• 24/06/2016 02:00

Barro Blanco y la resistencia ngäbe buglé

Los pueblos indígenas panameños hemos padecido de una injusticia histórica, la desposesión de las tierras ancestrales, territorio y recursos

Después de pedir perdón a los indígenas, el papa Francisco dijo en Chiapa, México: ‘Muchas veces, de modo sistemático y estructural, vuestros pueblos han sido incomprendidos y excluido de la sociedad, algunos han considerado inferiores sus valores, sus lenguas, culturas y tradiciones. Otros mareados por el poder, el dinero y las leyes de mercado, los han despojados de sus tierras ancestrales o realizan acciones que las contaminan '.

Los pueblos indígenas panameños hemos padecido de una injusticia histórica, la desposesión de las tierras ancestrales, territorio y recursos, la opresión y la discriminación, así como la falta de control de sus propios modos de vida. Los gobernantes en la búsqueda del crecimiento económico, nos niegan ampliamente nuestros derechos al desarrollo. Estos pueblos suelen perder ante actores más poderosos y se convierten en los grupos más empobrecidos del país.

La historia de los pueblos indígenas de Panamá está marcada y llena de firmas de acuerdos, promesas y una política de desarrollo ficticia, todas han sido rotas, incumplidas y han caído en sacos rotos, siempre en perjuicios de los pueblos originarios.

Veamos solo un ejemplo, el Gobierno actual prometió a los pueblos indígenas, en su campaña electoral, que entre sus prioridades estaría la ratificación del Convenio 169 de la OIT, la creación del Ministerio de Desarrollo Indígena y el Plan de Desarrollo Integral para los Sectores Originarios. Sin embargo, hasta la fecha ninguna de estas promesas están incluidas dentro de la agenda política del Estado, los discursos de intenciones y entretenimiento persisten en la actualidad.

El pueblo Ngäbe Buglé libra una heroica batalla de resistencia para su supervivencia como pueblo diferenciado en estos momentos, el conflicto con el Gobierno, la empresa hondureña Genisa, financiada por un banco alemán, nos referimos al proyecto hidroeléctrico de Barro Blanco en la cercanía de la comarca Ngäbe Buglé. El presidente Juan Carlos Varela firmó con la máxima autoridad de la comarca, Silvia Carrera C., un acuerdo de cinco puntos el 10 de agosto del 2015, el cual se los transcribo (solo el punto o numeral 5) para que el público panameño haga sus propios juicios.

Punto 5: El Gobierno Nacional se compromete a no inundar el embalse ni iniciar operaciones del proyecto Barro Blanco, hasta tanto no se haya alcanzado un acuerdo final entre las partes en conflicto sobre el futuro del mismo, debidamente legitimado por las instituciones democráticas locales establecidas por la ley.

Toda esta problemática se ha dado porque no se llevó a cabo la consulta previa e informada en base a los estándares internacionales, porque los pueblos indígenas tienen el derecho a decir: ‘No queremos esta actividad que va a afectar nuestro modo de vida, nuestro derechos fundamentales, que va a generar residuos tóxicos, que va inundar nuestro territorio, porque ningún pueblo está obligado a suicidarse en nombre del desarrollo, del beneficio de unos pocos bolsillos y del interés nacional. Porque el derecho internacional de los pueblos indígenas señala que no se pueden modificar las condiciones de existencia de un pueblo sin su consentimiento libre previo e informado '.

EX LEGISLADOR DE LA REPÚBLICA.

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