Públicas del Ministerio de Fomento, Alejandro Espinoza, quiso adquirir tuberías que pudieran emplearse en irrigaciones. Si bien el informe de Wakulski fue favorable, la discrepancia se produjo en el número de locomotoras que se iban a adquirir.
Las autoridades del Canal ofertaban unidades impares mientras que Quito y Lima optaban por tener el mismo número de todo. Las negociaciones llegaron a un punto muerto y el primero en retirarse de la mesa fue el Ministerio de Fomento, que el 14 de abril informa a la Cancillería peruana que no cuenta con los recursos suficientes para la compra. El Ministerio de Agricultura mantuvo su interés en las tuberías hasta el 23 de mayo, en que cambia de parecer y desestima la adquisición (MRE, Caja 648, File 19, doc. 7, 1914). El lote terminó en el lago Gatún. Así concluyó lo que, en lenguaje de hoy, pudo haber sido la primera compra trinacional de Gobierno a Gobierno.
Una segunda anécdota está referida al vapor que cruzaría el Canal de Panamá. La nave estadounidense “Ancón” tuvo ese privilegio. Sin embargo, otras embarcaciones intentaron disputarle ese honor, tal fue el caso del buque cazatorpedero peruano “Rodríguez”, que estaba en el Pará brasileño y solicitó permiso para pasar por el Canal para ahorrar tiempo en su regreso a El Callao. Se comisiona al jefe de la legación del Perú en Washington DC, Federico Pezet, para la tarea de solicitar los permisos correspondientes, y se reúne el 23 de febrero con el coronel Goethals, en servicio en el Canal, quien enfáticamente niega la autorización de tránsito incluso si navegase en el barco el propio presidente de la República (MRE, Caja 650, File7, of.25, doc. 33, 1914).
Ninguna autoridad estadounidense en el istmo tiene intención de poner en riesgo la fecha inaugural, así Pezet informa que la expedición del profesor H.R. Schmitt del Instituto Carnegie de Washington que partía hacia Sudamérica para hacer mediciones magnéticas en Chile, Perú, Bolivia y Brasil tampoco obtuvo el permiso de tránsito. Debió partir un mes antes de lo previsto (abril 1914) para ajustarse a sus nuevos y extensos itinerarios (MRE, Caja 650, File 7, of. 33, doc. 41, 1914).
Una cuarta anécdota de cómo afectaron las medidas que buscaban preservar la fecha de la ceremonia estadounidense fue el viaje de una docena de profesores norteamericanos dirigidos por Harry Erwin Bard que, por falta de autorización de tránsito por el Canal, salieron de Nueva York el 30 de mayo de 1914 en el vapor “Vandyke” con el siguiente itinerario: Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, Perú y Panamá, esto último para coincidir con la inauguración. El 21 de julio, los maestros llegarían a Mollendo (Arequipa, Perú), el 23 a El Callao y el 28 partirían hacia Panamá, llegando al istmo el 3 de agosto (Caja 650, File7, of.60, doc.70, 1914). Durante la travesía se reunieron con los Ministros de Instrucción Pública de cada país visitado. Finalmente, después del 15 de agosto, Bard y su delegación fueron de los primeros en usar la nueva ruta canalera Panamá-Nueva York.
Una última anécdota acontece en marzo de 1914. El senador Weeks de Massachusetts presentó una moción para que buques cargueros de la armada estadounidense sean utilizados como buques mercantes que transporten mercaderías hacia El Callao, Iquique y Valparaíso empleando la ruta del Canal para incrementar la presencia comercial de Estados Unidos y desplazar progresivamente a los británicos (MRE, Caja 650, File7,of.67, doc.77, 1914). Panamá y Perú se expresaron a favor de esta iniciativa, pero el comienzo de la Primera Guerra Mundial lo impidió. Nuevas investigaciones centradas en los archivos nacionales de los países vinculados con el inicio de las operaciones del Canal aportan las ópticas de los actores que vivieron el nacimiento de esa colosal obra de ingeniería.