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- 26/05/2014 02:00
Contra el antisemitismo
Uno de los lemas con los que a los panameños nos gusta identificarnos, es que somos ‘un crisol de razas’, denominación que adoptó el programa estatal para legalizar a los emigrantes que en esta tierra conviven con nosotros. Entre los ancestros de una buena parte de nuestra población, encontramos emigrantes que vinieron, con una mano delante y la otra atrás y que aquí vivieron, amaron, se reprodujeron, murieron y fueron sepultados en cementerios para chinos, judíos, afroantillanos e hindúes. Tal como ellos, aunque los orígenes sean de diferentes lugares, todos pertenecemos a una sola raza, la humana, aunque varios grupos posean características exteriores diferentes.
Desde el siglo XIX, Panamá ha recibido diversas corrientes migratorias estimuladas por el comercio u obras como el ferrocarril, el Canal y el aprovechamiento de una posición geográfica privilegiada. Una de esas migraciones ha sido la de los judíos que llegados de distintos lugares del planeta, aquí desarrollaron sus quehaceres, fundaron sus hogares y han contribuido y siguen haciéndolo, al desarrollo de Panamá. Hemos convivido con la colonia judía, así como con las otras, en paz y armonía, se les ha respetado su religión y sus milenarias tradiciones culturales, y una vez que se nacionalizaron pasaron a ser panameños con todos los derechos, deberes y garantías que consagran la Constitución Política y las leyes.
Por todo lo anterior, es preocupante que se haya publicado en las redes sociales una encuesta preparada por una Liga de Antidifamación que no conozco, en la que se formulan preguntas capciosas y sugerentes, tales como si los judíos son más leales a Israel que a Panamá, o si a ellos les importa solamente lo que les ocurre a ellos y no a los demás, que si creen ser mejores que los otros y si son responsables de la mayoría de las guerras mundiales. Como era previsible, luego del contenido malicioso de la encuesta, ésta produjo como resultado que el 52% de los preguntados albergase actitudes antisemitas.
Conozco bien a los judíos desde mi infancia, no solamente porque mi padre, que dirigía el Departamento de Naturalización fue amigo de muchos, sino porque en nuestro barrio de La Exposición compartimos con ellos juegos, deportes y entretenimientos, y a nadie le preocupaba que no fuésemos a la misma iglesia porque cada uno tiene derecho a practicar la religión que desee y además todas son ejemplos de buenos principios, así como de valores éticos y morales. Además, he pertenecido desde la década de los setenta, al Instituto Cultural Panamá-Israel que a mucha honra presido desde hace tres años.
Como panameño me siento orgulloso de contar con vecinos judíos en el condominio donde vivimos, de sentir que son una colonia trabajadora y que han desarrollado empresas en las que han creado muchos empleos, tanto en el comercio como en la industria y la construcción y, además, han destacado en el ejercicio de sus profesiones. Podría mencionar muchos casos pero basta con recordar que gracias a la visión del profesor Moisés Levy, con el apoyo de Omar Torrijos, se creó la Universidad Tecnológica de Panamá que produce excelentes ingenieros.
En materia de honradez, conozco judíos cuya palabra o un estrechón de manos, son tan efectivos como una escritura pública. Como quiera que la malhadada encuesta también se refiere a la excesiva publicidad que han hecho los judíos del holocausto, me limito a recordar que en varios países europeos, no solamente en Alemania, es delito la negación del holocausto, porque atreverse a desconocer que seis millones de judíos fueron aniquilados sistemáticamente por los nazis en los campos de concentración, equivale a una apología de tal masacre que ha sido condenada por la humanidad.
Los judíos que han hecho de Panamá su hogar y su patria, merecen todo nuestro afecto y respeto, al igual que las otras etnias que fraternal y pacíficamente hacen de este país un lugar hospitalario y generoso en el cual convivimos y coexistimos abiertos para la paz y el afecto y cerrados para la xenofobia.
*Ex presidente de la República y académico numerario de la Academia Panameña de la Lengua.
ABOGADO