• 03/03/2024 00:00

Buenas vibraciones desde Washington

Todavía no sabemos [...] si el Minsa hará algo aquí en Panamá para combatir los AUP

Sin duda habrán visto los titulares de pánico: los alimentos ultraprocesados (AUP) nos están matando lentamente. Últimamente se ha desatado una sorprendente cantidad de atención de los medios sobre los AUP, en gran parte debido a un nuevo libro, Ultra-Processed People de Chris van Tulleken. El mes pasado, CNN profundizó en cómo esencialmente comemos “alimentos predigeridos”. El Washington Post explicó recientemente cómo detectar y evitar los AUP, el Globe and Mail publicó un titular sobre cómo los científicos alimentarios han “engañado a nuestros cerebros para que anhelen AUP” y Cosmopolitan ofreció recetas de alimentos integrales para ayudar a sus lectores a reducir el consumo de AUP. Casi todas las semanas aparece un nuevo artículo o noticia sobre los AUP y, por lo general, no es particularmente positivo.

Sin embargo, hasta este año los AUP no habían sido un tema de discusión entre los principales funcionarios de salud y alimentación, al menos no públicamente. Eso está empezando a cambiar. Durante una aparición el mes pasado, en la primera Cumbre sobre Alimentos y Medicina del Departamento de Salud y Servicios Humanos en Washington (un evento lleno, por cierto), el comisionado de la FDA, Robert Califf, mencionó espontáneamente los AUP diciendo que “son de esas cosas complejas que tenemos que entender. Los medicamentos son fáciles, sabes la dosis de lo que estás tomando. Pero los AUP son una combinación compleja de cosas que tenemos que descubrir”. Más tarde añadió: “Estamos aprendiendo con los AUP, de que cuanto más comes, más quieres. Tenemos que comprender la conexión entre lo que hay en los AUP y lo que hay en el eje intestino-cerebro que las “BPL” están descubriendo ahora que es un fenómeno biológico. No es solo fuerza de voluntad”. Las “BPL” se refieren a la clase de medicamentos (péptido 1 similar al glucagón) que se utilizan para perder peso, como Ozempic, Wegovy y Mounjaro).

Fue la primera vez que el comisionado (y probablemente cualquier comisionado en funciones de la FDA) comenta públicamente sobre los AUP. Días más tarde, el comisionado volvió a referirse sobre los AUP, recalcando que antes que la FDA pueda hacer algo al respecto, se necesita mucha más investigación. También es de destacar que Califf no fue la única voz oficial que se opuso a los AUP el mes pasado. Tanto la representante Chellie Pingree (demócrata por Maine) como el senador Cory Booker (demócrata por Nueva Jersey), que forman parte de los comités de agricultura de la Cámara y el Senado, respectivamente, se manifestaron en contra de los AUP y los crecientes costos de la atención médica.

Los comentarios de Califf y demás funcionarios estadounidenses de alto nivel son interesantes, pero ¿serán suficientes? Esa es la gran pregunta. El Comité Asesor de Pautas Dietéticas, un panel de expertos poco conocido que ayuda al USDA a actualizar los consejos nutricionales en los EE.UU., está revisando actualmente la evidencia relacionada con la ingesta de AUP y el riesgo de obesidad, pero hasta ahora esto ha sido un proceso bastante lento e infructuoso, además que tiene a muchos representantes de la industria alimentaria maquinando silenciosamente por las posibles consecuencias. Si la próxima ronda de actualización de las Pautas Nutritivas, prevista para 2025, recomendara a los consumidores estadounidenses recortar los AUP para mejorar la salud pública podría ser catastrófica para muchos negocios.

Los grupos de la industria alimentaria, por su parte, argumentan que centrarse en el procesamiento es completamente equivocado y confuso para los consumidores, ya que puede mezclar alimentos “saludables” como el yogur y el pan integral con la pizza congelada y las galletas pre-empacadas. Más de la mitad de las calorías consumidas provienen ahora de AUP, pero determinar qué es ultraprocesado y qué no, es complicado y algunas encuestas sugieren que los consumidores ya están bastante confundidos.

La FDA también se está moviendo rápidamente para publicar una propuesta de etiquetado frontal obligatorio para junio, que exige que la información nutricional aparezca en el frente de los paquetes de alimentos, pero no se espera que esta política se centre en el grado en que se procesan los alimentos. La agencia también está trabajando en una actualización de la definición de “saludable”, pero como escribí antes, el término ya se usa con tan poca frecuencia en los alimentos que una actualización probablemente no tendrá mucho impacto en el mercado.

Todavía no sabemos qué resultará de estos esfuerzos en el FDA y mucho menos si el Minsa hará algo aquí en Panamá para combatir los AUP ahora o en el futuro, especialmente si aumenta la evidencia de que son tan dañinas como sugieren algunos estudios observacionales. Lamentablemente los gobiernos panameños año tras año se han sustraído de este debate, lo que ciertamente no aporta claridad de hacia dónde vamos como país. Sin embargo, por ahora, sentimos un cambio importante en la vibra que nos llega desde Washington.

El autor es empresario
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