• 04/09/2017 02:01

Conozca a Arnulfo Arias y después hable...

Su padres tienen carnicería, tienen panadería y se dedican también al pequeño negocio de comerciantes'

A gosto es un mes emblemático para todo panameñista, pues se conmemoran dos acontecimientos, el nacimiento del Dr. Arnulfo Arias, acaecido el 15 de agosto de 1901, y su fallecimiento, el 10 de agosto de 1988. Es normal que para estas fechas, se escriban artículos y ensayos acerca de su figura, como el que salió publicado en La Estrella de Panamá , bajo el título ‘Arnulfo Arias y la polémica de su pensamiento', edición correspondiente al período del 4 al 6 de agosto pasado.

Recientemente, dediqué más de dos años a leer y analizar los escritos en donde el Dr. Arnulfo Arias Madrid plasmó sus vivencias y sentimientos, a lo largo de cincuenta años, gracias a que esos diarios fueron compartidos por su viuda, la expresidenta Mireya Moscoso. Con este estímulo, sostuve conversaciones con seguidores del líder panameñista, en todo el país, todo lo cual me ha permitido escribir mi libro ‘Sus Memorias. Arnulfo Arias, el hombre', que pronto saldrá publicado.

Refiriéndome al artículo publicado que menciono en el primer párrafo, considero que ha sido injusto el calificativo que se le endilga al Dr. Arnulfo Arias Madrid como una figura política de ‘arraigo populista'. Una cosa es ser un político populista y otra, muy diferente, es ser un político con arraigo popular. Arnulfo Arias jamás pretendió ni tuvo tiempo para ser un político populista, si tomamos el adjetivo en el contexto que es utilizado en la actualidad. Aquellos eran tiempos en que las campañas políticas se hacían de una manera diferente; la gente se movilizaba con sus propios recursos, sin esperar a que le dieran nada a cambio por su participación. Arnulfo tenía un magnetismo sobre las masas, que no ha sido igualado por ningún otro dirigente político panameño del siglo XX y lo que va del siglo XXI. Las personas que lo seguían, lo hacían porque los cautivaba, les atraían sus ideas y las defendieron en 1951 y 1968, incluso con sus propias vidas.

Ese magnetismo llevó a Arnulfo Arias Madrid a la Presidencia de la República, en tres ocasiones, 1940, 1949 y 1968; en 1964 reclamó sin éxito el triunfo que le fue birlado, y en 1984, su última campaña política, fue víctima de un escandaloso fraude que fue reconocido públicamente por uno de sus artífices militares, años más tarde. Por lo tanto, Arnulfo no tuvo tiempo para populismos; en su lugar, dejó instituciones, leyes, obras e ideales que han sobrevivido y han quedado para la posteridad.

El artículo menciona que Arnulfo Arias ‘creció siendo parte de la elite interiorana de principios del siglo XX'. Si un niño como lo fue Arnulfo, salía todos los días a vender el pan y otras viandas que preparaba su madre, por las calles de Penonomé, para ayudar a la economía de la familia, mal podría calificarse a su familia como parte de cualquier elite ventajosa de un pueblo. Ricardo A. Morales describe a la familia de Harmodio y Arnulfo Arias con estas palabras: ‘Sus abuelos y padres eran campesinos de las montañas. Fueron familias dedicadas a las arduas faenas del campo. Su padres tienen carnicería, tienen panadería y se dedican también al pequeño negocio de comerciantes'. (Sic).

Es oportuno, además, resaltar el hecho de que Arnulfo Arias Madrid fue uno de ocho hijos de la unión matrimonial entre Antonio Arias y Carmen Madrid de Arias. Por lo tanto, esa especie que pretenden difundir algunos mal informados, de que él era un hijo ilegítimo de Antonio Arias, es falsa de toda falsedad. Arnulfo Arias nació en un hogar profundamente conservador. Antonio Arias tuvo cuatro hijos producto de una unión anterior a la que celebró dignamente con Carmen Madrid.

Ahora, veamos el tema del supuesto racismo de Arnulfo Arias en contra de las llamadas ‘razas parasitarias'. Panamá vivió épocas de grandes controversias cuyos detalles no voy a exponer en este reducido espacio, mas recomiendo la lectura del libro ‘Xenofobia en las cuatro primeras décadas de la República de Panamá', de Mauricio Augusto McLean Araúz, Editorial Universitaria Carlos Manuel Gasteazoro, Panamá 2016, para que conozcamos cuál era la situación de la sociedad panameña y el pensamiento nacionalista que fue despertando a partir del primer Gobierno de Arnulfo Arias. El Acta de inmigración de Panamá de 1926, por ejemplo, documento que era anterior a la aparición de Arnulfo Arias en el panorama político, prohibía la entrada de extranjeros inelegibles para la ciudadanía: japoneses y otros asiáticos, imitando leyes estadounidenses que prohibían la naturalización de estos inmigrantes.

Lejos de pretender que lo anterior sea una excusa para lo que pudo escribir Arnulfo en una determinada situación histórica digna de análisis, puedo aseverar de manera categórica que si él hubiese sido un racista, no hubiera tenido arraigo en las esferas sociales de más bajos recursos, donde la población mostraba una mezcolanza étnica en la que prevalecía la raza morena o negra. Tengo testimonios de algunos colonenses, de que el presidente Arnulfo Arias dio prórrogas, al menos en dos ocasiones, a aquellos inmigrantes de las islas del Caribe que habían venido para la construcción del Canal, y a sus descendientes, para que legalizaran su estatus en Panamá, que comenzaran a hablar castellano y a contar en balboas, durante su corta administración de 1940 a 1941. Además, si estudiamos el árbol genealógico de la familia Arias, preparado por el ingeniero Alfredo Arias Grimaldo, vemos que el padre de Arnulfo, Antonio Arias Castillo fue uno de los hijos de José Gabriel Arias y Nicolasa Castillo Camargo, llamada la ‘Cucha' Camargo, una ‘mulata muy adinerada'.

Habla el articulista de que Arnulfo Arias mantuvo ‘un respaldo bastante abierto a las Potencias del Eje' y que los Estados Unidos veían peligro en esas posiciones. Nuevamente recomiendo la lectura de otro libro, ‘Las Huellas de mi andar', publicado en 2012 por el licenciado Jorge Rubén Rosas, un caballero de la política recientemente fallecido, donde describe, con detalles poco conocidos, las razones por las que los estadounidenses respaldaron el derrocamiento del presidente Arias Madrid, en 1941. La actitud nacionalista de Arnulfo, en la que prevaleció su intención de sacar el mejor provecho para el país, fue objeto de una campaña de tergiversación y acusaciones falsas de fascista y pronazi.

Por último, el artículo de marras habla del ‘poco acierto de su modelo económico'. Una vez más, ausencia absoluta de análisis, menos aún, financiero. ¿Qué éxito puede tener la administración pública de un mandatario que en su primer intento tuvo una duración de un año? ¿Qué en su segunda oportunidad, tras haber sido electo por mayoría, duró un año y seis meses y en la tercera ocasión, once días? Tampoco menciona el articulista la asfixiante obstaculización de que fue víctima el Gobierno de Arias, entre 1950 y 1951, fomentada desde la propia Administración pública (su contralor era cuñado del comandante Remón Cantera), en contubernio con la Asamblea Nacional y grupos económicos. Situación que ha sido ampliamente descrita por Rosas en la obra arriba mencionada. Hay que escudriñar más en la historia, en el ambiente en que se encontraba la recién establecida República de Panamá, para emitir una opinión centrada sobre Arnulfo Arias Madrid y su legado. Espero que mi libro ‘Sus Memorias. Arnulfo Arias, el hombre', sirva para conocer más el pensamiento de este notable ciudadano.

ODONTÓLOGO Y ESCRITOR.

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