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- 30/06/2021 00:00
¿El arte nos puede salvar? (II)
El arte puede ser utilizado como un proceso terapéutico, donde el terapeuta provee un acompañamiento y la música, la pintura o lo que escribe con su cliente es un espacio intermedio de juego, proyección y elaboración donde el autoconocimiento y el crecimiento personal son posibles.
En el artículo de hoy me enfocaré en el tipo de intervenciones de arte como terapia en medios hospitalarios. En este tipo de ambientes hay una variedad de enfoques: un departamento de terapias creativas, como en el Philadelphia Children Hospital, donde hay musicoterapeutas, terapeutas de arte y de danza movimiento que atienden las necesidades emocionales de niños y sus padres, algunos de los cuales enfrentarán la muerte a una edad temprana. Las actividades incluyen componer canciones para expresar la experiencia individual ante la enfermedad o preparar un recuerdo sonoro para la familia.
Otro enfoque es llevar artistas a los hospitales como una manera de crear un ambiente positivo, con menos estrés. En este caso los artistas no son terapeutas, son músicos que comparten su talento. Ejemplo de esto son las iniciativas Música en Vena en España y “Musicians on call” en Estados Unidos. Ambas iniciativas tienen una organización y objetivos claros.
En el caso de las artes plásticas, en ciertos países se hacen convocatorias para que artistas plásticos cambien el ambiente a uno más colorido, otra vez, buscando que, a través del arte, se cree un ambiente más positivo, con menos estrés y que promueva la salud mental. En el Reino Unido se han utilizado incluso instalaciones llamadas Habitaciones de Relajación para los pacientes y sus familiares, en donde pueden escuchar música relajante, sonidos de la naturaleza y el diseño del mobiliario promueve el bienestar.
Termino con una cita de la autora española Diana Guasch (2017): “Lo importante no es el resultado sino el proceso. Es decir, el enfoque deja de estar en el método artístico academicista, marcado por normas técnicas y estéticas, para situarse en el desarrollo de la creación. Existe la actividad artística en sí como entorno terapéutico, entendiendo este último como aquello que nos proporciona bienestar”.