• 04/10/2018 02:02

A los ciento diez años del Teatro Nacional

El Teatro Nacional se construye con los primeros dineros que Panamá recibe como pago por los norteamericanos como regalía por la construcción del Canal

Medios de comunicación nos traen refrescantes noticias sobre la acometida de puesta en valor y rescate de elementos claves de nuestra identidad nacional. El Instituto Nacional de Cultural anuncia que el proyecto de restauración integral del Teatro Nacional se encuentra a un 70 por ciento de avance, teniendo, entonces los panameños la esperanza de volver a ver abiertos los telones de esa joya de la arquitectura y de las artes.

Para entender la trascendencia del Teatro Nacional, quiero traer a referencia el contexto socioeconómico y cultural de Panamá de finales de siglo XIX y principios del XX. ¿Cómo y por qué se construye la institucionalidad relacionada con el Teatro Nacional? ¿Por qué es importante el Teatro Nacional abierto hoy?

En la colección de Protagonistas del Siglo XX (Penguin Random House, 2015) donde abordamos, la semblanza de Alfredo St Malo —probablemente de los más notables músicos panameños— encontramos información interesante del proyecto de identidad y cultural en la incipiente República vinculada directamente con la construcción del Teatro Nacional. El mismo Alfredo St Malo de muy joven ofreció un concierto en esa sala, evento que lo catapulta con una beca a la École nationale supérieure des beaux-arts, donde recibe posteriormente el más alto honor: las palmas de oro como artista destacado.

El Teatro Nacional, bajo la figura de la Escuela Nacional de Música y Declamación, es clave para entender la trascendencia de las tareas formativas y de promoción de las artes en Panamá para principios del siglo XX. Figuras como la de Narciso Garay —panameño cosmopolita— que vive en París entre 1882 y 1884. En la capital de Francia se educa en música y obtiene el dominio del idioma francés. Narciso Garay impulsa la figura del Teatro Nacional y la Escuela Nacional de Música y Declamación como las instituciones que van a formar los nuevos músicos que estarían forjando el proyecto cultural ante la presencia norteamericana al otro lado del Ancón. El Teatro Nacional es parte de un proyecto cultural intencionado.

‘Entre las primeras décadas del siglo XX la ciudad estrenaba los primeros edificios de hormigón armado y se invertían en espacios de recreación y diversión. Eran los tiempos de inicio, auge y caída del proyecto interoceánico del Canal francés y el inicio del proyecto norteamericano. Panamá era un hervidero económico lugar de paso y tránsito de personas y mercancías y escenarios de las mayores intervenciones tecnológicas del mundo asociadas al transporte interoceánico. Este es el retrato de la sociedad panameña de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. La mayoría de los músicos de entonces no tiene formación musical: son profesionales empíricos que con buena voluntad suplen las ausencias de su formación formal. No existen en Panamá músicos formados bajo ninguna instancia formal de educación en ese campo de las artes'. Aquí la importancia y el papel de la institucionalidad del Teatro Nacional.

Cuatro meses después de proclamarse Panamá como República independiente —abril de 1905—, las autoridades toman la iniciativa de crear la primera institución musical en Panamá: la Escuela Nacional de Música bajo la dirección de Narciso Garay.

El Teatro Nacional se construye con los primeros dineros que Panamá recibe como pago por los norteamericanos como regalía por la construcción del Canal, transformándose en ‘el espacio de creación cultural, el Estado invirtió y declaró una política explicita de formación musical en Panamá'.

A ciento diez años de haber sido construido el Teatro Nacional y ante la iniciativa de su restauración integral, con la posibilidad de que un patronato impulse la cultura y las artes, llamaré la atención a su origen y su función social.

El Teatro Nacional deberá ser administrado bajo la visión de que sea posicionado como la máxima casa de formación de las artes escénicas y artísticas de Panamá, así como lo fue hace ciento diez años. Una comisión bajo el Patronato deberá tener la tarea de curar las actividades artísticas y culturales que promueva el Teatro Nacional. Su escenario y proscenio deberá albergar e incubar lo más importante de las artes escénicas y del arte en Panamá. Los miembros de esta Comisión no deberán tener interés ni conflicto en los círculos de producción de vodeviles y de banalidades del patio escénico.

El Patronato deberá garantizar que se asignen fondos para un mantenimiento sistemático, científico y con el criterio de que esta casa de la cultura panameña permanezca abierta para el goce de todos los panameños.

El Teatro Nacional hoy abierto, al igual que al inicio de la República, deberá garantizar la identidad de las artes en un mundo globalizado, donde las manifestaciones culturales son claves para reafirmar procesos internos de identidad y cultura. El Teatro Nacional ha sido y debe seguir siendo una institución permanente, de primer orden y de orgullo nacional.

INGENIERO

Lo Nuevo
comments powered by Disqus