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- 17/12/2012 01:00
Oxlajuj Baktun
Mucho se ha escrito y se especula en torno a un evento histórico próximo a ocurrir este viernes 21 de diciembre de 2012. Se trata de una fecha de singular importancia para el pueblo Maya, ya que finaliza una etapa de 13 períodos de 400 años solares que de acuerdo a la Cosmovisión Maya, cierra el ciclo de la cuenta larga con el Baktun 13. En otras palabras, se cumplen casi 5,200 años en la evolución del mundo Maya y se da el inicio de una nueva era. En el calendario Maya el comienzo se identifica con el 13.0.0.0.0 que en el calendario gregoriano coincide con el 13 de agosto del año 3113 AC. En algunos libros aparece el año 3114 AC. debido a que la cuenta gregoriana carece de año cero.
Para los Mayas, una civilización predominantemente agrícola, la relación de su pueblo con la naturaleza y el cosmos tenía una importancia capital. Como resultado de esa relación, los Mayas lograron desarrollar un concepto del tiempo con una precisión casi perfecta para poder administrar los ciclos de siembra y cosecha de sus cultivos. Es por ello que a esta cultura se le reconoce por el descubrimiento del número cero y por sus avances astronómicos que le permitieron desarrollar el calendario de 365 días.
Según las creencias de los antiguos Mayas, en este período de la cuenta larga se registran los distintos espacios en el tiempo en forma cíclica, desde la evolución del mundo hasta la creación del ser humano. El concepto de esta Cosmovisión está reflejado en las ideas y símbolos por medio del cual podían ver e interpretar el mundo que los rodeaba. Se fundamenta en un concepto triangular que supone un suerte de armonía entre la naturaleza, el ser humano y el cosmos. Y todo lo midieron cíclicamente en el tiempo a través de sus famosos calendarios.
Los Mayas consideraban al planeta tierra como la madre que provee al ser humano de múltiples satisfacciones a lo largo de la vida. Veían a la tierra como fuente de vida y así lo registraron en el Popol Vuh. En este maravilloso documento, en su primer libro, se registra una versión mitológica de la creación del mundo y los primeros intentos de la creación del hombre. Primero se creó la tierra y luego, los progenitores, los creadores y los formadores que se llamaban Tepeu y Gucumatz, ‘se juntaron, llegaron y celebraron consejo en la oscuridad y la noche’ y decidieron que había llegado el tiempo del amanecer, ‘de que termine la obra y aparezcan los que nos van a sustentar y nutrir, los hijos esclarecidos, los vasallos civilizados; que aparezca el hombre, la humanidad, sobre la superficie de la tierra’.
El inicio de esta nueva era o de este nuevo ciclo coincide con el solsticio de invierno del próximo 21 de diciembre de 2012. En ese preciso día, se asienta el 13 Baktun, 0 Katun, 0 Tun, 0 Winaq, 0 Qij, es decir el 13.0.0.0.0. De allí que los Mayas sostenían una visión de que el tiempo es cíclico y no lineal. Muchos estudiosos de esta cultura afirman que sus calendarios se pueden interpretar como una herramienta utilizada por sus guías espirituales para comprender la relación entre el tiempo y el espacio. Quizá por esta razón, el arte de profetizar fuera tan importante en la cultura de los Mayas porque creían que el tiempo era una sucesión de ciclos cósmicos y como consecuencia de ello, los eventos o acontecimientos de la vida podían repetirse en ciclos.
Contrario a las versiones apocalípticas de que los Mayas habían anticipado el fin del mundo con el Baktun 13, él próximo 21 de diciembre debemos interpretarlo como una oportunidad para renovarnos y encontrar la armonía entre lo material y lo espiritual. Es la repetición del día de la creación y esta nueva era, la que comienza, nos debe preparar para transitar por el cambio del ciclo del tiempo como lo concibieron los ancestros Mayas. Según ellos, es un momento para reflexionar, para interiorizar y para conmemorar esta fecha de una manera positiva con el objetivo de propiciar cambios importantes en nuestras vidas y en nuestra relación con la naturaleza y el cosmos.
Como dato curioso, el próximo 21 de diciembre de 2012 en lo que se conoce científicamente como la precesión del equinoccio, la tierra estará en el ecuador galáctico y el sol se alineará con el mero centro del famoso hoyo negro de la Vía Láctea. Para los Mayas, nuestra galaxia representaba la ‘Gran Madre Cósmica’ y el hoyo negro lo definieron como el ‘Utero Cósmico’, desde donde nació la vida. Este evento astronómico próximo a ocurrir el viernes 21, se repetirá nuevamente dentro de 26,000 años solares. En pocas palabras, el reloj galáctico llegaría al punto cero y se da inicio a un nuevo ciclo precesional. ¿Conocían los Mayas de este fenómeno científico que coincide precisamente con el inicio de la nueva era, de un nuevo Baktun? Se los dejo de tarea.
PERIODISTA